¿EXISTE EL DERECHO NATURAL?
Es obvio que la degradación de aquellos que hacen las leyes
conlleva la degradación de aquellos que las aplican. En eso no puede haber
mucha “separación de poderes”. Basta que los políticos pongan, por escrito, que
es obligatorio taparse la cara con una máscara, para que una caterva de
policías, fiscales y jueces se apresten a amedrentar al personal. Es solo un
ejemplo de norma estúpida. ¡Hubo tantas! ¿Por qué puedo decir que es estúpida?
Porque los propios fabricantes de máscaras advertían, en los envases, que
sus máscaras no protegían de ningún virus. ¿Quién puede saber más que
el fabricante?
Lo cierto es que, ante los numerosos ejemplos de estupidez legislativa y judicial que nos ofreció el “pandemonium”, hay quién vio la necesidad de buscar recursos con los que defenderse y cayó en la red de algún oportunista, dispuesto a entonar, por unas monedas “el menda lerenda”. En realidad, para saber lo que es el derecho natural, no hace falta asistir a ninguna charla y menos a las de charlatanes sin conocimientos jurídicos. Para saber lo que es el derecho natural, basta que se haga uno mismo, la siguiente pregunta: ¿Tengo derecho a oponerme a leyes estúpidas?
Si tu respuesta es “NO” significa que estás dispuesto a
degradarte hasta lo más bajo. En ese caso mejor que no sigas leyendo, porque mi
intención, al escribir esto, es precisamente la contraria. Quién aceptó que se
pudiera sacar al perro y no al niño ¿No aceptó que los perros eran más
importantes que los niños? Quién aceptó que se pudiera salir a comprar alcohol
y no a ver a la familia ¿No aceptó que lo más importante, para él, era el
vicio? ¿Por qué el tabaco se consideró esencial sino porque hubiera sido
imposible mantener “confinados” a los fumadores con “mono”? Son solo algunos ejemplos
para ilustrar como unos políticos degradados pueden corromper a gran parte de
la sociedad. ¡Hubo tantos! Hay quién aceptó poner el brazo a cambio de una
cerveza, de una hamburguesa e incluso de un “servicio sexual”. ¿Qué opinión
pueden tener esas personas de sí mismos?
Si tu respuesta a la pregunta “¿Tengo derecho a desobedecer
leyes estúpidas?” es “SÍ”, es porque entiendes que hay “algo” que está por
encima de las leyes que dictan los políticos (del derecho positivo), es porque
entiendes que hay una ley superior a las leyes humanas. ¡Eso es el derecho
natural!
Pero, si existe tal derecho, ¿Dónde está escrito? ¿Cómo se
puede invocar en los tribunales? Está escrito en la Declaración Universal de
Derechos Humanos y también en muchas Constituciones, pero eso no es lo
importante pues su existencia no depende de la escritura. Allá donde veas la
expresión “el estado reconoce” es porque el estado admite la existencia de
“algo” que lo limita pues lo que se reconoce es lo que ya existe y no se puede
cambiar. Es por eso que los estados suelen reconocer el derecho a la vida, a la
integridad, a la libre expresión… Los podemos llamar derechos humanos, o
fundamentales, o derecho natural, o derecho divino. Que se le dé un nombre u
otro no afecta a su naturaleza que es guiar, y en su caso, limitar, a los
hombres y mujeres que hacen las leyes.
Pero claro, a los políticos estúpidos no les interesa que
exista el derecho natural, porque no les gusta sentirse limitados. ¿Por qué
pudieron establecer la pena de muerte? ¿Cómo han podido hacer la ley de
eutanasia? Obviamente ignorando el derecho natural a la vida, el derecho que
todos tenemos a vivir, gobierne quien gobierne. Así corrompieron a muchos que
hoy creen que existe el derecho a matar. Se empieza matando delincuentes, se
sigue, matando ancianos y niños por nacer, y se acaba, haciendo experimentos
mortales con toda la población; y si se te ocurre invocar el derecho natural
ante los tribunales corruptos que aplican leyes corruptas dictadas por
políticos corruptos, lo más probable es que no te hagan ni puñetero caso.
¿Cuántos invocamos nuestro derecho a decidir sobre nuestro
propio cuerpo, sobre nuestra integridad física y psíquica, cuando nos obligaron
a tapar nuestra boca y nuestra nariz con una ridícula máscara? Igual nos
multaron, y hasta nos pegaron y nos metieron en celdas. Lo hicieron seres
humanos que se degradaron hasta lo más bajo, al interpretar un derecho que solo
tenían derecho a reconocer. ¿Qué opinión pueden tener de sí mismos
esos seres? El precio que pagaron fue obligarse, ellos mismos, a
creer que no son más que bestias pero presenciar sus tropelías fue lo que llevó
a muchos a comprender que son “algo más”; a comprender que el derecho
natural no garantiza que puedas librarte de los estúpidos, pero sí de
la estupidez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario