Las personas que compartimos somos gente práctica y
eficiente
#Compartidores ha supuesto un gran aprendizaje, que claro
está, queremos compartir en este artículo con todos vosotros. ¿Cómo nos vemos
la gente que nos gusta compartir?, ¿cómo nos vemos a nosotros mismos?
El evento de Barcelona
Misión cumplida, durante el
PlayShop fuimos capaces de pasar un rato divertido, además de aprender y
descubrir claves muy interesantes en torno a las personas que ya estamos
disfrutando del consumo colaborativo.
Previamente al evento más de 100
compartidores empezaron el autoretrato colectivo a través de las redes sociales
y durante el evento terminamos de construir el retrato colectivo. Estos son las
conclusiones más interesantes:
- Los compartidores somos gente práctica y compartir bienes y recursos es una manera no solo de ser más sostenibles sino que también nos hace más eficientes.
Ya lo estamos viendo en otros estudios, una de las motivaciones
principales para practicar el consumo colaborativo es la convenience, y así se
vió también claramente en el autoretrato que hicimos en #Compartidores.
Las plataformas e iniciativas que están teniendo más éxito son aquellas que
realmente están facilitando la vida a las personas, aquellas que están dando un
tipo de servicio que no son capaces de cubrir actualmente las iniciativas
tradicionales. Y no solo estamos hablando de ahorrar o ganar dinero con el
Consumo Colaborativo.
- Compartimos por dinero, pero no solo por dinero.
Compartimos para ganar algo de
dinero extra, o sobre todo para ahorrar…pero esta no es la única gran razón y
muchas veces ni siquiera es la principal motivación. En los medios de
comunicación se está asociando claramente el consumo colaborativo con la crisis
económica, es decir, esto está ocurriendo como recurso para ganar o ahorrar
dinero y se pone en entredicho su supervivencia una vez acabe la crisis. En
#Compartidores hemos visto que esto no es del todo cierto:
1. Por un lado, el
concepto de “cuando acabe la crisis” al día de hoy es bastante discutible:
¿alguien piensa todavía que volveremos a lo de antes?¿hasta cuándo vamos a
seguir mirándolo todo con las gafas de la crisis?
2. Por otro lado compartir significa para los compartidores una nueva
forma de consumo, un consumo donde es posible añadir valores y sostenibilidad. Compartimos para ahorrar dinero pero también por
valores. Podemos decir incluso que estamos recuperando las ganas de consumir, consumir
sin mala conciencia, consumir sin despilfarrar.
3. Consumir y aportar valor a la sociedad es posible, hay muchas personas que están insatisfechas
con el modelo de consumo actual y la propia palabra consumo, aun siendo la
piedra angular de nuestra economía y sociedad, de hecho somos la “sociedad de
consumo”, tiene connotaciones negativas. “eres un consumista” no es
precisamente un piropo. Compartir puede significar un resurgimiento del
consumo. Durante el evento se apuntaron términos tan interesantes como “consumo
ideológico”, o “ahorro colectivo”.
“Consumo inteligente” o “smart consume”
Muchas veces
es más inteligente consumir colaborativamente que consumir comprando, por las razones que hemos visto anteriormente, económicas, morales
y sociales. Es un claro error asociar el consumo colaborativo con clases
desfavorecidas, y cada vez tenemos más claro que es la gran clase media,
educada, formada y con inquietudes sociales las que están adoptando este tipo
de consumo
Consumo de experiencias humanas.
La experiencia que se produce
cuando interactúas con una persona como tu, con un par o igual (peer to peer)
es algo único y novedoso que no nos habían ofrecido hasta ahora cuando nos
relacionamos con personas que trabajan en una organización. Es lo que se bautizó
durante el evento como el “efecto
sorpresa”, el ir, por ejemplo, a casa de un desconocido y no
saber qué te vas a encontrar exactamente, ese margen para la aventura, la
sorpresa positiva y la improvisación es un tipo de experiencia única y muy
humana, de ahí que conecte tanto con el compartidor.
Somos el presente – futuro
El consumo colaborativo lejos de ser una moda pasajera, es
un modelo que mejora muchas soluciones que hasta ahora se proponían desde el
consumo tradicional. A pesar de los palos entre las ruedas del consumo colaborativo que están
metiendo las industrias tradicionales, el sentimiento general es el de
optimismo: “esto no hay quien lo pare”.
Como resumen
podemos apuntar las siguientes tendencias y consumer insights que está asentando el consumo colaborativo:
Consumo
ideológico. Consumo por el
beneficio personal y el placer individual, pero a la vez, es un tipo de consumo
que favorece el giro hacia una sociedad más distribuida (riqueza) y sostenible
(recursos).
2
Consumo
feliz. Reconciliación con el
consumo, volver a consumir sin remordimientos, incluso con placer, ya que
consumir y dar valor a la sociedad es posible con el consumo colaborativo.
3
Consumo
inteligente. Consumes, ahorras y ademas eres más eficiente,
individualmente y colectivamente.
4
Consumo
contemporáneo. Ya tenemos un nuevo modelo económico, y
tenemos un sistema que funciona, es eficiente. Somos vanguardia, estamos
innovando, estamos transformando el mundo, somos pioneros.
Por primera
vez en la historia de la sociedad de consumo, ser sostenible es más barato y
además eficiente. Quizás lo que no consiguió en su día la ecología, lo consiga
ahora el consumo colaborativo. Ahorrar dinero y consumir acorde a unos valores
es el gran valor diferencial del consumo colaborativo y lo que le hace
imparable.
Todo empezó con la pregunta, ¿seremos tan raros los compartidores? creo que ya tenemos la
respuesta. No, no
somos tan raros, cualquier persona con ganas de ser
más eficiente, sostenible y feliz puede ser compartidor.
Gracias a Avancar por su apoyo a
#compartidores, y a su estudio “tendencias del consumo colaborativo en España” que nos inspiró para
seguir profundizando en el perfil de las personas que compartimos y utilizamos
plataformas de servicio colaborativo.
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