Cambiar el actual modelo económico y sus “efectos perversos”
Varias
entidades de Castilla-La Mancha buscan implantar esta iniciativa que
ofrece alternativas a los ciudadanos vinculadas a las finanzas, el
consumo o el empleo
El
objetivo “óptimo” de estas redes es “aglutinar a todas
aquellas empresas que tienen una apuesta clara por transformar el
modelo económico y por tanto el social”
Se
llaman Redes de Economía Alternativa y Solidaria (REAS) y su
objetivo es propiciar un nuevo enfoque a la actividad económica
teniendo en cuenta a las personas, el medio ambiente o el desarrollo
sostenible, entre otras cosas. Son todavía grandes desconocidas en
nuestro país y en
Castilla-La Mancha comienzan a darse los primeros pasos para
su puesta en marcha, prevista para el próximo otoño.
Sandra
Salsón forma parte de Tangente
Grupo Cooperativo y
es miembro de REAS
Madrid. Asesora
la puesta en marcha de la futura REAS Castilla-La Mancha.
Explica que el objetivo “óptimo” de estas redes es “aglutinar
a todas aquellas empresas que tienen una apuesta clara por
transformar el modelo económico y por tanto el social” y su
trabajo se orienta a “cambiar un sistema que no nos gusta, que
tiene un montón de efectos perversos sobre la vida de las personas”.
Se
trata de potenciar las finanzas éticas, el consumo justo y
responsable, la soberanía alimentaria o las cooperativas de consumo
energético, entre otras cosas. Son términos y prácticas aún muy
desconocidos para el grueso de la ciudadanía y que aún requieren de
un mayor esfuerzo de divulgación.
Fernando
Sabín miembro de REAS Madrid y de MARES,
proyecto piloto en Madridque
busca la transformación urbana a través de iniciativas de economía
social y solidaria, sostiene que entre los ciudadanos “hay un nivel
de conciencia cada vez más alto de que así no podemos seguir.
Nuestra forma de vida daña nuestro medio ambiente, nos complejiza
para desarrollar nuestras vidas personales, profesionales, familiares
y son necesarios determinados cambios”.
Algunos
tienen que ver con nuestra forma de consumir. En cuanto a la
alimentación cree que “ha habido un esfuerzo muy grande de
sensibilización sobre lo que comemos. Cada vez la gente es más
consciente de que vivir una vida saludable tiene que ver con comer
saludable y eso significa acceder a alimentos a que se produzcan de
otra manera”.
La
realidad alternativa de la banca ética aún por "madurar"
Otros,
dice Sabín, están relacionados con “el efecto rebote que ha
producido la crisis financiera”. Y es que, asevera, “hemos vivido
en una burbuja basada en una gran estafa y con una base de corrupción
en determinados ámbitos políticos y sociales que nos han llevado a
una crisis sistémica muy fuerte donde el poder financiero ha tenido
un papel de acumulación importante en torno a una necesidad básica
como es la vivienda aunque no solo eso”.
“Mucha
gente está pensando qué hacer con sus ahorros y hay una realidad de
banca ética que ha crecido a caballo de esta reflexión entre las
familias ante determinados agentes financieros que son tóxicos”,
pero reconoce que, de momento, “las alternativas no son
suficientemente maduras a atraer a una parte de ese público para que
utilicen estos bancos”.
El
tercer ámbito que destaca este sociólogo, también vinculado a
Tangente Grupo Cooperativo, es el de la energía. “Ha habido un
trabajo de base para socializar la crisis de modelo energético que
vivimos en términos ambientales pero es el sistema oligopólico el
que gestiona el acceso a unos recursos básicos sin los que no
podemos hacer nada”.
De
ahí, explica, que la respuesta haya sido articular una respuesta
ciudadana en torno a las cooperativas de consumo que, nos comenta,
“para mí es una de las grandes sorpresas de este siglo XX en
términos de construcción desde la economía social y solidaria”.
18
redes en España y 500 entidades y empresas vinculadas
La
economía social y solidaria cuenta ya con 18 redes en toda España,
14 territoriales y cuatro sectoriales, que agrupa a más de 500
entidades y empresas que se siguen seis principios comunes: la
equidad como vehículo para la igualdad, la concepción del trabajo
en un contexto social e institucional amplio de participación, la
sostenibilidad ambiental, la cooperación, un modelo económico cuyos
beneficios se redistribuyen y un compromiso con el entorno más
cercano.
Todo
gira en torno a la economía social y solidaria. “Hay muchas
políticas europeas que ya hablan de ella y las instituciones antes o
después se van a tener que poner las pilas”, defiende Sandra
Salsón. De hecho, recuerda, el Gobierno central acaba de aprobar la
Estrategia de Economía Social (2017-2020). Las REAS forman parte
de la Confederación
Española de Economía Social (CEPES) que
“permiten que nuestra voz se oiga en estos espacios, por ejemplo,
sobre lo que aporta el apellido ‘solidario’ a la economía
social”.
Además, sostiene, su presidente, Juan Antonio
Pedreño, que ha sido recientemente reelegido presidente
de Social Economy Europe (SEE), la máxima entidad representativa de
este modelo empresarial en Europa, “no está tan lejos de nuestro
discurso. Nos entiende, le interesamos…”
Autoempleo
colectivo, una salida laboral alternativa
El
autoempleo es otro de los objetivos sobre los que trabajan estas
redes pero se aleja mucho del concepto más clásico. Sandra Salsón
sostiene que "el mantra del emprendimiento que surge al hilo de
la crisis por la que atravesamos, en realidad es una típica salida
del sistema. Ese no me responsabilizo del problema, resuélvelo tú
como puedas”.
Se
quiere huir de un "modelo de emprendedor o emprendedora que es
el del ‘super man’ o la 'super woman’, en el que tiene una idea
genial con la que te vas a forrar. Creo que son tres o cuatro
los que encajan con ese perfil en el mundo. Vender eso a la
gente común es frustrar".
Por
contra, explica, "nosotros partimos de un modelo colectivo.
Montar tu propio proyecto laboral es muy difícil. Es una apuesta que
implica mucho tiempo, mucho esfuerzo, quizá no mucho dinero porque
el común de los mortales no disponemos de él. La dimensión
colectiva es lo que difiere de ese modelo de emprendedor individual
que nos venden".
Reconoce
que su puesta en práctica requiere "procesos lentos, a largo
plazo, que necesitan una apuesta clara” pero, defiende, "se
trata de hacer las cosas de otro modo y apostar por un modelo de
generación de riqueza, de reparto del empleo diferente. Y creo que
es posible".
Una
de sus empeños es "llevar la idea allí donde están los
futuros trabajadores". Por ejemplo, a los centros de Formación
Profesional o a las universidades porque “el modelo hegemónico se
está difundiendo en esos lugares y nuestro trabajo es contar que se
puede hacer de otra forma”, dice Sabín.
“A
los jóvenes hay que incorporarles una reflexión que no tenía cabida
en las asignaturas Formación y Orientación Laboral (FOL) que hay
dentro de cualquier ciclo formativo de grado medio o superior”,
sostiene. Hay que incorporar, dice, una “pata” relacionada
con el autoempleo colectivo, frente a otras realidades productivas
más individuales. “Se trata de crear empresas con otras personas,
apoyándose en redes que permiten amortiguar muchos de los riesgos al
emprender”, añade Sandra Salsón.
Comercio
de proximidad frente a franquicias
Las
redes alternativas y solidarias interactúan con el tejido social y
empresarial más cercano bajo el principio de la cooperación. Pero
no es fácil, reconoce Salsón. “Tenemos que ser capaces de
simplificar el lenguaje”.
Queda
mucho trabajo por delante para "recuperar y acercar todo este
mensaje al comercio de proximidad, que no deja de ser un espacio que
apuesta por el empleo cercano, la riqueza redistribuida…Seguro que
muchos querrían sumarse, frente a lo que está ocurriendo en las
ciudades donde arrasan las franquicias o las cadenas orientadas al
turismo". En opinión de la psicóloga, estas prácticas "
se están llevando por delante los proyectos que sostienen la
economía de nuestros pueblos y ciudades".
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