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No entiendo, Doctor: tengo un coche, una mujer, dos niños, un chalet
con su hipoteca, incluso una tele... y todavía no me siento feliz!
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Entonces cómprese un lector DVD."
Una
gran parte de la población mantiene, conscientemente o no, la
certeza de que la mayor parte de los problemas sociales o
medioambientales a los que se enfrenta la humanidad encontrará,
tarde o temprano, una respuesta técnica.
¿Millones
de seres humanos mueren de hambre? Mejoremos el rendimiento de los
cereales gracias a los transgénicos. ¿El estrés causa estragos en
los trabajadores occidentales? Desarrollemos mejores antidepresivos.
¿El miedo a la inseguridad ronda nuestras ciudades? Instalemos
sistemas de videovigilancia, equipemos a la población con carnés de
identidad biométricos y aumentemos los medios policiales. ¿La
violencia en la televisión afecta a los niños? Equipemos nuestros
televisores de chips electrónicos para encriptar las escenas
traumatizantes.
Todo
se desarrolla como si frente a un problema la respuesta espontánea
consistiera en encontrar una solución técnica apropiada, no a
interrogarse sobre sus causas.
¿La
hambruna es realmente un problema de rendimiento de cereales? ¿De
dónde viene el estrés? ¿Quién ha desarrollado el tema de la
inseguridad y cuáles son sus causas? ¿Qué significa el aumento de
la violencia y del sexo en los mass media?
¡En
el fondo poco importa, se acabará encontrando solución!
Concentrándonos
en el cómo,
desatendiendo el porqué,
la perspectiva de progreso actúa creando esperanza; presenta como
una certeza el hecho de que la mayoría de problemas sociales,
medioambientales e íntimos a los que nos enfrentamos encontrarán,
tarde o temprano, una respuesta técnica.
Pogrès
et decroissance.
Traducido por Sylvain Fischer
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