Esto
es lo que debes saber
El
reciclaje es crucial, pero hacerse con aparatos electrónicos y
eléctricos reparables contribuye a generar menos residuos.
Reparar es
tendencia, un movimiento global que, aunque con timidez, está
despertando. Y para ello recupera la lógica de nuestros abuelos
concentrada en la frase “aquí no se tira nada”. Este proyecto
incluye iniciativas para dar una segunda vida a zapatos,
electrodomésticos y hasta bicicletas. Aprenda qué es la
“alargascencia” (contraria a la obsolescencia programada) y cómo
practicarla. Pero sepa que mientras que hay aparatos electrónicos y
eléctricos (AEE) fáciles de reparar (y formas de reconocerlos),
otros lo ponen imposible.
1. Contra la
obsolescencia programada, alargascencia
El término
“alargascencia” propone poner fin a la conocida obsolescencia
programada, una práctica que viene de lejos y que implica diseñar
los aparatos electrónicos y eléctricos con fecha de caducidad:
productos con fallos, que incluyen componentes efímeros o,
directamente, creados sin ninguna vocación de durabilidad para que
el consumidor los use y, al poco tiempo, tenga que pasar por caja
otra vez para hacerse con otro. La obsolescencia deja cada año,
dicen los expertos, cerca de 215.000 toneladas de residuos
electrónicos (RAEE) en los vertederos.
La
plataforma Alargascencia,
creada por la asociación ecologista Amigos de la Tierra, recoge
mucha información para ayudarle a reparar y dar una segunda vida a
su teléfono móvil, televisor e incluso a su vieja bicicleta. Cuenta
con un directorio con más de 1.000 establecimientos especializados
en el arreglo de todo tipo de aparatos y productos en toda España.
El objetivo, aseguran, es reducir basura y también evitar la
extracción de nuevos recursos naturales, que además son limitados.
La
“alargascencia”, en contraposición a la obsolescencia
programada, pretende darle una nueva vida a las cosas rotas o
gastadas. Este movimiento lo puede encontrar en talleres de
reparación o de bricolaje asistido, pero también recurriendo a
establecimientos de alquiler de herramientas o máquinas para uso
puntual, la compra de segunda mano, los locales de préstamo e
incluso al trueque entre ciudadanos.
2. iFixit:
la comunidad reparacionista en Internet
La obsolescencia
programada hace que reparar se haya convertido en todo un reto. Los
electrodomésticos han perdido de media dos años de vida en la
última década (de los 14 años de 2004 hasta cerca de 12 años
actuales), según investigadores de la Universidad de Bonn
(Alemania). Esto explica que arreglar se haya convertido casi en un
acto de rebeldía, además de en una declaración práctica de
principios.
Y
la Red se ha propuesto ponérselo un poco más fácil a los
reparacionistas. La plataforma iFixit concentra
una de las comunidades globales más activas y entusiastas, con
acceso directo -y gratis- a más de 43.000 manuales de reparación.
Además, recoge más de 130.000 soluciones aportadas por los propios
internautas. La comunidad de iFixit defiende la reparación como el
derecho a “abrir y reparar” nuestros aparatos y recuerda a los
fabricantes que deben facilitar que el producto se pueda arreglar,
bien sea por uno mismo o por un servicio de reparación escogido con
libertad.
3. Escoja
productos reparables
Pero
existen diferencias notables en la duración y facilidad para la
reparación que ofrecen los productos que hay en el mercado. Y
tenerlos en cuenta es clave para aumentar su vida útil, y ahorrarse
muchos euros. Para ponérselo más sencillo, iFixit ha creado una
clasificación
de productos de consumo,
como móviles, en función de la facilidad de repararlos.
4. Cómo
reconocer un aparato reparable
Una
de las características que hacen los aparatos más reparables es un
diseño modular que simplifique reemplazar la batería y la pantalla
en segundos y sin necesidad de utilizar herramientas. Además, hay
que asegurarse que los módulos de menor tamaño del aparato también
pueden ser cambiados empleando un destornillador estándar. Por otro
lado, los aparatos sencillos de reparar facilitan las instrucciones
de desmontaje impresas en el producto, por ejemplo, en la caja del
teléfono móvil.
5.
Huya de los aparatos irreparables
Si hay
artilugios que son sencillos de arreglar, otros lo ponen muy difícil.
Es el caso de los smartphones imposibles de abrir sin dañar la caja
del aparato. Si quiere que su teléfono sea fácil de reparar,
también debe huir de los que tienen la batería enterrada en la
placa base y adherida a la base.
Por EVA SAN
MARTÍN
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