Otro mundo es mejor
“La construcción de un nuevo tipo de sociedad… depende antes que nada de nuestra conciencia y de nuestra voluntad, o, más sencillamente aún, de nuestra convicción de que el riesgo de que se produzca una catástrofe es real, cercano a nosotros y de que, por tanto, tenemos que actuar necesariamente. Pero esta convicción no se forma por sí misma en cada ser humano… En vez de soñar de forma irresponsable con una salida a la crisis que suele definirse, demasiado alegremente, en función de la reanudación de los beneficios de los bancos, debemos tomar conciencia de la necesidad de renovar y transformar la vida política para que ésta sea capaz de movilizar todas las energías posibles contra unas amenazas que son mortales.”
No, no es un radical antisistema quien hace esta reflexión, es Alain Touraine. Muy mal deben andar las cosas cuando el habitualmente moderado sociólogo francés parece estar de acuerdo en su diagnóstico con Serge Latouche, Fernando Cembranos y con quienes defienden el decrecimiento. Touraine nos señala dos claves fundamentales para que se produzca la movilización social capaz de hacer frente a las amenazas.