28/11/22

Ayudar a quienes abandonan la ciudad para construir proyectos de autoabastecimiento

 LA TECNOLOGÍA DEL BOTIJO         

Entrevistamos al autor Isaac Rosa, acerca de su novela 'Lugar Seguro' ambientada en un futuro cercano en el que las personas nos debatimos entre un decrecimiento forzado y la frágil seguridad de un búnker.

En torno al año 2030

El botijo es su símbolo. Es la tecnología perfecta que conserva la temperatura y preserva uno de los bienes más preciados y cada vez más escasos de la humanidad. Además es la metáfora perfecta para la filosofía del movimiento, que busca la recuperación de tecnologías antiguas. 

Al final la revolución no fue asaltar el Palacio de Invierno ni pasar por la guillotina a las hijas del rey Felipe o a la presidenta. Al final todo ha empezado a suceder poco a poco, en silencio, entre grietas. Los movimientos de repoblación humana del rural se mueven empujados por varios vectores de fuerza. La imposible vida en las grandes ciudades. La digitalización asfixiante. La ansiedad. 

Ante lo emergente e innegable de la emergencia climática, ante las dificultades exponencialmente crecientes de mantener eso que llamamos paz social en las grandes ciudades, ante el aumento de la violencia, el Gobierno ha decidido dedicar una mínima parte de sus presupuestos a ayudar e incentivar a las comunidades que abandonan las ciudades para tratar de construir proyectos sostenibles de autoabastecimiento. 

Hay quien dice que estas comunidades están haciendo el trabajo que debería hacer el gobierno. Hay quien dice que solo es gente que hace el paripé para sacarse por la gorra unos 400 euros al mes. La Administración Pública de Castilla La Mancha, además de dar ayudas y subsidios para la repoblación humana en lo rural, ha colocado una placa con seis nombres en cada uno de los proyectos de pueblos recuperados 

Año 2022

Issac, Pablo, Isabel, Gonzalo, Milagros, Daniel y Javier tienen que pagar 110.000 euros a la Administración Pública de Castilla La Mancha. En caso contrario irán a la cárcel. Su delito: reconstruir y tratar de iniciar un proyecto comunitario en Fraguas, un pueblo en la provincia de Guadalajara con tierras fértiles para el cultivo, árboles frutales y fácil acceso al agua. 

Estas seis personas forman parte del colectivo Fraguas Revive, que nace en 2013 con la iniciativa de okupación rural en la pequeña pedanía por aquel entonces abandonada en la sierra norte de la provincia de Guadalajara. El pueblo, que data del siglo XX, fue desalojado forzosamente durante la dictadura en 1968 para dedicar sus terrenos al monocultivo del pino. Tras ello, los militares españoles empezaron a usar aquella zona ocasionalmente como campo de tiro y lugar para practicar con explosivos en los años 90. 

Entonces en 2013 llega este grupo de jóvenes que entra en contacto con los antiguos habitantes desplazados del pueblo, con las vecinas de los pueblos de alrededor para contarles su proyecto comunitario rural y tratar de imaginar y crear otras formas de vida aprovechando la sabiduría de quienes ya saben vivir ahí. 

¿Y por qué tienen que pagar 110.000 euros? Porque la Administración que ha contratado a la empresa Tragsa ha cifrado en esta cantidad el coste de la demolición de las viviendas y retirada de residuos que han construido los okupantes de la zona abandonada. A pesar de que en un primer informe, la empresa tasó en 43.000 euros estas acciones. El aumento de más del doble -que ya duplicaba una antigua tasación de 23.000 euros- no ha sido explicado ni justificado de ninguna forma. 

Si finalmente, como imagina Rosa en su Lugar Seguro, los gobiernos van a ceder un mínimo en sus planes quinquenales al servicio del capitalismo y la empresa privada y empiecen a dedicar algo de nuestro dinero a ayudarnos a vivir y revivir la tierra, seguramente se dedicarían placas a las 6 personas que pillaron cárcel por hacer lo mismo que el Gobierno fomentaría. 

En la era en la que todo proyecto cultural político se sustenta en esas nuevas cajas de resistencia que son los crowdfundings, dedicar unos euros para ayudar a pagar la multa de los seis de Fraguas y salvarles del talego parece casi un milagro. 

Nos acompaña como miembro honorífico de los Jitsi Kings  Isaac Rosa, escritor que ha sabido reflejar con maestría muchos de los problemas reales que nos preocupan, como la precariedad, la presión laboral o la vivienda. Esto le ha granjeado no sólo premios, sino que ha conseguido ser uno de los escritores cuyos libros nos han conseguido sacar de la culpa individualizadora de nuestros sufrimientos, y es capaz de poner la mirada en los problemas estructurales que los causan.

Con él charlamos acerca del botijo y su tecnología como camino hacia otros mundos posibles, sobre cucarachas gigantes o la lucha contra el mismísimo tiempo.

https://www.elsaltodiario.com/post-apocalipsis-nau/la-tecnologia-del-botijo-con-isaac-rosa  

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