8/6/20

Salvar nuestra existencia, desde otro modo de vida, basada en una nueva conciencia


EL SIGLO DE ORO

El miedo y la ignorancia; las dos muletas mentales en las que se sostienen las personas alineadas con el credo científico que viene a ser la nueva religión.

Aún sin saber si vino para quedarse y cuanto de lo que se ha destruido pudiera repetirse, la conclusión más relevante de esta pandemia, es que, además de la necesidad de generar más y nuevos recursos económicos, medios materiales y humanos a futuro, la acción central de nuestros gobernantes, en su vertiente humana, debiera ser, preservar la salud global de la manera más autónoma posible. Evitar repetir colapsos, desgaste sanitario e innecesario gasto público.

Leo en la prensa: “Osakidetza busca minimizar el impacto de una posible oleada de virus en otoño y hace acopio de productos sanitarios”. Buena noticia, pero solo como solución parcial dentro del abanico de soluciones simultáneas que a mi entender deberían darse.  Una solución en la línea conocida hasta lo que hoy aplican profesionales médicos instruidos en la facultad desde una formación dada más a tratar que a prevenir, más a curar que a no enfermar. No sirve para lo fundamental; sí para incrementar enormemente la factura farmacéutica y “engordar” a empresas de material sanitario.


Llegado el caso, la “solución” que anuncian desde el Gobierno vasco, conlleva un nuevo confinamiento global, con acción gota a gota mediática sobre el recuento diario de muertes y contagios, creando el caldo de cultivo ideal, en particular en personas ancianas recluidas en centros residenciales y grandes consumidoras de televisión y hábitos sedentarios, creándoles el pánico con consecuencia inmunodepresora y pasar a ser de nuevo el sector “condenado”.

Desde una visión muy personal de los hechos, pregunto: ¿qué es lo que nos ha ocurrido? ¿cómo hemos llegado a esto?; ¿porqué y para qué, esta reclusión global que conlleva interrupción de la actividad laboral, de vida social, servicios escolaridad, etc? Saben que existen aplicaciones informáticas para tener al instante el historial médico de todos los ciudadanos ¿en adelante harán uso de ellas y del teléfono, llamando a confinarse solo personas con factor de riesgo, y atenderlas a domicilio evitando la iatrogenia y colapso hospitalarios y el caos sociosanitario conocido?

No contestará ni la oposición; sobre su conciencia queda si saben y pueden evitar a futuro: muertes innecesarias, quebranto anímico-emocional, roces relacionales generados por el pánico y dependencia económica de la UE, por incremento de la deuda con bajada del PIB....y callan.

20 siglos de soledad, nos han traído a este de hoy, en el que en países con tecnologías avanzadas, no se crucifica a nadie como hace 2.000 años, ni se celebran juegos y luchas de humanos contra fieras en cosos y circos de entretenimiento para la plebe, ni se quema en hogueras inquisidoras... pero sí.

Sí, pues el “delito” de la plebe es, que somos demasiados, usando demasiados recursos, demasiado rápido y desde hace demasiado tiempo. Este pudiera ser el móvil que nos lleva a esta última declaración de guerra a la humanidad, y que ya desde el final de la segunda guerra mundial, estaría diseñada, como mínimo, la fecha para la última batalla... la batalla de la Paz.

Honoré Balzac aseguraba que: “Todo poder es una conspiración permanente”.

En la segunda mitad del siglo pasado, se preparó el caldo de cultivo, y en las dos primeras décadas del presente se definió el arma soberana y el epicentro del primer ataque... que ya lo sufrimos en esta tercera década.

Miedo como arma dominante a través de una dictadura mediático-científica en multisesiones monográficas obsesivas-compulsivas-invasivas... enfermizas. La mentira como herramienta y el pánico global como objetivo psicobiológico e inmunodepresor, va dejando el sistema defensivo y la salud de las personas más vulnerables, a merced de cualquier patógeno natural o inducido... y a morir

El miedo y la ignorancia; las dos muletas mentales en las que se sostienen las personas alineadas con el credo científico que viene a ser la nueva religión.

Nada de todo esto sería posible si el “ph” mediático, fuese más neutro. Hoy la acidez, toxicidad y censura infinita en los medios de comunicación, es el indicador más ilustrativo de que todo corresponde a una estrategia deliberada.

¿Diseñada por quién?; es lo que menos importa. Importa el ¿para qué? pues la colectividad debemos anticiparnos en tomar medidas para contrarrestar y/o contestar a lo que todo esto nos pudiera traer. También ahí nos debemos “vacunar” de los partidos y organizarnos al margen de ellos... ¡de todos!!!

El Planeta nos dice: “No lloréis por Mí; llorad por vosotros y por vuestros hijos”. No para salvarlo; sí para salvar nuestra existencia, desde otro modo de vida, basada en una nueva conciencia y ética medioambiental, más acordes con Su espiritualidad. El Planeta no es una cosa; es un Ser de amor-calor creciente, que no nos quiere salvadores del cambio climático y a su vez descuidar nuestro Jardín. Nos pide no contribuir en la manipulación genética, climática y en sus criaturas.

En el siglo XXI, el gasto en I+D+I con subvención pública, ha posibilitado ese gran salto cualitativo en desarrollo biotecnológico para control de la plebe y la domótica para confort de las élites. En la medida que vamos sumando causas parejas, salvando distancias y envergaduras, se podría equiparar a los siglos “fríos”, en la consecuencia de, pérdida de conciencia e individualidad de ser.

El paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga destaca la infantilización evolutiva de la especie humana, referida tanto a los responsables de gestionar la crisis como a la conducta de la ciudadanía. Entiendo, que la compara con la infantilización de aquellos animales que fueron domesticados por los humanos, para usarlos a conveniencia, y nadie como él, conoce... nuestra “evolución” desde la caverna.

Si en la primera década, el Calor amable de este siglo Solar, nos llamaba a vivir desde la “inteligencia emocional”, para esta segunda, y entre quienes no queremos volver a la “normalidad” que existía, y reaccionamos para crear nuevos paradigmas convivenciales, llama a la “inteligencia relacional”, ya que la emoción que surge cuando se integra lo plural con naturalidad a favor de la igualdad de oportunidades, la sociedad se vuelve inteligente, y por ahí debemos empezar, con la Educación por... La salud desde la escuela 





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