MEMORIAS DE UN CARACOL
La ternura que arrastra consigo las cicatrices del alma
Una película que desliza su suavidad sobre las heridas del
alma, invitándote a soltar las memorias que aprisionan y a danzar con la vida,
en su belleza y su crueldad
Memorias de un caracol de Adam Elliot (2024) es una de esas películas que no sólo se ven: se siente cómo desafían algo dentro de ti, como un caracol que deja su rastro húmedo, brillante y viscoso en cada pliegue de tu memoria.
Una historia que no necesita gritar para rasgar, que habla en susurros y caricias lentas, pero contundentes, arrastrando las emociones más profundas hasta la superficie, ahí, donde se vuelven un duelo acaramelado.