LA RECETA DE LA FELICIDAD
La modernidad penaliza demasiado la mediocridad, no hay nada más ofensivo para los trabajadores de ideología conservadora que trabajan tan duro como el que haya personas que sin esforzarse demasiado vivan “cómodos” en esta vida, hoy en día un pensamiento casi hegemónico es que todas las personas deberíamos de trabajar y además que es natural que cada quien reciba según sus talentos o mejor dicho según lo que produzca.
Lamentablemente las personas nunca
recibimos digamos dinero según lo que producimos o lo que vale
nuestro trabajo, el menospreciado Marx hablaba de esto en su basta
literatura. Hoy sin embargo quisiera hacer una breve reflexión
sobre estas y otras ideas que nos han llevado a una sociedad
productivista en donde como en los campos de concentración nazi:
“solo el trabajo nos hará libres”.
Desde el aspecto psicológico nos
gusta olvidar que somos seres sumamente egoístas y que deseamos
tener todo cuanto podamos, queremos tener más cosas que el vecino y
vivimos una vida profundamente material, esto no siempre fue así y
tener cosas no siempre garantiza éxito evolutivo o la felicidad.