17/5/11

VIURE DE MANERA INDEPENDENT

VIVIR EN UNA YURTA

Las yurtas son las viviendas tradicionales de los pueblos nómadas que habitan en las estepas del Asia Central (el término dervia del ruso “yurt” que significa “casa”) caracterizadas por su secillez, calidez y facilidad de transporte.

Pero en el siglo XXI y en el sur de Europa, las yurtas se están convirtiendo en una opción que cada vez más personas tienen en cuenta por la libertad que confiere y su precio asequible.
BIOSOLIS Soluciones Sostenibles, SL., es el primer fabricante europeo de yurtas de nueva generación y ofrece estas residencias para numerosos usos: vivienda, habitaciones añadidas, alojamientos rurales, lugar de meditación, oficinas, restaurantes o cualquier tipo de local.
Las hay de distintos tamaños, se pueden unir varias yurtas y el equipamiento y estilo depende de los gustos y necesidades de cada persona. En estas fotos nos sorprendemos con una yurta amplia, robusta, moderna y muy acojedora.

Como explican en la web, legalmente en España las yurtas se consideran un “bien mueble”, no necesitan cimentación, “se permite su instalación allí donde es imposible edificar (en Vía Pública con licencia de ocupación, zonas de retranqueo, tanto en finca rústica como en finca urbana y no necesitan parcela mínima) y se asegura una total habitabilidad no aplicándose el CTE, Código Técnico de la Edificación, sino una normativa específica relativa a Estructuras Móviles”. Además, se pueden desmontar y transportar.

Como ejemplo de una familia que vive en una yurta en un pueblo de Málaga, el programa “en familia” de TVE1 nos muestra la experiencia de Tamara, Nacho y su hijo Momo en una finca cedida por los vecinos de la zona y con una inversión de 4.000 euros. La yurta les permite no depender de una hipoteca o alquiler, estar en contacto con la naturaleza y libertad de acción en la vida. Ella es artesana y el payaso-actor de teatro y pueden dedicarse a sus profesiones sin stress a la vez que crian con “dedicación e implicación” a su hijo Momo.

Y no son los únicos que se han decidido por hermanar lazos con Mongolia porque ya vimos la historia de Esther Montmany quien también vive a su manera en una yurta en Alicante.
Cada uno elije a qué dedica su tiempo, energía y talento en la vida y si la sociedad pone trabas, siempre tenemos la opción de tomar nuestro propio camino y desertar.

La moraleja de este cuento es que con una yurta, seguramente no dejarás un gran patrimonio en herencia a tus hijos o herederos pero tienes más margen de maniobra para ofrecerles en vida otros presentes…

Sitio oficial: Biosolis
Vídeo y web envíados por Nieves de diksheros y Max de Familias en Ruta