LO QUE REALMENTE ES LA GRIPE
El Dr. Herbert Shelton (1895-1985) fue una figura controvertida en el mundo de la medicina alternativa, conocido como uno de los principales promotores del movimiento de la Higiene Natural. Nacido en Wylie, Texas, Shelton se interesó desde joven en temas de salud, inspirado en observaciones sobre cómo los animales ayunan cuando están enfermos.
A lo largo de su vida, escribió más de 40 libros, fundó la Sociedad Americana de Higiene Natural y operó una escuela de salud en San Antonio, Texas, durante más de 50 años. Sin embargo, su carrera no estuvo exenta de polémicas: enfrentó múltiples arrestos por practicar medicina sin licencia y demandas por negligencia, incluyendo casos relacionados con la muerte de pacientes durante ayunos supervisados.
Shelton defendía un enfoque holístico de la salud basado en
hábitos naturales, como una dieta vegana cruda, el ayuno, el ejercicio y el
descanso, rechazando por completo la medicina convencional, las vacunas y los
fármacos. Sus ideas influyeron en movimientos como el crudivorismo y el
veganismo, pero fueron criticadas por la comunidad científica como
pseudociencia y charlatanería.
En su libro An Introduction to Natural Hygiene
(1922), Shelton afirmaba que «todas las enfermedades son una sola entidad y son
causadas por una vida equivocada: la violación de las leyes de la salud». Para
él, la enfermedad no es un enemigo externo, sino una «protesta natural del
cuerpo» contra hábitos perjudiciales como una dieta inadecuada, el estrés, la
falta de descanso y la exposición a toxinas ambientales.
Shelton rechazaba rotundamente la teoría de los gérmenes, propuesta por Louis Pasteur y Robert Koch, considerándola un error fundamental de la medicina moderna. En su lugar, adoptaba ideas similares a las de Antoine Béchamp, quien sostenía que los microbios no causan enfermedades, sino que aparecen como resultado de un terreno interno debilitado (conocido como «toxemia» o acumulación de toxinas en el cuerpo).
Shelton describía la «enervación»
(agotamiento energético) como el precursor de la toxemia, lo que lleva a
procesos de eliminación que el cuerpo manifiesta como síntomas de enfermedad.
Criticaba duramente las prácticas médicas, afirmando que «la práctica de la
medicina es una guerra incesante contra la vida humana» porque cada dosis de
fármaco destruye tejido vivo.
Aunque Shelton no escribió un tratado exclusivo sobre la
gripe, sus visiones sobre esta enfermedad se enmarcan en su rechazo general a
la teoría microbiana. Para él, la gripe no es una infección contagiosa causada
por virus, sino un proceso de eliminación tóxica interna desencadenado por
factores como una dieta tóxica (rica en alimentos procesados, carnes, lácteos y
estimulantes como el café o el tabaco), el estrés emocional, la falta de
ejercicio y la supresión previa de síntomas con medicamentos.
En publicaciones alineadas con sus principios, como las de la revista Health Science, se describe la gripe como una forma intensificada de un resfriado común. Según estos textos, surge de una acumulación de desechos en el cuerpo debido a la enervación, no de «demonios externos» o agentes infecciosos. La fiebre, un síntoma común de la gripe, es vista como un mecanismo beneficioso: el cuerpo eleva la temperatura para acelerar el metabolismo y eliminar toxinas más rápidamente.
Shelton y sus seguidores advertían contra
el uso de antipiréticos como la aspirina, ya que estos interrumpen el proceso
natural sin abordar las causas subyacentes, prolongando el sufrimiento y
aumentando el riesgo de enfermedades crónicas o degenerativas.
En lugar de tratamientos médicos, Shelton recomendaba el ayuno (detener la ingesta de alimentos y beber solo agua si es necesario), el reposo absoluto y correcciones en el estilo de vida: eliminar alimentos procesados, adoptar una dieta de frutas frescas, verduras, nueces y granos germinados, y promover actividades naturales como caminar o jardinería.
Él se oponía
a las vacunas contra la gripe, considerándolas «proteínas desnaturalizadas» que
causan fiebre innecesaria y son ignoradas por el cuerpo como sustancias
extrañas. Las enfermedades infantiles como resfriados o gripes son precursoras
de problemas mayores si no se eliminan las causas raíz.
Estas afirmaciones se vinculan al negacionismo de la teoría
de los gérmenes, un linaje discursivo que Shelton ayudó a popularizar en el
siglo XX, trazable hasta rivales de Pasteur como Béchamp. Fuentes académicas lo
sitúan como un precursor del «negacionismo viral», donde se argumenta que los
virus no son la causa primaria de enfermedades, sino síntomas de un
desequilibrio interno.
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