LA HUMILDAD Y LA CONEXIÓN CON LA TIERRA
La humildad es una virtud en muchas tradiciones de sabiduría. Me da la sensación que quienes aman a Gaia reconocen de forma instintiva su primacía. Aquellos que sienten una conexión con la Tierra tienden a tener una sensación de asombro y maravilla que genera sentimientos de humildad casi automáticamente.No es difícil hacer un salto simbólico aquí y concluir que los humanos tienen que ser humildes. Después de todo, los humanos vienen de la Tierra, al igual que la vida. No deberíamos creer que estamos por encima de todos los seres vivos. Sin embargo, los humanos tienen claramente una tendencia a hacer justo eso. Uno no imagina que las babosas y las ardillas necesiten que se les recuerde que deben ser humildes, e incluso las poderosas águilas parecen saber cuál es su lugar. Pero, y ¿nosotros?
Me dirijo aquí a la humanidad que mejor conozco, que es el
Norte colonizado, cristianizado, industrializado y dominado por Europa. Las
culturas indígenas parecen situarse a sí mismas en la red de la vida, lo que
podría reflejar una humildad básica, aunque soy cauteloso a la hora de
generalizar. Afirmaré, sin embargo, que el choque de culturas entre los
europeos y las Primeras Naciones en las Américas podría haberse evitado, o al
menos mejorado, si los colonos hubieran practicado la humildad. De hecho, Rick
Potts sostiene que “la humildad es lo opuesto a cierto sentido de la
palabra dominio”.
Confesiones reales
No puedo decir que mi vida se haya definido por la humildad.
Al contrario, en mi juventud, y especialmente durante los primeros años de mi
edad adulta, fui muchas veces arrogante. Aunque espero que ese aspecto de mi
personalidad haya mejorado con el tiempo, supongo que todavía soy más orgulloso
que humilde.
En la universidad y durante mis años como productor de
televisión, traté de justificar mi existencia mediante pura fuerza de voluntad,
con toda mi creatividad generalmente orientada hacia el autoengrandecimiento. A
menudo he pensado en este enfoque como “asaltar las puertas del cielo”. Ese fue
el impulso detrás de la serie
de televisión independiente, Rox.
¿Qué dices? ¿Que nunca has oído hablar de Rox?
Bueno, pues considérate afortunado. Aunque técnicamente todavía estamos en
producción, nuestro apogeo fue a principios de la década de 1990, cuando
exploramos los niveles más bajos de calidad de audio y vídeo a través del canal
de acceso público local en Bloomington, Indiana. Nuestra ineptitud técnica fue
superada por nuestra audacia, nuestra arrogancia y nuestra confianza
injustificada en nuestras propias habilidades.
Los resultados fueron absurdos y en ocasiones sublimes, lo
que llevó a la revista Wired a llamarnos “el mejor programa de
televisión de Estados Unidos”, mientras que la revista Time nos
reconoció como pioneros de Internet. Oh, tengo un archivo entero de recortes de
prensa.
Cuando lanzamos nuestro sitio web en 1995, incluí una cita
del ficticio Dr. Talos en mi página principal: «¿Dirías que estaba muy afectado
por el infame vicio de la falsa modestia?». No,
claramente, no lo estaba.
Mi último esfuerzo real en ese sentido fue The All
New Christy Paxson Show. Para aquellos que no me conocen personalmente,
debo explicar que Christy es mi esposa. Ella era la estrella de su propio
programa de televisión y, por supuesto, nuestra boda (organizada con
marionetas) fue un evento televisado. Tuvimos que alquilar un segundo local
sólo para contener nuestros egos. La nueva versión de su programa fue el tema
de mi tesis de final de máster.
Ese proyecto me llevó a mi primer trabajo real,
cuando me contrataron en la Universidad Xavier de Luisiana. Decidí que mi
enfoque en el futuro sería diferente. Ahora estaría más centrado en servir a
los demás. Cuando pienso en la humildad, mis primeros pensamientos son sobre
aquella transición.
Nuevos pensamientos para un nuevo milenio
Y así me he encontrado durante el último cuarto de siglo en
una institución donde se valora la humildad, una parte integral de nuestra
misión de justicia social. Se pone énfasis en el servicio y en cultivar el
desarrollo de líderes servidores. Mucho de esto deriva, no cabe duda, de
nuestra identidad Católica. No soy católico, pero tampoco soy negro. Xavier
atiende a un cuerpo estudiantil que históricamente es afroamericano, habiéndose
establecido en los tiempos en que la segregación era impuesta por ley.
Entre las muchas cosas que he aprendido en Xavier está esta:
tienes que ser humilde para servir a los demás, y eso es especialmente cierto a
pesar de las diferencias. Para decirlo claramente, a veces tienes que reconocer
que no lo sabes todo. Eso puede ser algo difícil para alguien que ha alcanzado
los más altos niveles de educación en un campo académico determinado, pero tal
como funciona nuestro sistema, la mayoría de los académicos no aprenden a ser
grandes profesores en la escuela de posgrado. Si quieres ser un gran maestro,
tienes que tragarte el orgullo y aprender un poco más. Nuestros profesores
blancos, en particular, tienen trabajo extra que hacer cuando se trata de
enseñar a estudiantes negros. Navegan y se comunican a través de diferencias
culturales. Algo que puede ser complicado y requiere humildad.
Y si necesitamos humildad para llegar a otros humanos,
¿cuánta más humildad se necesita para servir a nuestros parientes más que
humanos con quienes compartimos este planeta, nuestros compañeros
constituyentes de Gaia?
Practicando la humildad
La humildad, como todas las virtudes,
es una capacidad que hay que desarrollar con la práctica. Los rituales
simbólicos pueden ser una forma de modificar nuestra actitud para cambiar
nuestras conductas habituales. En otras palabras, la humildad simbólica puede
conducir a la humildad real, pero sólo si existe un deseo genuino.
Entre los rituales simbólicos de humildad, un ejemplo sorprendente es la práctica cristiana del lavatorio de pies. Cuando un poderoso arzobispo o el propio papa de Roma lava los pies de un preso, ¿lo hace para recordarse a sí mismo el valor de la humildad?
La historia de Jesús lavando los
pies a sus discípulos sugiere esa intención. Mi pregunta para la comunidad
gaiana es la siguiente: ¿qué rituales simbólicos podrían recordarnos la
humildad necesaria en nuestro papel de servir a Gaia y a sus constituyentes?
Me viene a la mente recoger la basura, especialmente la de otras personas. ¡Qué molestia, literalmente! Todo ese agacharse y estirarse puede hacer que duela la espalda. Es una labor sucia que algunos podrían considerar degradante, pero también funciona como un buen recordatorio.
Esas
botellas de plástico y vasos de poliestireno desechados. Esa es la basura de mi
sociedad. Si no la limpio yo, ¿quién lo hará? La recogida de basura no suele
considerarse un ritual, pero quizá debería serlo. Quizás serían más poderosos
estos rituales si pidiéramos perdón a la tierra. Por supuesto, esto es solo una
idea. Me encantaría escuchar las vuestras.
https://www.15-15-15.org/webzine/2025/04/08/la-humildad-y-nuestra-conexion-con-la-tierra/
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