Cristóbal Colón Palasí |
Entrevista a Cristóbal Colón Palasí, presidente fundador
de la cooperativa La Fageda, encargado
de la inauguración del curso de la UPC, sobre educación, valores, emprendimiento
e inclusión
El encargado de inaugurar el curso académico de la
Universidad Politècnica de Catalunya este martes ha sido Cristóbal Colón Palasí
(1949), presidente fundador de la cooperativa La Fageda. Este psicólogo ha
presentado otra manera de entender la emprendeduría, aunque es un término que
ha descartado para hablar de sentido común. Hace 32 años Colón fundó, con otro
psicólogo y 14 internos de un psiquiátrico, la cooperativa que hoy es el tercer
fabricante de yogures de Catalunya para dar respuesta a sus necesidades con
valores de economía social. En esta entrevista a El
Diari de l'Educació el
cooperativista habla de cómo ve la educación.
¿Cree que la universidad está formando a las
personas con valores de cooperación o exclusivamente con valores competitivos?
La universidad está dentro de un sistema global y sin
conocerla en profundidad, porque no tengo una relación directa, tengo la
sospecha de que la universidad hace un poco lo que la sociedad le pide, y la
sociedad actual demanda tecnología, conocimientos técnicos. Y también tengo la
sospecha de que buscamos una sociedad buena y no nos preocupamos por hacer
buenas personas, y es un contrasentido. La sociedad funcionará bien si las
personas que la integran funcionan bien con ellas mismas. Y pienso que esta es
la asignatura pendiente que tiene ahora mismo la sociedad, una sociedad que
está manifiestamente en crisis, que para mí no es una crisis del capitalismo,
sino de la sociedad en global.
La gente habla de crisis de valores y yo pienso
que ahora estamos recogiendo lo que hemos sembrado durante décadas. La
universidad o incluso toda la estructura educativa debería hacer una reflexión
en profundidad sobre qué es el hombre y qué es lo que busca el hombre y qué es
lo que necesita, más allá de los conocimientos técnicos y el gran avance de la
tecnología que ha habido en los últimos dos siglos. Ha habido un boom
espectacular, pero el hombre sigue siendo un ser lleno de miserias y de
grandezas.
¿Entonces diría que un ingeniero, más allá de
la formación técnica, debería tener una formación en valores?
Evidentemente. Un ingeniero primero es persona y luego
ingeniero. Si un ingeniero, o un médico, o un maestro no tiene un profundo
conocimiento de lo que uno es –aquello que decían los griegos de "conócete
a ti mismo"–, si no sabemos quiénes somos podremos tener muchos
conocimientos, podremos enviar un hombre a la luna o hacer supercomputadores,
pero la complejidad de lo que es el alma humana y de lo que es eso que todos
buscamos, que es la felicidad, no me la da el Mac, o el iPhone o el gran coche.
Que no digo que no sea importante, pero evidentemente no es lo esencial. Lo
esencial es lo que llevamos dentro y me parece que es lo que está fallando.
De la experiencia de haber construido un
proyecto alternativo a las dinámicas dominantes, ¿cómo cree que se puede educar
de otra manera?
El problema es de concepción antropológica: ¿Qué es el
hombre? ¿Por qué vivimos? ¿Por qué tenemos esta herramienta maravillosa que es
la inteligencia y otra dimensión, de la espiritualidad de los seres humanos,
esta conciencia de la finitud, tuya y de los demás? De la impermanencia de lo
que nos rodea y de nuestra impermanencia en este mundo. Yo creo que son las
reflexiones que se han hecho a lo largo de toda la historia de la humanidad y
no sé muy bien qué quiere decir ese "progreso". Vemos progreso en lo
material, en la tecnología, pero no sé si estamos progresando como seres
humanos, porque en el fondo te das cuenta de las complejidades, de la miseria,
del egoísmo, la violencia... Tenemos referentes, a lo largo de la historia,
como por ejemplo Gandhi, personas de esas que han dicho lo que han dicho todos
los sabios de la humanidad. Pienso que este discurso ha sido tapado por el
discurso tecnológico, y ya es casualidad que yo esté haciendo una ponencia en
la meca de la tecnología. Yo no estoy en contra de la tecnología. De lo que
estoy en contra es de pensar que el futuro y el progreso y la felicidad del
hombre pasa por tener un ordenador con no sé cuánta potencia.
Y para poner en práctica esta otra manera de
entender el hombre, o de educar, ¿hay que apostar por crear cooperativas
educativas o hay espacio para estas reflexiones dentro de una universidad como
ésta?
Yo no tengo ninguna fórmula. Intento poner orden y
equilibrio en mi vida personal e intento que esto pueda contagiar o inspirar a
la gente que me rodea. Yo no tengo soluciones macros, pobre de mí. No sé qué
tiene que hacer el ministro de educación o el consejero de cultura. Sí que como
espectador de la sociedad veo donde falla, pero no tengo ninguna solución. He
intentado buscar una solución para mi vida personal, que en el fondo es de lo
único que soy responsable. Y soy absolutamente responsable de lo que yo haga
con mi vida, y pienso que si todo el mundo hiciera lo mismo el mundo iría
mejor. Es un poco fastidioso tener que hacer este análisis de tus miserias pero
es la única forma de vivir con cierta dignidad y honestidad personal.
Hace unos años hizo la apuesta de crear la
cooperativa. ¿Ahora que tanto se habla de emprendeduría en el mundo educativo,
lo considera un proyecto emprendedor?
Yo lo que he hecho toda mi vida ha sido ser consciente de
que un día moriré y que el día que me muera mi pretensión es pasar la menor
vergüenza posible ante mí mismo. Y como sé que cuando uno muere hace una
revisión de lo que ha hecho a lo largo de la vida, he intentando darle sentido
a mi vida. Todas las decisiones que he tomado durante mi larga trayectoria
vital han sido presididas por esta conciencia del momento de la muerte. Por
puro "egoísmo inteligente", como lo llamo yo, intento hacer las cosas
bien, porque soy el que me estoy jugando mi único capital –por decirlo así–,
que es mi vida, y he de hacer un uso responsable. Por eso hablo de sentido
común. Yo estoy diciendo lo que decía mi padre y decía mi abuela, que en el
fondo es puro sentido común, no estoy inventando nada.
En el acto de inauguración del curso ha dicho
que esto de la emprendeduría antes no se decía...
Es una palabra que está definiendo que las personas
tenemos inquietudes y que las personas que tenemos inquietudes debemos tener el
coraje de poner en práctica aquellas inquietudes que tenemos. Lo que pasa es
que primero hay que preguntarse si estas inquietudes que tenemos son las que
realmente queremos. Cuando veo, por ejemplo, que hay gente que está total y
absolutamente obsesionada con ganar dinero, yo digo que el dinero es
importante, pero es un medio, no un fin. Yo sí necesito dinero, pero necesito
un poco, no mucho, mucho y mucho. Como lo que sí tengo poco es tiempo, porque
mi vida es corta, lo que tengo que hacer es administrar mi tiempo con lo
realmente interesante, y tengo que decidir qué es interesante para mí. Hay un
amigo mío que dice que lo más importante de la vida es decidir qué es lo más
importante. Entonces, decidimos qué es más importante para nosotros, y aquí le
ponemos todo el empuje y el esfuerzo. A veces la gente se dedica a hacer cosas
que piensa que son importantes y cuando llega al final de su vida se da cuenta
y dice: "¡Qué pérdida de tiempo! Qué poco importante es lo que me parecía
importante". Esto nos lo tenemos que preguntar al principio, porque al
final ya no tiene arreglo.
Entonces habla de una emprendeduría que no es
enseñar a los jóvenes o los niños a crear una empresa.
No, esto es un medio. La cuestión es enseñarles a pensar
cómo deben ser felices. Si tú piensas que tienes que ser feliz haciendo un
proyecto empresarial, educativo, de investigación, de lo que sea, pues muy
bien. Si tú te has preguntado de verdad donde está lo más importante, qué es
ser feliz... Pero las personas son mucho más que el trabajo. El trabajo es muy
importante, pero no es sólo eso. El objetivo con los alumnos es plantear qué
quieres hacer con tu vida, en tu conjunto. ¿Qué valores tienes dentro, y que no
puedes ser incoherente con tus valores, porque sino lo pasarás muy mal, no
serás feliz? Las personas felices son las que piensan, las que dicen lo que
piensan y las que hacen los que dicen, que son gente coherente. Pero sobre todo
piensan primero. Tienes toda una vida por delante y el responsable del
resultado de esta vida eres tú.
¿Con esto de que cada uno debe encontrar su
camino, cree que tenemos una educación demasiado uniforme?
Yo diría que es una educación incompleta. Hay todo un
vacío antropológico en relación a qué es el hombre, quién soy yo, y esta es la
primera respuesta que tienes que dar, porque me comportaré en respuesta a esta
concepción primera de mi identidad. Esta es la primera pregunta y yo pienso que
el sistema educativo parte de una serie de premisas con las que no sé si estoy
demasiado de acuerdo en cuanto a esta definición de qué es ser hombre.
Fundaron hace más de 30 años una cooperativa
con personas con trastornos mentales severos. ¿En este tiempo ha visto mejoras
en el trato de las necesidades especiales en el ámbito de la escuela?
Sí, evidentemente ha habido cambios muy importantes, en el
tratamiento por ejemplo de la enfermedad mental. Yo cuando hablo de los
manicomios de los años 70 no tiene nada que ver el tratamiento que se hacía en
estructuras manicomiales entonces con lo que se hace ahora. Lo que no quiere
decir que lo que se hace ahora es suficiente, ni mucho menos, pero
evidentemente ha habido un aumento importante de la sensibilidad de la sociedad
hacia las personas que tienen dificultades manifiestas, porque dificultades
todos tenemos.
Hacen un trabajo de integración. ¿La escuela
está cumpliendo su papel en este sentido, con la escuela inclusiva?
La escuela inclusiva ha hecho un trabajo importante, con
sus sombras, como cualquier paso que das. El paso de la escuela inclusiva fue
un paso importante. Yo fui testigo de la creación de las escuelas especiales.
En los años 60 las personas con discapacidad no iban a la escuela, y se crearon
escuelas especiales para chicos con dificultades especiales, y fue un salto
impresionante. Después la escuela inclusiva dijo: vamos a no segregar y no
estigmatizar la diferencia y las incluimos en el currículo normal. Lógicamente
se han cometido errores, pero evidentemente ha habido una evolución importante.
Se deben revisar y corregir errores propios de cuando haces algo que no lo has
hecho nunca. Supongo que ahora estamos en este punto.
¿Qué retos tiene la inclusión, a nivel
educativo?
Diría que hay que hacer una revisión de la inclusión. Como
dice también un amigo mío: "Yo trato a todos mis hijos de la misma manera,
es decir: a cada uno de una forma diferente". Hablar de personas con
discapacidad o hablar de inclusión es muy genérico. Después te encuentras con
individuos, y el problema es: ¿cómo adapto yo una estructura que está pensada
para todos para responder al caso individual? Debemos caminar para dar cada vez
más respuestas adecuadas a los casos individuales, y al igual que entre los
otros alumnos cada uno es cada uno, en el caso de las personas con dificultades,
cada uno es aún más cada uno. Pero es un camino en el que se está trabajando,
en cómo discriminar las dificultades que cada persona puede tener y hacer un
vestido, sino a medida, como mínimo intentar acortarle las mangas si le sobran
un palmo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario