EL PUEBLO QUE MATA AL PUEBLO
Ningún testaferro de los amos del mundo consentirá en poner
en práctica soluciones que atenten contra el principio básico por el cual
obtienen su poder, que es ser dueño absoluto de los recursos y resortes
económicos de los países, es indudable de quien controla la economía dirige la
política. Es evidente que ningún político una vez prostituida su labor, se
arriesgaría jamás a maniatar a otros corruptos en base a ser el primero en
hacerlo sobre sí mismo.
Aunque dicho comportamiento es común entre los que comparten el mismo enfoque pernicioso, pues lo que ocurre en otro país europeo repercute en el nuestro y viceversa. Todos juntitos, en el mismo saco de boñigas se dispusieron a asaltar el continente europeo y todos sus países. Convirtiéndolo en un lugar inhóspito para los ciudadanos que están bajo su yugo.