20/8/24

Cultiva cualquier virtud, por si la histeria y la desesperación lo vuelven a oscurecer todo

ET VIRUELÀ, LE VARIOLE DU SINGE!

En la antigüedad no se distinguían las distintas enfermedades infectocontagiosas que aparecían en la piel. El herpes, la viruela, la psoriasis o el vitíligo, eran todo lepra

Jesús sana a un leproso: Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él.

Los más conocidos de la "disidencia", y muchos otros, se han lanzado a prometernos seguridad y lucha ante la nueva alarma sanitaria.

No hace poco, la histeria era contra el tratado de pandemias que estaba preparando el terreno para una nueva pandemia y el Gobierno Mundial, pero resulta evidente que la gente que gobierna, no necesita tratados de pandemias para controlar nuestra existencia.

Vamos de susto en susto, de histeria en histeria.

El Gobierno consigue lo que quiere: más miedos e histerias, más mentes ocupadas y entretenidas en emociones negativas y una cortina de humo más.

La oposición tiene lo que quiere: Son la oposición pero cuando se trata de asuntos importantes y asuntos de Estado, "somos capaces de alcanzar consensos", porque la ciencia nos guía en lo que se debe hacer y somos responsables... Entre bomberos no se pisan la manguera.

Y por supuesto la disidencia histérica crece con mensajes de unos y otros, y se extiende la histeria entre sus cientos de miles de seguidores. Y cada seguidor histérico, se garantiza su dosis diaria de histeria y de "razón".

Y como en el Coronavirus, todo el mundo feliz.

Los terroristas y quienes se alimentan del miedo de la gente, y por supuesto la gente adicta a las emociones negativas, ahora tiene un motivo para vivir y frotarse las manos.

  • MIEDO: Vuelve a crecer el miedo al contagio y el miedo a la vacuna otros miedos como la guerra, el hambre, la muerte...
  • ODIO: Vuelve el odio al negacionista y a las élites, y otros odios, a los fachas, los zurdos, los judíos, los musulmanes...
  • ASCO: Vuelve el asco a las pústulas de la viruela y a los antivacunas, y otros ascos...
  • TRISTEZA: Y vuelve la tristeza ante los muertos y ante la pérdida de libertades y otras penas como la desesperanza y la desesperación.

Y como en la película de los Hermanos Marx, henchidos de emoción frívola,

Más madera!, más histeria!, necesitamos más likes!

Durante el Covid, la tasa de mortalidad se situó en torno al 1'2%, es decir una mortalidad muy baja (el ébola tiene una tasa de mortalidad del 50%, pero en España tuvimos tres casos de ébola y murieron dos...) atendiendo a que la misma se debía en la mayoría de los casos a la comorbilidad. La gente que se cuidaba y estaba relativamente sana, ni enfermaba ni se moría.

Quizás otro punto importante es que para esa letalidad los gobiernos trabajaron intensamente para mantenerla mediante distintas técnicas:

  1. Fomento de la histeria colectiva (noticias mainstream y redes sociales)
  2. Ausencia de tratamientos tempranos
  3. Cierre selectivo de los Centros de Salud. (Nula asistencia domiciliaria y telefónica. Cierre de consultas de especialidades y quirófanos)
  4. Medidas de prevención inútiles (aislamiento, mascarillas, vacunas... que nunca redujeron "la curva")
  5. Sobrediagnóstico de la enfermedad con PCR. (Una PCR positiva era el pase al infierno)
  6. Infradiagnóstico por la PCR (se ignoraban los problemas de base como otras infecciones)
  7. Tratamientos experimentales poco adecuados (Rendesivir y Tozilizumab, entre otros)
  8. Empleo abusivo de corticoides y respiradores (muertes por inmunodeficiencia y  sobrepresión)
  9. Aislamiento, maltrato y desatención de ancianos (medidas de "confort", medidas de "justicia distributiva"...)
  10. Sedación de ancianos: eutanasia.
  11. Vacunación con un claro desequilibrio entre el riesgo-beneficio

Así y solo así en occidente se consiguió una tasa de letalidad de más de un 2'5% que se podría haber reducido en gran medida si no se hubiese hecho nada.

El terrorismo de Estado causó los muertos que justificaron el terrorismo de Estado.

Y esto no es un discurso negacionista en absoluto. La mortalidad en occidente llegó a ser del 3% (2'5% en España), mientras que en el tercer mundo, la tasa de mortalidad fue muy distinta. La diferencia de la mortalidad entre España y Marruecos fue de 5:1.

Los países con mayor tasa de histeria, tuvieron resultados peores, y los países que no entraron en histeria y no hicieron nada, cambiaron su suerte.

Es evidente que hay un patrón y que tanto la tasa de contagio como la de mortalidad, no tenían nada que ver con el nivel económico o con la calidad de la atención sanitaria, sino que se trató de una enfermedad selectiva que afectó mucho más a países ricos, con sistemas sanitarios accesibles, y que tomaron excesivas medidas de salud pública.

En definitiva "algunos" países del primer mundo, consiguieron altas tasas de histeria, de contagio y de mortalidad.

En cuanto a la viruela del mono, se habla de unas tasas de mortalidad de hasta un 11% de algunas cepas, pero siendo la mortalidad de la cepa más habitual el 1-2%. Hasta la fecha, los casos detectados de viruela del mono en España son de un total de 8.104, de los que 264 se han notificado este año, un tercio de todos los nuevos positivos en Europa de 2024 .

Desde el lunes se ha declarado la emergencia continental (África) ante los más de 15.000 contagios y 461 muertes producidas en 18 países en lo que va de año.

TERRORISMO INFORMATIVO

Volveremos a estar intoxicados por información sobre:

  1. Tenemos un problema de Salud Pública
  2. Tenemos el derecho y la obligación de tomar cualquier tipo de medida
  3. Los virus no existen
  4. El contagio no existe
  5. Los supercontagiadores existen
  6. Esto lo provoca el 5G o el grafeno
  7. Esto es culpa de los chemtrails
  8. Menos mal que no se aprobó el tratado de pandemias
  9. Menos mal que nos queda Vox
  10. Menos mal que ha llegado Alvise
  11. Esto es culpa del neoliberalismo y de los recortes sanitarios

Sea como sea, parece ser que la maquinaria de la histeria se ha puesto en marcha y en sinergia con otras histerias enfocadas en otros escenarios de guerras, problemas de suministros y estrategias internacionales.

Estos focos de histeria impiden ver la realidad y responder fría y sensatamente. Nadie puede deciros lo que es real y lo que no es real. Eso es una responsabilidad personal, pero sí que podéis tener cuidado con las noticias que tragáis y podéis comprobar datos de vez en cuando para evitar su objetivo de causaros desasosiego.

  • Cuidado con las noticias Bomba!
  • Cuidado con los agoreros de las muertes masivas y de las guerras mundiales!
  • Cuidado con los datos oficiales falsos!
  • Cuidado con los fabricantes de querellas!
  • Cuidado con los que pase lo que pase, siempre te venden "su" historia y "su" histeria!

Comprobad datos del gobierno, de la oposición y de la disidencia, y sobre todo no olvidéis que tenéis gente a la que cuidar cada día.

No volvamos a caer en la trampa del miedo y de la histeria, porque todo esto son cortinas de humo y el problema no son las pandemias, ni las vacunas, ni las guerras ni los tratados internacionales sino la decadencia moral de occidente que ha dejado su gobierno en manos de enfermos mentales (ponerocracia), reflejo de un dicho ancestral: "comamos y bebamos pues mañana moriremos".

MORAL

Es parte de la tradición moral de occidente que está prohibido provocar disgusto a una persona tanto verbal como físicamente, tal como fue dicho: "Y no habréis de hacer sufrir un hombre a su prójimo, y habrás de temer de tu Dios. Ya que Yo soy vuestro Dios".

La prohibición incluye no llamar a una persona por un apodo despectivo, o burlarse de que alguien es obeso o tonto y demás, así como burlarse de algo que haya hecho, o de algo que haya dicho. De igual manera, está prohibido ofender a una persona recordándole transgresiones de las cuales ya se ha arrepentido. La prohibición también incluye no aturdir a otros con miedos o con histerias, hacerlos sufrir anticipadamente con historias de terror.

Si es necesario, se puede emplear según la tradición una "mentira piadosa", que es aquella que pronunciamos para evitar un sufrimiento inútil.

  • Cuanto mayor es la ofensa o el miedo causado, mayor es el pecado cometido.
  • Por lo tanto, quien avergüenza a su compañero en público incurre en una gravísima transgresión, ya que a veces una ofensa grave puede destruirle la vida a una persona.
  • A veces, las humillaciones recibidas durante la infancia o la adolescencia y el miedo llevan a la persona a temer relacionarse con los demás, por lo que no logra casarse, quedando sola, carente de amor y alegría.
  • Otras veces, una persona que fue humillada o asustada por sus compañeros de trabajo deja de creer en su capacidad de triunfar, fracasa en su ocupación y pierde su fuente de sustento.
  • Cuando se humilla a un anciano o se le somete a miedo, este puede llegar a pensar que ya no es de provecho y su vida se acorta.
  • Cuando se aterroriza a una persona se le quita la esperanza y con ello puede distanciarse de su familia, perder el trabajo o abandonar su salud por miedo, y se convierte en presa fácil de charlatanes de la sanidad pública, de la sanidad privada y de las terapias alternativas.

CONSEJOS PARA LA VIRUELA DEL MONO

  • Come sano, respira sano y haz ejercicio todos los días
  • Evita alimentos procesados y alimentos proinflamatorios
  • Revisa las noticias y la información con escepticismo
  • Revisa tus emociones con estoicismo
  • Evita todas las emociones negativas (odio, tristeza, miedo y asco) y aléjate de quienes transmiten, contagian e inyectan dichas emociones.
  • Cuida de tus seres queridos, tranquiliza a quienes más quieres
  • Cultiva el valor y la templanza
  • Y si eres una persona de fe, de cualquier fe, cultiva esa fe. Tú mismo...
  • Cultiva cualquier virtud, porque si la histeria y la desesperación lo vuelven a oscurecer todo, necesitaremos a gente como tú para salir a delante

Luis de Miguel Ortega

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