SONRISAS ALTRUISTAS PARA MEJORAR EL SISTEMA INMUNOLÓGICO
Era
algo que muchos ya intuíamos, pero ahora ha quedado formalmente
refrendado por un estudio científico: diseminar sonrisas aleatorias
por las calles puede ser una forma de mejorar la vida de los demás.
Lo han descubierto científicos de la Universidad de Purdue (Indiana,
EE.UU.). La sonrisa, placebo o no, puede estimular positivamente el
sistema inmunológico de una persona.
Un
buen ejercicio: la próxima vez que vayas caminando por la calle
–especialmente en el tenor de esta temporada soleada– regálale
una sonrisa a una persona desconocida –puede ser a una chica linda,
a un vagabundo o alguien totalmente al azar. Puedes variar los
términos de la sonrisa, jugar con la comunicación no-verbal, los
matices de lo imprevisto… (en definitiva, escapar de la red
estructuralista). Esto, científicos sociales lo han corroborado, es
una forma de diseminar bienestar por el mundo.
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La
reflexión de los investigadores apunta a que el sentimiento de
no-pertenencia y de soledad no sólo es psicológico; estudios
muestran una correlación entre la soledad y un sistema inmunológico
débil. Teorizan que el cuerpo manifiesta esta vejación como
respuesta evolutiva que motiva a buscar la compañía de los demás
-herencia de que durante buena parte de nuestra historia, para
sobrevivir, era necesario pertenecer a un grupo-.
Con
tan sólo una sonrisa puedes mejorar el sistema inmunológico de una
persona, además de propiciar un círculo virtuoso de situaciones: la
coincidencia de tu sonrisa podría detonar un estado emocional
positivo que se traduzca, a su vez, en un acto sustancial o
transformador. Un ejemplo general, una persona que recibió dicha
sonrisa –que es finalmente una señal de aprobación– tiene una
mayor probabilidad de, al encontrarse con otra persona, estar en un
estado de empatía y confianza el cual le permitiría elevar el
estado de ánimo de otra persona, tal vez alguien enfermo. O quizás
la confianza le permita acercarse a otra persona e iniciar una
relación energéticamente fluida y sanadora.
En
su libro Vagabundos del Dharma, Jack Kerouac recomienda
realizar “actos aleatorios de caridad”, en sintonía con una
especie de anarquía budista. Estas sonrisas se califican ciertamente
dentro de esta categoría. Más allá del cálculo kármico, una
motivación lúdica de salirse de la solemnidad programada y de la
indiferencia. Un proverbio japonés dice: “Somos estúpidos
bailemos o no, así que mejor bailemos” –lo mismo se puede
aplicar pues a la sonrisa.
Fuente:
Pijamasurf
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