8/4/16

Hubo un acuerdo inmediato y unánime: todos queríamos una sociedad libre, justa y sostenible

FUERO DEL FUTURO PROFUNDO
Suficiente, para todos, para siempre

Durante la Gran Disrupción nuestra comunidad se enfrentó a cuestiones muy duras acerca de cómo íbamos a vivir. En particular, tuvimos que tomar decisiones democráticas sobre el modo en que íbamos a estructurar nuestra economía, cómo íbamos a gobernar las relaciones sociales, y qué valores iban a conformar y definir estos esfuerzos.

Se decidió que trabajaríamos con el horizonte de crear un documento constitucional que definiría, en los términos más claros posibles, el tipo de sociedad en el que queríamos vivir. Este documento no pretendía marcar el final de nuestros debates políticos, sino proporcionar un punto de partida, un marco dentro del cual podríamos debatir y avanzar.

En la primera reunión que tuvimos con el objeto de discutir este asunto hubo un acuerdo inmediato y unánime: todos queríamos una sociedad libre, justa y sostenible; no obstante, nos llevó casi un año de sucesivas reuniones desarrollar por escrito estos sentimos nobles pero imprecisos.


Al final, se elaboró un breve documento constitucional por parte del Consejo Asesor, y se sometió a referéndum en el Consejo del Pueblo, donde recibió el 94% de apoyos. Lo reproducimos a continuación en su integridad, ya que sirve como el mejor resumen de nuestra visión social, económica y política.

FUERO DEL FUTURO PROFUNDO
Suficiente, para todos, para siempre

Afirmamos que proporcionar “suficiente, para todos, para siempre” constituye el objetivo que define nuestra economía, el cual intentamos alcanzar trabajando juntos en libre asociación.

Afirmamos que todo el mundo es libre de crear, como un proyecto estético, el sentido de su propia vida, al tiempo que reconoce que dicha libertad se extiende legítimamente sólo hasta donde permita que los demás tengan la misma libertad. La libertad, por tanto, implica autocontención.

Afirmamos que nuestra democracia inclusiva no discrimina por razones de raza, etnia, sexo, edad, orientación sexual, política o religión.

Afirmamos que las generaciones venideras, hasta un lejano futuro, tienen derecho a las mismas libertades que las generaciones actuales.

Afirmamos que el respeto a ese futuro profundo requiere que mantengamos sano el medioambiente.

Afirmamos que la tecnología puede ayudarnos a proteger nuestro medioambiente sólo si es gobernada por una ética de la suficiencia y no por una ética del crecimiento. La eficiencia sin suficiencia es inútil.

Afirmamos que el mantenimiento de un medioambiente sano requiere crear una economía de estado estacionario que opere dentro de los límites ambientales y energéticos.

Afirmamos que un estado estacionario implica la estabilización del consumo y de la población, la transición a fuentes de energía renovable y adaptarnos a un suministro reducido de energía.

Afirmamos que se requiere poner límites estrictos a la acumulación material si pretendemos que un estado estacionario mantenga una distribución justa de los recursos y evite desigualdades corrosivas.

Afirmamos que los derechos de propiedad sólo están justificados hasta el punto en que sirvan al bien común, lo cual incluye el interés supremo de la justicia humanitaria y ecológica.

Afirmamos que una economía de estado estacionario depende de una cultura que abrace estilos de vida de suficiencia material y rechace los estilos de vida de riqueza material.

Afirmamos que la suficiencia material en una sociedad libre proporciona las condiciones para una infinita variedad de vidas plenas, llenas de sentido y felices.
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(Extracto del libro Entropia: Life Beyond Industrial Civilisation, de Samuel Alexander, traducido por Manuel Casal Lodeiro y publicado con permiso del autor.)
  

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