IAIOFLAUTAS: Una vida más allá del Imserso y
la petanca
Hace siete meses nacía en Barcelona el movimiento Iaioflautas,
que posteriormente se ha extendido a otras ciudades del Estado. La ocupación
coordinada de sedes de Bankia el 1 de junio ha supuesto el primer acto conjunto
de los distintos nodos. Más de cien personas
acuden con regularidad a las asambleas de este grupo de media de edad elevada,
que nació en octubre de 2011
“¿Dónde están los jóvenes?”, se preguntaban hace meses. Con algo
de ‘abuelos cebolleta’ de la lucha política, aunque poco nostálgicos porque
seguían al pie del cañón, un grupo de veteranos militantes observaban la
decadente espiral político- económica en la que estaba sumido el país y se
preguntaban, quizá abusando del tópico del joven pasota, dónde estaba toda
aquella gente que de algún modo tenía que hacer reventar las costuras del
sistema. Entonces –discúlpese la mitificación– explotó el 15M. Y tal y como nos
cuenta Felipe Aranguren, portavoz de los Iaioflautas barceloneses, aquel grupo
de veteranos arqueó las cejas, abrió mucho los ojos y se sintió deudor del
nuevo movimiento en las plazas.
Aquel grupo de catorce personas, en su mayoría procedentes de
Comisiones Obreras y del movimiento comunista, entendieron que había que
subirse al carro y esta vez se preguntaron por qué no hacer un movimiento
dentro de aquel movimiento en red. La idea era dar un toque de atención a la
gente mayor, a todos aquellos que quizá no se veían en la tesitura de encender
la máquina, pero que una vez en marcha sabían que ellos también eran sujetos
del cambio social. “Hay una vida más allá del Imserso y la petanca”, argumenta
Aranguren, y por eso crearon los Iaioflautas, para romper también con la
inactividad política de la gente jubilada. Y hoy le dan las gracias a Esperanza
Aguirre, que se salió un día más por peteneras y soltó aquello deque el 15M no
era más que un grupo de perroflautas. De la brillante ocurrencia adoptaron
ellos con sorna el nombre y, de paso, le dieron al asunto una pátina de
cachondeo.
Desde octubre del año pasado el grupo de Iaioflautas de Barcelona
ha logrado aglutinar a un centenar de personas que acuden con regularidad a las
acciones y las asambleas. Por ello, según su portavoz, no se definen
ideológicamente de forma explícita. Renuncian, más por pasiva que por activa,
un poco por dejación, a un posicionamiento ideológico fuerte, en el sentido de
que no consideran que sea su misión como Iaioflautas el defender un proyecto
determinado a largo plazo. Pueblan sus filas gente de tradición comunista,
anarquista o de perfil tirando a socialdemócrata; gente mayor hasta las
narices, “con un germen antibanca”, que aunque renuncien en sus asambleas y
acciones a la ideología no renuncian en absoluto al análisis crítico. “Sin
salir del sistema, porque no queremos asustar”, comenta Aranguren.
No se definen ideológicamente de forma explícita. El perfil es gente mayor hasta las narices con un gen “antibanca”
Aunque tenga gracia que esto venga de personas que en ocasiones
rozan los ochenta años, es un grupo orientado a la acción radical, y han hecho
de la ocupación de espacios simbólicamente cargados su bandera y su elemento
distintivo. En ocho meses han entrado en sedes bancarias, en las oficinas de la
agencia de calificación Fitch, en la patronal de la sanidad privada e incluso
en la temida Consejería de Interior catalana. Su objetivo es ser visibles, muy
visibles, tanto como permitan sus característicos chalecos reflectantes y una
imagen pública que contrasta claramente con los tópicos del ciudadano en lucha.
Nadie hubiera dicho hace unos meses que algunas de las ocupaciones más vistosas
de este ciclo de movilizaciones iban a ser protagonizadas por jubilados.
Deciden cuál es el foco de conflicto en cada ocasión y toman sus
espacios más representativos para criticar con estos abordajes los recortes a
los servicios públicos o los favores del Estado a la banca. Permanecen un
tiempo prudencial, generalmente corto; leen un manifiesto ante las cámaras y
los implicados; y una vez difundida su reivindicación se retiran hasta nuevo
aviso. Su edad, además, les da una ventaja extra, un escudo contra posibles
desalojos policiales violentos que, según Aranguren, se habrían producido ya si
fueran algo más jóvenes.
Yayos y yayas rebeldes
Juegan por lo tanto con su imagen pública, con la imagen del yayo
apacible repentinamente subvertida. Y para ello, desde el primer momento,
asumieron que era necesario jugar también con los medios de comunicación
tradicionales. Han aparecido en multitud de programas de televisión y
constantemente entran en la agenda de los informativos y en revistas de muy
distinta índole. Son probablemente los que mejor pueden hacerlo. Según
Aranguren, llegan “a sitios donde nunca llegarían los jóvenes” y logran, a su
manera, ir acabando con esa criminalización del 15M que viene de ciertos
ámbitos periodísticos acostumbrados a asociar cualquier movimiento social a
jóvenes ociosos. El iaioflauta suelta la risa cuando recuerda su entrevista con
Nieves Herrero que, según nos cuenta, no tuvo más remedio que tragarse sus
ataques frontales a las grietas del sistema.
Llegan “a sitios donde nunca llegarían los jóvenes” y ayudan a desmontar la criminalización del 15M
Los Iaioflautas surgen del 15M, son autónomos y a la vez dependen
del gran movimiento en las plazas, se coordinan con otras iniciativas y eso les
hace formar parte de la enorme red que se ha ido creando en nuestras ciudades
durante el último año. Y sin embargo, los Iaioflautas se distancian de otros
sobre todo por su forma de organizarse. Aranguren nos cuenta que no han renunciado
a un “núcleo duro” que coordine y lleve los asuntos del día a día para aligerar
el trabajo de las asambleas; en este núcleo se encuentran los encargados de la
tesorería, de la organización, de la comunicación, de la prensa –nuestro
entrevistado– y de la coordinación general. Son ellos los que proponen acciones
y piensan, a partir de lo que se discute en la asamblea, en lugares
susceptibles de ser ocupados. El carácter radical de sus acciones requiere una
cierta discreción para que no les vuelva a ocurrir lo que la primera vez: que
se encontraron con que la policía les estaba esperando. Sin meterse con las
decisiones de otros colectivos están convencidos además de que hacen falta
portavoces, caras visibles con canas, con gafas, con arrugas y ánimo de desentumecer
topicazos políticos.
El pasado ya no es ahora
–En mis tiempos...– suelta un tipo sentado en el banco del
parque. – ¡Éste es tu tiempo!– responde el Iaioflauta. De repente un abuelo siente que le han tocado, que le han tocado
a él, a su familia y al vecino. Vive el desahucio en sus propias carnes y
comprende que responder a la irresponsabilidad bancaria ya no es una cuestión
más o menos teórica, más o menos ideológica, sino como dice Felipe Aranguren,
portavoz de los Iaioflautas, pura “cuestión familiar”. Parece ser que el
escándalo de las acciones preferentes ha engrosado en gran medida las filas del
movimiento. Quizá sea sólo la punta del iceberg pero el hecho de que el abuelo
descubra un día que le “ha estafado el director de su oficina”, aquel chaval
tan simpático, le saca de su casa y lo pone a ocupar sedes bancarias.
Y no son pocos. Desde octubre el movimiento se ha ido
reproduciendo por todo el Estado a partir del ejemplo barcelonés. Primero
empezaron los grupos de Iaioflautas del área metropolitana catalana, en el
barrio de Bellvitge de L’Hospitalet, en Sabadell; más tarde en el resto de
Catalunya. Recientemente se han constituido Padrinsflautas en Mallorca y hay
grupos de Yayoflautas en Madrid, Sevilla y Valencia. En Córdoba acaban de
empezar. Desde Barcelona advierten que no son una “franquicia” y que cada grupo
funciona de forma autónoma, aunque se hayan planteado crear una web común que
les conecte. En Madrid, por lo pronto, se han registrado como asociación y,
aunque sean los únicos que lo han hecho, la ocupación de Bankia se llevó a cabo
de forma coordinada en cinco ciudades distintas.
Hoy reciben centenares de tuits de jóvenes que les muestran su
apoyo pidiendo ellos también ser Iaioflautas, pero lo que no puede ser no puede
ser y además es imposible. En unos meses el movimiento ha conseguido, entre
otras cosas, que haya gente que envidie tener setenta años. A la vez, Aranguren
se enorgullece de ver como “los iaios han rejuvenecido”, y eso, para el
jubilado que está viendo cómo se pierde el horizonte de expectativas de sus
nietos, es curiosamente una victoria. Al fin y al cabo la edad es un poco lo de
menos cuando hablamos de cambio social porque, como repiten los Iaioflautas a
quien quiera oírlos, “uno no está muerto hasta que se muere”.
SIETE MESES DE ACCIONES
El 27 de octubre de 2011, cinco abuelos armados con pancartas
decidieron ocupar una oficina del Banco Santander en Barcelona para protestar
contra los abusos de la banca. Ésta fue la primera acción de los Iaioflautas y
en poco tiempo el hashtag #iaioflautas se convirtió en Trending Topic. Desde
entonces, los abuelos del 15M no han parado de ocupar bancos, sedes
institucionales, hospitales y lo que se pusiera por delante.
Decenas de personas, entre ellas varios Iaioflautas, se
encerraron el 28 de octubre en el Centro de Atención Primaria Rambla Marina de
Bellvitge (Barcelona). Después de ocho meses de encierro, el pasado 5 de junio
decidieron en asamblea abandonar este centro sanitario. No consiguieron que se
restauraran todos los servicios, pero sí que impidieron que el centro de salud
se convirtiera en un edificio de oficinas.
EN LA
HUELGA CONTRA LA REFORMA LABORAL
El carácter temático de las acciones de Iaioflautas ha favorecido
su expansión en las redes sociales y ha estado guiado por la agenda política de
los movimientos. Así, han protagonizado acciones como Rebelión Bus, que
consistió en la ocupación de un autobús para protestar contra la subida del transporte
público. Durante las protestas contra la reforma laboral, el grupo realizó dos
acciones: el 7 de marzo ocuparon Foment del Treball Nacional, una organización
integrada en la CEOE ;
y durante la huelga del 29M, los Iaioflautas ocuparon la sede de la Cadena Ser en
Barcelona, donde difundieron el manifiesto de la huelga del 99%.
ACCIONES ANTIRREPRESIÓN
Durante el mes de abril, las acciones del grupo se centraron en
la denuncia de la represión llevada a cabo por la Conselleria de
Interior. Así, el 26 de ese mes ocuparon el Departament de Interior para
protestar por las detenciones de cuatro personas en relación con la huelga
general. Tres días después, convocaron una marcha a la prisión de Quatre Camins
y, ya en mayo, recibieron a los estudiantes detenidos por participar en las
protestas del 29 de marzo.
Adrián Crespo / Barcelona
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