10/6/13

Podremos tirar de la cadena de la historia y olvidarnos para siempre del sistema financiero de la banca de reserva fraccional

UNA MONEDA PARA CADA BIEN

El volumen de la Economía Solidaria, de momento invisible, alcanza ya un volumen nada desdeñable. Sin embargo, todavía no se plantean circuitos económicos completos. Salvo excepciones, como los brotes que vemos por ejemplo en la Sierra de Madrid, las acciones de Economía Solidaria están siendo implementadas de momento en sistemas no conectados, con monedas que no se hablan.

Cada iniciativa es como un barquito navegando en el océano del sistema monetario del dinero fiduciario, de la Banca de Reserva Fraccional, del dinero deuda. Dentro de cada comunidad hay un intercambio intenso entre los miembros en torno a un solo modelo de negocio, en torno a una sola moneda. Para comunicarse entre las comunidades tienen que atravesar a nado el pantanal del sistema de dinero deuda, del dinero fiduciario. Eso no es una economía alternativa.

El sistema monetario para la economía solidaria no es un sistema trivial que se pueda poner en marcha por agregación de sistemas monetarios comunitarios como bancos de tiempo, monedas de trueque u otros. Cada uno de esos circuitos se debe diseñar como una parte de una visión completa de una Economía Alternativa, entre otras razones porque el sistema debe llevar embebida la función redistributiva que deberá ejercer el futuro gobierno tras la GranTransición.

Hay que crear, primero islas, luego continentes, donde la economía solidaria pueda funcionar como un todo.
  • Con un sistema de monedas alternativas no fiduciarias, de monedas que representen promesas, - promesas contractuales de bienes -,  que comprometen legalmente al emisor; de bienes y servicios reales, no de deuda.
  • Que interconecte las economías solidarias y las monedas alternativas. Con un sistema monetario que cuanto antes pueda circular sobre una red P2P de dinero abierto que permita pagos electrónicos y especialmente pagos con el móvil con todas las monedas.
  • Que funcione como un gran sistema osmótico hacia la economía de la deuda. Que deje entrar recursos desde la economía de la deuda, pero que impida todo lo posible que sus recursos salgan a circular en dinero deuda fiduciario. Las salidas hacia la economía de la deuda se consideran como exportaciones y deben ser cuidadosamente planificadas colectivamente según los intereses del Bien Común.
  • Debe llevar embebida la funcionalidad de las tasas, los impuestos capaces de financiar, entre otros, un embrión del salario básico ciudadano. Lo cual implica una aceptación de una autoridad de facto que coordina el empleo de estos recursos.
  • Implica, por tanto, añadir a todas las monedas alternativas, - al servicio de todos los otros trueques y mercados -, la moneda soberana del bien común en cada isla, que es la encargada, como los glóbulos rojos, de transmitir los réditos de toda la economía solidaria a los más desfavorecidos. Lo cual implica una aceptación de una autoridad de facto que coordina el sistema monetario.

De hecho, poner en marcha este sistema sería el primer acto de poder, de doble poder, de contrapoder, de la coalición o partido que vaya a protagonizar el gran cambio por vía electoral. La experiencia sería extremadamente útil para hacer madurar las ideas y el consenso alrededor de un nuevo marco constitucional.

Los artículos que reseño abajo no pretenden en absoluto prescribir o definir las monedas alternativas que se deben crear, ni los circuitos de economía a los que sirven. No hay físicamente tiempo para estar al día y seguir la eclosión de modelos de negocio, circuitos, iniciativas y monedas alternativas que están surgiendo en nuestro país y en el mundo en una explosión de imaginación y creatividad sin precedentes.

Lo que pretenden es hacer una reflexión sobre los principios y modalidades a considerar en el diseño monetario para que sean una base sólida para el futuro, adaptable, flexible, segura y escalable a millones.

Una moneda para cada bien

En el mundo hay casi 3 mil millones de personas que no tienen banco. Están empezando a surgir sistemas alternativos de pago basados en el móvil y en la internet, ligados a instituciones de microcrédito pero autónomos del sistema bancario. En Kenia, el 87% de la población ya usa un sistema móvil de pago, con un 30% de PIB en transacciones.

La red P2P de dinero abierto para las economías alternativas en el primer mundo confluirá con estas redes del tercer mundo olvidadas por la banca y entonces, a no mucho tardar, podremos tirar de la cadena de la historia y olvidarnos para siempre del sistema financiero de la banca de reserva fraccional, uno y trino con la globalizacion y el crecimiento imperativo. A ser posible, antes de que hayamos destrozado el planeta y el petroleo se agote. Es decir, 20 años como mucho. Mas o menos lo que ha tardado la internet en implantarse.

Desperado PEREZ


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