Tras
años
de luchas cuyos avances han sido innegables, el discurso dominante,
neoliberal, excluyente e injusto,
no solo continúa
vigente, sino que además
ha conseguido neutralizar
muchas
de las demandas ciudadanas. Qué
es lo que ha ocurrido por qué
y, sobre todo, qué
es lo que nos aguarda en el futuro . Con estos interrogantes, hace
poco más
de un año
varias organizaciones sociales de distinto tipo nos juntamos para
hacer frente a una realidad que escuece.
Con
más
preguntas que respuestas, con más
convicción
que certezas, tuvimos, y tenemos, claro que la confluencia de
nuestras luchas es urgente. Es la hora de ofrecer un llamamiento
articulado y común
a la ciudadanía
global.
Así
nació
en junio de 2017 Quorum
Global,
un proceso de articulación
colectivo que es mucho más
que una simple suma de propuestas: la confluencia de resistencias
multiplica nuestra capacidad para construir soluciones colectivas y
duraderas ante una encrucijada marcada por el desbordamiento
ecológico,
los retrocesos democráticos,
las altísimas
concentraciones de riqueza o el incremento de las violencias. En ese
momento establecimos un
marco común,
unas bases para transitar hacia las transformaciones profundas requeridas
por las amenazas globales que enfrentamos.
El
diálogo
en este tiempo ha sido crucial para
construir una nueva narrativa de lo que es posible y de lo que no;
para avanzar hacia la soberanía
popular y su capacidad para articular propuestas de futuro comunes,
globales y realistas. No basta con decir basta; defenderse y resistir
ya no es suficiente. Es urgente conseguir que el presente se vaya
pareciendo a un futuro más
justo, con nuevas relaciones de cuidados con la naturaleza; un
presente que apueste por la sostenibilidad, por los feminismos; que
construya sociedades que se basen en los derechos humanos y no en la
capacidad de consumo; y en el que la economía
vuelva a hablar de relaciones entre personas.
Islas
conectadas para otro futuro
En
el proceso hemos aprendido a relacionarnos de otra manera, sabiendo
que nuestros problemas no están
en el
otro,
ni en el
distinto,
ni siquiera en nuestras legítimas
discrepancias. La clave está
en ser
capaces de construir,
desde nuestra riqueza, narrativas y propuestas de acción
en común.
Esa es la principal aportación
de Quorum Global que nos lleva al siguiente paso: concretar esas
iniciativas en un mar de propuestas de cambio real.
Del
19 al 21 de octubre, Málaga
acoge el encuentro Islas
Encendidas.
Con más
de 300 personas inscritas, reunirá
a integrantes de distintos movimientos sociales -ecologistas,
feministas, de desarrollo, derechos humanos…-,
de universidades, medios de comunicación,
etc. Su objetivo: dibujar una brújula
común
que oriente las diversas navegaciones y frene la deriva global.
Las
recetas aplicadas hasta ahora no han conseguido el giro de timón
que buscábamos.
Necesitamos ir más
allá
de las emergencias diarias, con una mirada a largo plazo e
integradora de nuevos paradigmas económicos,
políticos
territoriales, tecnológicos,
sociales, medioambientales, feministas y vitales.
Existen
algunas experiencias que pueden iluminar la senda. La periodista,
escritora y activista canadiense, Naomi Klein, propone algunas
recetas que podrían
valernos para esta cultura de Quorum Global. La primera: “asumir
que mi crisis no es más
grave que la tuya”.
La segunda: “aprender
a clasificar
los problemas según
su importancia,
establecer prioridades”.
Y tercera: “encontrar
soluciones integradas”,
puesto que muchas crisis se entrecruzan.
Este
ejercicio nos obliga a aceptar que no todas mis demandas y
reivindicaciones caben en la agenda colectiva. Lo que no significa
que abandonemos o decaiga nuestra lucha, nuestro propio proyecto.
Obliga también
y principalmente a entender que construimos en común
y que “el
conflicto respetuoso es sano”.
La identificación
y gestión
de las discrepancias nos permite seguir avanzando y encontrar
alternativas colectivas a problemas comunes.
Si
algo hemos aprendido en las últimas
décadas
es que no
estamos aisladas.
La conexión
entre problemas que, en principio, parecen distintos es hoy más
evidente que nunca. Ahora bien, la confluencia no puede quedarse
restringida a nuestros colectivos en una suerte de “amalgama
indescifrable”
que nadie entiende. La explicación
de nuestras propuestas en un lenguaje comprensible es crucial para
que la mayoría
social se sume al cambio. Nada de jeroglíficos.
Basta de la cultura del No, apostemos por el Sí,
por contar las muchas iniciativas que están
demostrando que los cambios son posibles.
No
podemos resolver todo en dos días.
Debemos seguir el camino
colectivo aprendiendo
a escuchar y a detectar los temas comunes, los valores y actitudes
colectivos. Con todo lo que ya llevamos en nuestras maletas, y con
aquello de lo que las llenemos en Málaga,
volveremos a nuestros quehaceres diarios con un nuevo horizonte en el
que reconocernos y en el que reivindicar uno de nuestros elementos
más
valioso: la relación
entre nosotros. Pequeñas
islas conectadas que construyen otros mundos posibles. Ese es el
reto.
Ramon
Muñagorri
Triana
Miembro
de Alianza por la Solidaridad, organización
impulsora de Quorum Global.
Quorum
Global
redaccion@lamarea.com
https://www.lamarea.com/2018/10/10/quorum-global-o-como-construir-en-comun/
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