LO QUE ESCONDE EL TTIP
(Tratado Comercial Transatlántico)
La UE y EE UU preparan un pacto de liberalización de
inversiones
El autor, miembro de Ecologistas en Acción, analiza las graves
consecuencias del llamado pacto de libre comercio e inversiones que se está
negociando entre la UE y EE UU con el nombre de Asociación Transatlántica de
Comercio e Inversiones (TTIP).
El mensaje desde las
fuerzas políticas y económicas hegemónicas parece evidente: “Europa
ya está saliendo de la crisis”. Sin embargo, las cifras muestran cómo la
realidad es otra: la UE ha registrado dos recesiones en menos
de cinco años y tres de las cinco mayores economías de la UE siguen en recesión
y registran crecientes cifras de desempleo y un aumento de los precios.
De hecho, según la OCDE
de aquí a 2015 el 90% del crecimiento mundial se generará fuera de Europa, y un
tercio sólo en China. En esta línea el Consejo Nacional de Inteligencia norteamericano,
Asia está desplazando al gigante EE UU y la UE como mayores economías,
exportadores y proveedores de inversión extranjera directa.
Se
estima que Asia tendrá más producto interior bruto (PIB), más gasto militar y
más inversión en tecnología que la UE o EE UU. Con una balanza comercial claramente
desequilibrada los poderes políticos, económicos y financieros, a ambos lados
del Atlántico, preparan la contraofensiva geopolítica ya que aún representan el
40% del PIB mundial y un tercio del comercio internacional. Según Javier
Solana, ex alto representante de la política exterior de la UE: “Europa y EE UU
se necesitan mutuamente y la cooperación entre ambos lados del Atlántico es
clave”. André Sapir, del think thank neoliberal Bruegel, afirma que “se
trata de enviarle el mensaje a China de que todavía somos muy importantes”.
La respuesta llega en
forma de un polémico tratado
comercial transatlántico denominado “Asociación Transatlántica de Comercio e
Inversiones” (TTIP, por sus siglas en inglés) o el “sueño europeo-americano”,
tal y como lo ha calificado el también ex secretario general de la OTAN Solana.
La nueva ronda de negociaciones, iniciadas en julio, tenía previsto reanudarse
hoy 7 de octubre en Bruselas a puerta cerrada y con documentos secretos,
únicamente accesibles para los grupos de presión empresariales, pero a última
hora ha sido desconvocada. Entre los supuestos beneficios de este acuerdo está,
según la Comisión Europea, la creación de 400.000 nuevos empleos, una línea en
la que también incidió Barack Obama que habló de millones de puestos
cualificados.
Sin controles
laborales, ni ambientales
Frente a las mentiras
de la creación de empleo, la realidad es otra: el TTIP se usará para eliminar
regulaciones sociales, laborales y ambientales que hasta la fecha han protegido
–de forma desigual– ciertos derechos de las personas. El
beneficio será para las grandes empresas transnacionales. Así
se deduce de las explicaciones de la Comisión Europea: “la barrera comercial
más importante no son los aranceles que se pagan en la aduana, sino los
obstáculos detrás de las fronteras, tales como las diferentes normas
ambientales y de seguridad […] El objetivo de este pacto comerciales reducir los costes y
retrasos innecesarios para las corporaciones…”
Aprovechándose de la
violenta crisis el argumento de “crear empleo” neutralizará cualquier
preocupación por la salud, los derechos laborales y la crisis ecológica. EE UU se niega a ratificar normas y convenciones de la
Organización Internacional del Trabajo sobre derecho a la sindicalización.
Mientras tanto, la Comisión Europea acelera los ataques a las políticas
salariales exigiendo normas más “flexibles”. Los programas de
ajuste estructural y recortes sociales de la troika resultantes de la crisis
del euro y la liberalización comercial son dos caras de la misma moneda.
Bruselas está controlada por los lobbies
Según el colectivo
Corporate Europe Observatory la Comisión Europea efectuó 130
“reuniones con partes interesadas” en relación a las conversaciones para un
acuerdo de libre comercio entre la UE y EE UU. Al menos 119 de
estas reuniones –más del 93%– fueron con grandes empresas y sus grupos de
presión, entre ellos destacan el Consejo Empresarial Transatlántico y Business
Europe. Así, este pacto transatlántico plantea numerosos y graves amenazas
para la población, el medioambiente y las economías. Asimismo concentrará
todavía más poder económico y político en las manos de las elites en ambos
lados del Atlántico.
Inseguridad alimentaria y fracking
Corporaciones
transnacionales de EE UU están haciendo mucho lobby para rebajar las normas
laborales en Europa y deshacerse del Principio de Precaución (sobre el que se
basan varias directivas ambientales como la
que regula las sustancias químicas peligrosas o las normas de seguridad
alimentaria, etc.), con el fin de aumentar sus exportaciones.
El enfoque de la
Comisión Europea al negociar las normas de seguridad alimentaria encajarían
perfectamente con los continuos intentos por parte de la Autoridad Europea de
Seguridad Alimentaria (EFSA) de descafeinar el sistema regulador de la UE para
los Organismos Modificados Genéticamente al nivel de los EE UU – donde los
alimentos transgénicos no requieren una supervisión, pruebas de seguridad o
etiquetado. Por su parte, empresas energéticas tienen su vista puesta sobre la extracción de
gas y petróleo no convencional mediante la fractura hidráulica (fracking) y
podrían usar las negociaciones del TTIP para romper las prohibiciones logradas
por las movilizaciones sociales.
Nuevas amenazas a la sanidad pública y a la libertad de expresión
Estas
negociaciones incluirían un capítulo sobre inversiones, con el que
empresas farmacéuticas y de servicios hospitalarios podrían
impugnar legalmente las políticas públicas de salud, algo que ha pasado ya con
otros tratado comerciales. Aparte de que la UE ensaya vender
los servicios de salud pública a los inversores transnacionales, con el pacto
comercial se pretende profundizar en los Derechos de Propiedad Intelectual que
debilitaría el acceso de pacientes –especialmente de enfermedades crónicas- a
medicinas genéricas. La Asociación Europea de las Medicinas Genéricas (EGA)
advierte que cualquier intento de fortalecer los derechos de propiedad
intelectual tendrá consecuencias negativas sobre el suministro de medicamentos
genéricos”, e impide la producción de medicamentos más baratos y efectivos.
Una de las demandas claves de las patronales en todas las
negaciones comerciales ha sido garantizar que la compra pública (contratos de
gobiernos locales, autonómicos, estatales) sean abiertos a la competición
global, especialmente de cara a los recientes programas económicos que
pretenden favorecer contratos con pequeñas empresas locales frente a las
empresas multinacionales como una vía de apoyar las economías locales para
recuperarse de la crisis financiera.
Colectivos que
defienden la libertad de expresión en Internet y el copyleft, y quienes
consiguieron frenar el Acuerdo Comercial Anti- Falsificación (ACTA) en el
Parlamento Europeo en 2012, tienen muchas razones para estar preocupados porque una nueva versión de ACTA hace
parte de las negociaciones de normas más favorables para las corporaciones de
la comunicación y la Propiedad Intelectual.
Liberalización de los servicios
El acuerdo de libre comercio UE-EE UU busca una mayor
liberalización de todos los sectores de servicios, pero muy en concreto de las
políticas de inversión y de los servicios financieros. “Hay rumores cada vez
más fuertes [sobre los esfuerzos que están haciendo las grandes corporaciones
financieras] para conseguir silenciosamente a través de los acuerdos
comerciales lo que no pueden obtener a la vista del gran público”, avisó en
Bloomberg News la senadora Elizabeth Warren, miembro de la Comisión de Bancos
del Senado de los EEUU. Con el apoyo de la Comisión Europea y el Gobierno del
Reino Unido, los grupos de presión empresariales de EEUU y la UE están
redactando normas para eliminar regulaciones gubernamentales que limitan los
movimientos de capitales así como suprimir los controles sobre los gigantescos
transferencias transatlánticos entre las plazas financieras más importantes
(Wall Street, City de Londres, Frankfurt, París). El pacto con un capítulo
sobre la “protección de inversiones” permitiría asimismo a bancos y fondos de
inversión de Wall Street demandar, por ejemplo, al Gobierno griego, si éste
resolviese no pagar la deuda ilegítima para garantizar los derechos sociales de
la población. El TTIP permitiría a los bancos debilitar o eliminar regulaciones
así como demandar a los gobiernos por “perdidas de beneficios potenciales” y
recibir compensaciones pagados con los impuestos de la ciudadanía.
Pérdida de empleo y Derechos Laborales
El estudio de impacto de la Comisión Europeo sobre el futuro
tratado comercial reconoce que sectores como la ganadería, fertilizantes,
agrocombustibles y azúcar sufrirán impactos negativos. También bajarían los
ingresos de industrias como la maquinaria electrónica, equipos de transporte y
metalúrgica, así como los sectores de productos madereros y papel, servicios a
las empresas y comunicación con la consecuente pérdida de puestos de trabajo.
Una mayor exportación de EEUU podría agravar además la división intra-europea
entre los países “ricos” y “pobres”. Al respecto señala el reciente Informe
sobre Comercio y Desarrollo 2013 de la UNCTAD que la estrategia de competir a
través de las exportaciones no puede llevarse a cabo por todos sin terminar por
empobrecer a los demás países, y, por lo tanto, destrozando a todas las
economías que la practican.
Resulta razonable
concluir que las políticas de liberalización comercial y de inversiones
conllevan una pérdida de empleos y derechos laborales, una mayor precarización
y el aumento de desigualdades. Mientras la UE busque la subordinación de sus leyes laborales a los
intereses de las grandes empresas, es de esperar que el derecho a la
sindicalización, la negociación colectiva, el derecho a la huelga y otros
derechos laborales sigan minándose.
El Acta única europea
Este nuevo pacto
comercial se enmarca en las políticas de Bruselas iniciadas en la década de los
80, como la entrada del Acta única Europea (1985), el mercado
único Europeo que pronosticaban la creación de entre 2 y 5 millones de puestos
de trabajo en la UE-12 que existía en el momento. Lo que ocultaban era cuántos
empleos se destruirían.
Hoy, veinte años más
tarde, en la UE hay 26 millones de personas sin empleo y otras tantas
trabajadoras y trabajadores con un sueldo de miseria. En el Reino Unido, más de seis
millones de personas de hogares con empleo están sumadas en la pobreza. La
entrada en la UE y la adopción del euro causó la desindustrialización parcial
de los países mediterráneos. En Grecia, por ejemplo, el Mercado Único ha
destruido mucho empleo en el sector manufacturero (-10%) y agrario (-20%).
MÁS INFORMACIÓN:
Vídeo sobre explicativo sobre Asociación
Transatlántica de Comercio e Inversiones” (TTIP)
http://power-shift.de/?p=1631
https://www.facebook.com/groups/367435400050082/?fref=ts
https://www.facebook.com/events/1409033069308358/
https://www.facebook.com/groups/367435400050082/?fref=ts
https://www.facebook.com/events/1409033069308358/
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LAS RESISTENCIAS Y LAS RESPUESTAS DE LA SOCIEDAD CIVIL
Un amplio abanico de redes y organizaciones sociales de ambos lados del Atlántico ya han hecho
sonar las alarmas. Hay
un primer nivel de coordinación para frenar las negociaciones y exponer sus
amenazas. La red europea Seattle-to-Brussels Networkpublicará un informe para
explicar las posibles consecuencias de este tratado transatlántico y convocará
una reunión en diciembre para coordinar la lucha entre colectivos de EEUU y
Europa. Es una
importante oportunidad para forjar vínculos con los movimientos sociales
anticapitalista de EE UU y acordar estrategias comunes.
En Alemania hay una campaña “TTIP” nein danke!, en Francia se
está formando una coalición. En otros países hay procesos similares. El tema
está también en la agenda de un encuentro europeo de estrategias frente a las
políticas económicas de la UE y de la troika que tendrá lugar del 4 al 6 de
octubre en Ámsterdam. Por las redes sociales se han convocado acciones el 24 de
noviembre. También en el Estado español se está preparando reuniones para
explorar las condiciones de una campaña amplia.
Es un tema que podría entrar en
la agenda del 15M y las mareas en defensa de los servicios públicos. Una oportunidad para salir a la calle de forma descentralizada
podría ser la semana del 1 al 6 de diciembre, mientras se reúne en Bali la
Organización Mundial de Comercio, el Movimiento de Indonesia contra
Neocolonialismo e Imperialismo “Gerak Lawan” ha convocado a los movimientos por
la justicia global a segundar una semana de lucha contra el “libre” comercio.
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