LA CRISIS QUE VIENE
(extracto del epílogo del libro)
Todo ha quedado sencillamente en nuestras manos de donde, por otro lado, nunca debió salir: «ya no merece la pena esperar nada, porque no hay nada ni nadie a quien esperar».
Ante la podredumbre del sistema político, la criminal huida hacia delante de las elites financieras y la ausencia de alternativa, todo está por inventar, absolutamente todo: los grandes proyectos de reforma, la organización económica, la democracia.
Vivimos tiempos que sólo de forma artificial pueden ser reconocidos bajo la máscara de la escasez. Nuestra época es todavía la de mayor acumulación de riqueza de todo tiempo conocido
Nuestra verdad pasa por no aceptar el chantaje de una economía en crisis, de una renta siempre asociada al empleo, así como tampoco ninguna forma de responsabilidad institucional con la actual organización de la producción y la distribución de la riqueza social.
Nuestra verdad es que la buena vida, la vida que merece la pena ser vivida, pasa, si no sólo si en buena medida, por el reparto de la riqueza y la reinvención de la democracia.
En este camino, sólo nos falta perder el miedo, y conquistar la alegría de un mundo que todavía hoy, bajo la amenaza del inicio de una larga decadencia, es más rico que cualquiera de sus precedentes.
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