13/8/14

El desarrollo debe ser pensado a escala humana

ECONOMÍA SOLIDARIA: UN NUEVO ENFOQUE DE LA ECONOMÍA ALTERNATIVA

La economía solidaria plantea un nuevo enfoque conceptual, a nivel de la teoría económica, con injerencia a las formas económicas cooperativas, autogestionarias y asociativas; es una forma diferente de producir, mercadear y comercializar aquello necesario para la vida. 
No hay explotación humana ni de los recursos naturales. Se promulga la cooperación, fortaleciendo el grupo, sin patrón ni empleado, cada uno pensando en el bien de todos y no en su propio bien. 
Como movimiento de ideas, la economía solidaria se ha convertido en uno de los principales movimientos sociales que ha logrado traducir su lema “Otro mundo es posible” por el de “Otra economía es posible.”

Es un proceso real en el que diferentes países de América Latina, como por ejemplo, Brasil, Ecuador y Colombia incursionaron y donde convergen la búsqueda de variados y múltiples sectores y grupos; estos conjuntos de emprendimientos populares de carácter asociativo, se manifiestan en una serie de iniciativas comunitarias de hacer economía en todas sus expresiones: producción, consumo, distribución y ahorro.

Existe un pilar en la economía alternativa, cimentado en la cooperación, la autogestión y la ayuda mutua. Otra economía para fortalecer la autogestión, la consolidación de emprendimientos productivos, el desarrollo comunitario, las prácticas agroecológicas, la soberanía alimentaria, el consumo responsable y el comercio justo, todo ello converge en redes locales, regionales, nacionales e internacionales que fortalecen esta alternativa.


La economía solidaria ofrece una contribución relevante al potenciamiento del desarrollo para Costa Rica, por medio de la cual se logre un desarrollo humano, más inclusivo, más participativo y ecológicamente sustentable.

En la economía solidaria se plantean dos grandes fines en primer lugar, rescatar las formas económicas alternativas a las meramente mercantiles, basadas en valores solidarios; y en segundo lugar, ser la base de una nueva corriente teórica-metodológica económica, que permita la consolidación de esas nuevas corrientes alternativas.

Luis Razeto (1988) plantea: “Es importante entender que el concepto de solidaridad no es de simple fraternidad hacia los más pobres o la simple gratuidad ni caridad para con los más débiles, sino que es y representa “la unión de conciencias, voluntades y sentimientos tras un objetivo compartido que genera energía social y se manifiesta eficientemente, dando lugar a efectos positivos, incrementando el logro de los objetivos de la organización en que opera”.

Finalmente, tal y como lo señala Manfred Max-Neef: “El desarrollo debe ser pensado a escala humana…, es necesario crear vínculos que orienten la labor conjunta de todos los interesados”.

Por Dr. Jorge E. Loaiza Cárdenas desde Costa Rica

FUENTE:  www.prensalibre.cr


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