IMAGINEMOS VIVIR EN LAS RUINAS DEL CAPITALISMO
Virus, hongos, bacterias. Estos organismos vivos saben cómo prosperar en entornos precarios y devastados. ¿Y si nos inspiráramos en ellos para forjar un nuevo arte de vivir, adaptado a la condición inestable de nuestro tiempo? Esta es la propuesta de la antropóloga estadounidense Anna Lowenhaupt Tsing, autora del ensayo Le champignon de la fin du monde, sobre la posibilidad de vivir en las ruinas del capitalismo (Ed. La Découverte, 2017).
¿Cómo vivir en un mundo de incertidumbre radical donde
las crisis se multiplican?
A.L.T.: Es muy posible vivir en las ruinas del capitalismo. Pero para ello necesitamos un cambio radical de perspectiva. Tenemos que cultivar un nuevo tipo de agudeza, una nueva sensibilidad y, sobre todo, aprender a encontrar aliados en lugares inesperados, donde nunca se nos habría ocurrido mirar. Las plantas, los animales y los microorganismos son aliados potenciales. Creo, por ejemplo, que un organismo tan humilde como un hongo puede ser un aliado formidable. Para entenderlo, tenemos que mirarlos con atención, deshaciéndonos de nuestra visión supremacista. Los humanos no son entidades insulares. La vida es una red de interdependencias y colaboraciones, a menudo sin estabilidad.