La
cooperación, el trabajo digno, la educación crítica y las exigencias a ser
tratados con justicia y equidad, son las mejores riquezas que se pueden
resguardar de las personas mayores.
Sin
tapujos en la boca, el fundador del cristianismo dijo alguna vez; "el
injusto cosechará desdichas en su casa”, mientras que "el justo florecerá
como la palmera” y en su comunidad (kehilá) acontecerá la "multiplicación
de los panes y los peces”.
La
palabra justicia (mishpat) en hebreo tiene que ver con administrar (nyhw) los
bienes de una comunidad para que sus integrantes puedan vivir de manera digna.
Para los griegos de la época clásica, dikaiosýne (justicia) se refiere a orden
legal e igualdad.
Para la
mentalidad griega de aquella época, la justicia por igualdad se basa en
intercambios y beneficios comunes entre las familias constitutivas de un pueblo
(démos). La economía (oíkos -casa-, nomos -leyes-) va de la mano con la idea de
justicia y ambos términos refieren a las gestiones para generar bienestar
común.
¡Tremendo
acto de vulgaridad e irresponsabilidad, creer que la economía tiene únicamente
que ver con capital, commodities, bolsa de valores, plusvalía, empresas,
fraudes, competencia, mercado bursátil, valor de cambio!
Economía y justicia social
Los
faraones de la modernidad capitalista de hoy en día creen que la economía es
defensa de la propiedad privada y del monopolio del poder (policiaco-militar),
apología del egoísmo y del derecho a robar el trabajo manual/intelectual ajeno,
así como también a dilapidar los recursos naturales para usufructo individual a
costa de desollar a las mayorías silenciadas.