La
industrialización y el desarrollo del modelo capitalista han
avanzado en el mundo en base a procesos de endeudamiento. El crédito
y, por tanto, la deuda son elementos consustanciales al proceso de
crecimiento económico. “La pasión que predomina entre los
individuos de una economía moderna es convertir la riqueza en deuda,
que en el futuro genere un ingreso permanente; convertir la riqueza
que es perecedera en deuda, que es perdurable. Una deuda que no se
pudre, no tiene gastos de mantenimiento y produce intereses
permanentemente” (Daly, 1999).
Desde la perspectiva de los deudores, el objetivo de este endeudamiento es en principio invertir en procesos productivos para generar rendimientos suficientes para, una vez satisfechos los pagos de la deuda, obtener beneficios. Dichos procesos productivos no suelen tener en cuenta su vínculo con el mundo físico. La metáfora de la producción capitalista (Naredo, 2003) oculta un proceso de apropiación de la riqueza, y ha generado un patrón de crecimiento en términos monetarios que obvia los procesos de destrucción de la naturaleza y degradación de las condiciones de vida de las personas.
Desde la perspectiva de los deudores, el objetivo de este endeudamiento es en principio invertir en procesos productivos para generar rendimientos suficientes para, una vez satisfechos los pagos de la deuda, obtener beneficios. Dichos procesos productivos no suelen tener en cuenta su vínculo con el mundo físico. La metáfora de la producción capitalista (Naredo, 2003) oculta un proceso de apropiación de la riqueza, y ha generado un patrón de crecimiento en términos monetarios que obvia los procesos de destrucción de la naturaleza y degradación de las condiciones de vida de las personas.