17/8/20

Nuestra manera de vivir puede inspirar a personas que nunca hemos conocido

VIAJE AL CENTRO DE LA MENTE 
Cómo la empatía y conexión con los demás seres influyen en tu salud y felicidad

Investigaciones recientes sobre la mente del neuropsiquiatra Daniel J. Siegel, en su libro Viaje al centro de la mente (2017), revelan que la mente es un término abstracto que incluye muchas cosas, desde la sensación de estar vivos, hasta la conexión con todo lo externo, junto con la conciencia, la manera en que somos conscientes y el procesamiento de información. La mente es tan poderosa que, “si queremos cambiar el curso del estado global del planeta deberemos transformar la mente humana”.

En este libro explora todas las características de la mente y ese camino lleva a descubrimientos asombrosos sobre lo que significa ser humano y sobre cómo vivir una vida sana y plena.

Empatía y presencia para mejorar la mente humana

La mente no es solo actividad cerebral sino que en ella mente influye todo el cuerpo y todas nuestras relaciones. Son muchas las cosas que desconocemos de la mente, pero sabemos que en ella hay energía e información que fluyen dentro de nosotros y entre nosotros.
Este “entre nosotros” debe entenderse de una forma amplia, no solo entre individuos de nuestra especie sino “entre nosotros, los demás y el mundo”. A este complejo sistema debe unirse la interpretación subjetiva personal. Todo este cóctel influye en la salud mental y en el bienestar humano.

Una de sus conclusiones es que “nos sentimos mejor, pensamos con más claridad y nuestro cuerpo funciona mejor cuando atendemos y respetamos la subjetividad” de los demás, es decir, cuando somos empáticos (intentando “sentir la vida interior” de los demás). Además, cuando nos sentimos respetados, las mentes se conectan y se producen efectos de crecimiento y curación. “Ser amables con los demás, respetar las diferencias y cultivar conexiones compasivas es vivir una vida integrada”.

Otra característica de una mente equilibrada es vivir plenamente en el presente, aceptar la realidad sin dejarse llevar por cómo nos gustaría que fueran las cosas y “aceptar que el ahora es todo lo que hay” (el pasado y el futuro no existen). Esto “exige que nos desprendamos de la necesidad de controlar” y que aceptemos las incertidumbres que siempre hay en la vida. Cuando no aceptamos algo, surge el conflicto o la enfermedad. Cuando sentimos que las cosas van mal es porque hay algo que no nos gusta. Siegel nos advierte que “este conflicto entre lo que es y lo que esperamos que sea puede hacer que estar plenamente presentes nos resulte muy difícil”.

Sentirnos conectados al Universo

En una carta publicada en un periódico en 1972, Einstein hablaba de que vivimos nuestras vidas como si estuviéramos separados del resto de seres, pero esto es una “alucinación óptica de la conciencia”, una prisión donde nos encerramos nosotros mismos y de la que solo salimos, en palabras del propio Einstein, “ampliando nuestro círculo de compasión hasta abarcar a todos los seres vivos y a la totalidad de la naturaleza en su belleza”.

Este estado ilusorio de “separación” conlleva problemas tales como tratar la naturaleza como si fuera un vertedero. “Cuando abrimos nuestra mente con presencia experimentamos la naturaleza profundamente interconectada de nuestra vida. Sentimos que la Tierra forma parte de nosotros, que es un cuerpo mental extendido que forma parte de lo que somos tanto como el cuerpo físico en el que vivimos”. De esta forma, llegamos a donde han llegado muchas sabias tradiciones ancestrales (ascetasfilosofías orientales, etc.): “cuando descendemos a la presencia experimentamos la profunda interdependencia e interconexión que hay entre todos en este mundo”.

¿Implica lo anterior que las teorías de Darwin sobre la competencia son falsas? No, pero eso es solo una mínima parte de la verdad. La teoría de la evolución de Darwin dice que los seres vivos compiten entre sí provocando la supervivencia del más apto (que no del más fuerte). Sin embargo, la científica Margulis puso el foco en los procesos de cooperación  que encontramos en la naturaleza y que son mucho más decisivos y más numerosos. En la naturaleza encontramos cooperación entre miembros de la misma especie y entre miembros de distintas especies (en simbiosis, por ejemplo), pero también a nivel celular. Millones y millones de células de distinto tipo están cooperando constantemente para que los organismos prosperen. Sin cooperación hubiera sido imposible la existencia de seres tan complejos como algunos primates que estudian hasta la mente.

Los estudios de Siegel, Darwin, Margulis e incluso de Félix Rodríguez de la Fuente sirven para entender que todos los seres humanos estamos conectados entre nosotros y con lo demás. Es posible que la cooperación produzca más armonía y la competencia más dolor, pero ambos son parte de la evolución.

Además de la empatía, de la conexión y de vivir el presente, Siegel propone “cultivar el asombro por el simple hecho de estar vivos”, teniendo en mente que “nuestra manera de vivir y de actuar puede inspirar a personas que nunca hemos conocido”.

Nota: Sobre este libro recomendamos el relato Cómo superé la pérdida de un ser querido, en el que se explica la teoría de Siegel para la integración entre rigidez y caos, lo cual da lugar a una mente sana y tranquila.


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