6/8/14

La "reserva fraccionaria" supone una violación del derecho de propiedad

LA GRAN ESTAFA, VERSIÓN EXPRESS


Voy a contar de una forma muy simplificada una teoría que explica el "por qué" de las recurrentes burbujas y recesiones que asolan a las economías mundiales desde hace siglos, y que tanto sufrimiento causan a millones de personas. Una incongruencia tan evidente que te dejará aturdido. De ser acertada esta explicación, esto que te voy a contar sería la mayor aberración que ocurre legalmente desde que se abolió la esclavitud.

Empecemos por el principio: los bancos.

Simplificando mucho, en su origen, los bancos son lugares donde los ciudadanos depositaban su oro para su custodia. El banco le daba al depositante unos papeles con unas cantidades escritas, algo así como unos "justificantes". Más tarde, cuando el depositante quería recuperar el oro, no tenía más que presentar esos "justificantes", y el banco le daba la cantidad de oro que había escrita en ellos.

En virtud de la confianza que los ciudadanos tenían en dichos justificantes (papeles sellados por el banco), el depositante podía usarlos para pagar como si del propio oro se tratase, porque después el receptor podía ir con ese papel al banco y retirar la cantidad de oro que había escrita en él. Por acuerdo social, esos papelitos se convierten 
de facto en "dinero".

Lo que ocurre eventualmente es que los bancos se dan cuenta de que los portadores de esos "papeles" rara vez retiran el oro. Los papeles empiezan sencillamente a cambiar de manos en las operaciones comerciales, mientras el oro reposa plácidamente en las instalaciones del banco.
Es entonces cuando a los banqueros se les enciende la bombilla: "¿qué tal si en vez de tener todo este oro aquí muerto de risa, lo prestamos y sacamos un beneficio con ello?"

Brillante, ¿no? Pero hay más: dado que la sociedad atribuye valor a los papelitos (la cantidad de oro que tienen escrita), el banco ni siquiera tiene que tocar el oro: presta papelitos directamente. El banco comienza a emitir papelitos sin recibir oro, y además puede emitir tantos como quiera, porque 
"nadie viene nunca a por el oro".

¿Y cuál es el problema?
El hecho de que haya más y más papelitos en circulación, pero los mismos bienes y servicios que antes, hace que, por acción del mercado, hagan falta cada vez más papelitos para comprar lo mismo, es decir, los precios (y los sueldos) suben de manera artificial e injustificada, fenómeno que hoy día denominamos "burbuja".

Eventualmente, los comerciantes observan que resulta más barato comprar los bienes en otro país cuyos productos no han sufrido esa inflación. En esas transacciones, los comerciantes extranjeros, bien demandan directamente oro como forma de pago, o bien aceptan los papelitos que después intentan canjear por oro ellos mismos. El problema está en que, como hemos visto, hay muchos más papelitos que oro.

Llega un momento en que el banco no tiene suficiente oro para canjear papelitos, lo cual les hace perder todo su valor y, obviamente, dejan de aceptarse como forma de pago. Entonces el público se encuentra con un montón de papel inútil en sus manos, y sin su oro. Nos encontramos ante la primera crisis financiera de la historia.

Pero... ¿qué me importa a mí lo que sucedió en tiempos de Matusalén?
Fast-forward hasta 1844, Inglaterra.
Eventualmente, el legislador reconoce que cuando los bancos emiten moneda sin respaldo de oro, están cometiendo un fraude (como intuitivamente cualquiera puede comprender). Un fraude que, además, tiene consecuencias para la economía, como la aparición de "burbujas" y "crisis financieras", que acarrean un gravísimo perjuicio para toda la población.

Para enmendarlo, el 19 de Julio de dicho año se promulga la Ley de
 Peel, que constituye la base de todos los sistemas bancarios modernos. Esta ley prohíbe explícitamente la emisión de papel moneda (nuestros papelitos) sin respaldo de la misma cantidad de oro en las instalaciones del banco. Esto técnicamente se llama "coeficiente de caja del 100%".

Ah, muy bien. Entonces, problema solventado, ¿no?

Por desgracia, la reforma fue un fracaso ya que se siguieron produciendo burbujas y bruscas recesiones, pero los teóricos económicos reconocidos en la época no acertaban a explicar por qué.

Hoy día, la Teoría Económica ha alcanzado un grado de madurez suficiente para comprender con precisión el mecanismo que hay detrás de dichas burbujas y recesiones.

Resulta que, además de imprimiendo papelitos, los bancos estaban emitiendo moneda usando otra fórmula que los teóricos y legisladores de entonces no acertaron a identificar: se trata de los 
depósitos bancarios "a la vista" (la cuenta corriente de toda la vida, vamos).

El depósito "a la vista" es un contrato con el banco para prestarte un servicio: guardar tu dinero. Pero ese dinero sigue siendo tuyo, no se lo prestas. Lo consideras parte de tu haber, a tu entera disposición.

El problema es que, como pasaba con el oro, los bancos hacen una observación inteligente: 
nunca vienen todos los clientes a la vez a retirar sus depósitos.

Es por ello que  los bancos comienzan a prestar algo que no es suyo: tu depósito. Es decir, comienzan a funcionar con un sistema llamado de "
reserva fraccionaria": mantienen en caja una pequeña fracción de lo que depositan los clientes para hacer frente a retiradas de efectivo, y el resto lo prestan.

Pero a mí el banco me paga un pequeño interés por mis cuentas corrientes, entonces es como si le hiciera un préstamo, ¿no?

En absoluto, no es como si hicieses un préstamo porque tú, en tu tesorería, en tu haber, cuentas con ese dinero como si estuviese en tu bolsillo. Tienes total disponibilidad de él. Es moneda real que tú posees. El banco te paga un interés por la competencia entre bancos para captar esos fondos, y porque al prestarlo después y sacarle rentabilidad, puede permitírselo.

Vale, no es un préstamo, pero no entiendo por qué dices que con la reserva fraccionaria los bancos emiten moneda.
Te lo explico. Supongamos que tú depositas 50.000 euros en el banco, pero no se los prestas, mantienes la completa disponibilidad de ese dinero, es como si los tuvieras en el bolsillo.

El banco conserva una fracción de ese dinero para hacer frente a retiradas, y el resto lo presta a un tercero. Supongamos que presta 45.000 euros al señor López. Ahora el señor López, en virtud del préstamo, considera, con todas las de la ley, que tiene 45.000 euros a su plena disposición. Y tú consideras, con todas las de la ley, que tienes 50.000 euros a tu entera disposición. El banco acaba de generar de la nada 45.000 unidades monetarias, y se ha quedado más ancho que largo.

Por su parte, el señor López emplea esos 45.000 euros en comprarse un tractor. Con los beneficios que va a hacer trabajando la tierra, será capaz de devolver el préstamo al banco.

El vendedor del tractor recibe esos 45.000 euros, y los mete en su banco, en su cuenta corriente. De nuevo, no es un préstamo. El vendedor del tractor considera que tiene ese dinero a su entera disposición, depositado en el banco para su simple custodia.

Ahora bien, este segundo banco, que también funciona con reserva fraccionaria, vuelve a prestar una parte de ese dinero, por ejemplo, 40.000 euros, al señor Míguez. La situación final es la siguiente:

Tú tienes 50.000 euros en el banco a tu entera disposición.
El vendedor del tractor tiene 45.000 euros en el banco a su entera disposición.
El señor Míguez ha recibido un préstamo de 40.000 euros que tiene a su entera disposición.

A partir de tus 50.000 euros iniciales, ahora hay en circulación 135.000 euros. Y cuando el señor Míguez use esos 40.000 euros, acabarán a su vez en otro banco, que volverá a prestar parte, aumentando aún más la oferta monetaria.

El banco está emitiendo moneda como hacía con los papelitos sin respaldo de oro.

¿Y qué pasa si retiro mis 50.000 euros iniciales?
El banco tiene suficientes reservas del resto de clientes para darte sin problemas tus 50.000 euros. El sistema se basa en la premisa de que los clientes no retiran sus depósitos simultáneamente (en este caso, el banco no tendría suficiente dinero para satisfacer todas las retiradas, igual que en el caso del oro).

Hace años que conozco esto de la "reserva fraccionaria". De hecho, todo el mundo lo conoce. Es una práctica totalmente transparente y legal.
En efecto, lo es. Lo es porque cuando se promulgó la Ley de Peel, los legisladores se dieron cuenta del fraude que suponía emitir papel moneda sin respaldo, pero no se dieron cuenta de que la emisión de depósitos tenía el mismo significado económico. Por tanto, por un absurdo error histórico heredado hasta nuestros días, esta práctica es legal. Por surrealista que parezca.

¿La legalidad de la reserva fraccionaria es fruto de un error?
Esto es exactamente lo que te estoy diciendo. El objetivo de La Ley de Peel era que los bancos no emitiesen moneda sin respaldo, pero se le olvidó (por desconocimiento) incluir los depósitos con reserva fraccionaria en la ley.

La reserva fraccionaria, además, está tan arraigada en el subconsciente colectivo que la gente no sólo acepta su legalidad, sino que les parece "lógico", e incluso "necesario". Más tarde profundizaremos en esto.

Por ahora sólo diré que únicamente un tipo de organización en el mundo goza de este privilegio legal (poder prestar algo que no es suyo): los bancos.

Supone además una violación del derecho tradicional, y un atentado contra el sentido común.

Bueno pero lo que hacen los bancos es "aprovechar" esos recursos que de otra forma estarían "desaprovechados". De hecho, es útil, mira: yo obtengo mi pequeño interés, el banco obtiene una rentabilidad, y el señor López obtiene el tractor que tanto necesitaba, ¡todos contentos! ¿dónde está el problema?

Violar los principios inmanentes y tradicionales del derecho nunca es "gratis". Y la "reserva fraccionaria" supone una violación del derecho de propiedad que, como cabía esperar, provoca importantes consecuencias negativas en los procesos de interacción social. De estas consecuencias hablaremos en la segunda parte de este artículo.

1 comentario:

john hurt dijo...

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