20/10/15

Nuestro trabajo y conocimiento lo ponemos al servicio público con un único objetivo: parar la plaga de desahucios.

EL JUEGO DE LAS 7 DIFERENCIAS

Si hace unos meses me hubieran preguntado ¿Eres un iluso? Hubiera contestado rotundamente no, podría encajar en soñador, optimista, o idealista y también como imaginativo. Hoy por hoy tengo que aceptar unas dosis de candidez e inocencia que me la proporciona el deseo de acabar con la pandemia de desahucios. En ningún momento, durante los últimos años, desenterrando la titulización, se me ocurrió pensar que una vez descubierta la medicina contra el desahucio fuera tan difícil suministrarla.

Quizás se podría decir que el enfermo tiene una resistencia al medicamento, o algo peor, que su médico está instalado en el pedestal de la comodidad y es reacio a los cambios y a la investigación. ¿Por qué ese antagonismo a lo nuevo? Voy, honestamente, a contestar a esta auto pregunta que me hago, también sé que puede levantar ampollas: Porqué se relaciona “nuevo” con “salte tu que me pongo yo”, este es el quid de la cuestión, es una prueba sencilla de evaluar la resistencia a los cambios que a continuación describo

Nosotros, y me refiero a la Asociación Hipotecados Activos (AHA) que ha surgido desde este blog, hemos hecho público todo, absolutamente todo, nuestro conocimiento, trabajo y compromiso para que sirva, en esta epopeya bíblica, para poner fin a los desahucios. La gesta se las trae, no solo tenemos en frente al poder financiero, y consecuentemente al poder político, sino que además, los que están en esta orilla, los que llevan años en el intento de parar la plaga que lleva a sacar la gente de sus casas para trasladarlas, cumpliendo un destino divino, a vivir debajo de un puente, resulta que nuestros argumentos no son bien recibidos. Es la forma más suave de decir, de no existir esta organización, y es la hora de llamarla por su nombre: Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), los bancos la deberían de constituir.


Podría hacer una larga lista de agravios promovidos por diferentes dirigentes de la PAH por todo el país, desde los que dicen hablar desde la cúpula, abogados, y miembros variados de la base. Me costó aceptar lo que veían mis ojos y escuchaban mis oídos, que se resume en apreciar que disponen de unas ideas rudimentarias e impregnadas de fe mesiánica en una disciplina que no se domina del todo, o en casi nada. 

El diagnostico está errado lo que conduce a no entender lo que tienen por delante: un monstruo que saca fuego por la nariz y pretenden combatirlo con una espada de madera. Ésta es la realidad. Para poder luchar contra este monstruo hace falta artillería pesada que la proporciona el exhaustivo conocimiento de cómo respira, de que se alimenta, cuando duerme, de sus puntos fuertes, y de los flacos de esa bestia todopoderosa.

Encumbrar el “Si, si, si se puede” es solo un eslogan que queda muy bien en la televisión y ciertamente, merma la imagen de las entidades financieras, pero resolver el problema nada de nada, a los resultados me remito: más de 600.000 desahucios desde el 2007. La tendencia de cada trimestre, cuando se comparan los desahucios con el trimestre anterior o los del año anterior, es mayor y en ningún momento se cambia de rumbo ni de estrategia. 

La conclusión no puede ir muy lejos: los personalismos de la PAH se anteponen al objetivo constituyente: acabar con los desahucios. No acaba aquí la cosa. La cabra tira al monte, es su instinto. También la PAH busca, se supone por instinto, la complicidad con la política como destino fijo al suponer que la varita mágica de los partidos políticos aportará la solución. Si los del bipartidismo tuvieran intención de acabar con los desahucios tiempo han tenido. Volvemos a lo mismo: los intereses partidistas se anteponen a una solución a favor de una población en una situación límite.

Veamos lo que proponen en un documento hecho público apenas hace unos días. Lleva por título: La PAH exige vivienda digna, El derecho a la vivienda entra en campaña, dice así; A continuación se recogen las medidas de mínimos que los partidos que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca consideramos que deberían incluirse en una Ley reguladora del Derecho a la Vivienda:

Dación en pago retroactiva

*Dación en pago retroactiva y condonación de la deuda (modificación de la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil).

*Eliminación automática por parte de las entidades bancarias y sin previa petición del titular de las cláusulas declaradas abusivas por las Sentencias del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea.

*No se podrá ejecutar la primera y única vivienda tanto de los titulares como de los avaladores para exigir su responsabilidad, en orden a considerar la vivienda habitual como un bien inembargable.

No se cambia de rumbo, la Dación en Pago es la figura estelar que se “exige” a los partidos políticos para que la incorporen a sus programas en la campaña por elecciones generales del mes de diciembre. Con todo el respeto que merecen los que proponen medidas tendentes a mejorar la situación, incluir la Dación en Pago en un programa electoral es desconocer en que mundo vivimos. Un mundo dominado por el poder financiero que no se va a inmolar a petición popular. Ningún gobierno del mundo puede legislar contra la seguridad jurídica y todavía menos un país con una deuda como la que soporta España. Es una evidencia que precisa de una explicación.

La PAH ya se estrelló con la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que presento al Congreso de los Diputados en 2010 a pesar que estaba respaldada por 1,5 millones de firmas. El gobierno se negó a que prosperara esta iniciativa popular. Era como pedir peras al olmo. La Dación en pago es una forma prevista, en este caso, para pagar con “tochos” en lugar de con euros. Dependerá del valor del inmueble que salde o no la deuda pendiente. Si no salda la deuda con la entrega del inmueble el resto se continuará debiendo. Esto es lo que hay. ¿Dónde radica el problema? Pues, que el gobierno, ni con el respaldo de una mayoría parlamentaria, puede imponer a las entidades financieras que la entrega del inmueble hipotecado cancele la deuda contraída.

¿Cómo es que en los Estados Unidos aceptan el bien inmueble que garantiza el pago como cancelación del préstamo otorgado? La respuesta es sencilla: porqué figura en el contrato que vincula al deudor y al acreedor. En la escritura de hipoteca figura esta cláusula y el inversor bonista, el que adquiere el bono en el mercado financiero una vez titulizada, acepta y conoce esta condición. La legislación de los EE.UU. tiene prevista la eventualidad del impago y aplica “su solución”, en España se aplica la mano de hierro para los particulares y el guante de seda para las sociedades mercantiles que en lugar de Dación en Pago, se les admite Dación para pago.

Un pequeño detalle (en / para) que lo cambia todo. En definitiva, aquí entra la titulización: los inversores de estos bonos titulizados los adquirieron en unas condiciones descritas en el Folleto de emisión que no contempla esta eventualidad, por lo que se acogerían a la seguridad jurídica y el Estado les tendría que indemnizar. Estamos hablando de miles de millones. ¿Es viable, en estas circunstancias, “exigir” la Dación en Pago? Creo que se contesta por si solo.

Podría exponer varias razones de peso que impiden una solución por “real decreto” ya que afectan a las condiciones pactadas con los bonistas inversores, como el impedimento al banco de negociar las condiciones (ampliar el plazo, reducir el tipo de interés, etc.) pactadas y suscritas en el Folleto de emisión. Los bancos están atados de pies y manos ya que tan solo son los administradores de los cobros. ¿Cómo se ha llegado a esta situación absurda en la que el banco no dispone de la capacidad jurídica para renegociar el préstamo?

Visto así es irracional y necesita de una explicación: cuando el banco constituyó ante notario el Fondo de titulización correspondiente a una emisión, según la Ley Hipotecaria 2/1981 de regulación del mercado hipotecario y su desarrollo reglamentario en el RD 685/1982 y posteriormente en el RD 716/2009 obliga que además de la Sociedad Gestora, se nombre a un comisario que será quien presida el Sindicato de Bonistas, es decir, que se impone la presencia de un representante de los inversores. Este nombramiento es totalmente coherente ya que la dispersión de las participaciones en las que están inmersas los préstamos con garantía hipotecaria diluyen la “propiedad” hacia una hipoteca concreta (nadie es dueño de una hipoteca especifica). 

Ningún banco o Caja de Ahorros ha cumplido con lo que exige la ley y ha prescindido del nombramiento de un comisario que pueda controlar la materia prima (los préstamos hipotecarios) que contienen las emisiones. Los que montaron este tinglado de la titulización, en ningún momento pensaron que los préstamos que se hacían como churros resultarían fallidos, y ahora, después de haberse saltado a la torera la ley se han quedado sin interlocutor, es decir, sin el presidente de un sindicato de bonistas que le autorizara a transigir en una negociación con el deudor. Sobre este y otros asuntos vinculados se irán sacando a la luz y reforzando la demostración de que el banco no es el dueño de la deuda y por su prepotencia se ha metido en un callejón sin salida: no hay bonista acreedor legitimo de una hipoteca concreta.

Con los muebles en la calle

He intentado junto a mis compañeros Gustavo Giménez y José María Rivas, y otros que nos han servido de contactos, aproximarnos a la PAH ofreciendo sin condiciones “nuestro descubrimiento”. Ni nos han escuchado, y cuando nos han escuchado las respuestas son variopintas: “la lucha está en la calle” o “no tenéis ni idea” o “ya sabemos lo que tenemos que hacer” o lindezas de este estilo y fue entonces hartos de recibir portazos en los morros que nos decidimos a constituir AHA. La pretensión es la misma: dar a conocer que los bancos no son dueños de las hipotecas que reclaman en los juzgados. 

Con esta demostración se acaban los desahucios ¿Tan difícil es aceptar una realidad documental? ¿Tan difícil es aceptar la posición manifestada por el Banco de España? ¿Tan difícil es aceptar las sentencias favorables que ya han recaído? No queremos ni buscamos enfrentamientos con nadie por lo que tendemos nuestra mano a todo el mundo, prueba de ello que nuestro trabajo y conocimiento lo ponemos al servicio público con un único objetivo: parar la plaga de desahucios. 

Estamos ofreciendo en https://asociacionhipotecadosactivos.wordpress.com/ cursos de formación: El Curso de Formación (2), del que ya se han publicado tres cuadernos, trata de divulgar la titulización para particulares, asociaciones, plataformas etc. interesadas. El Curso de Formación (3), del que se ha publicado el primer cuaderno muestra el camino a seguir a través de la web de la CNMV para obtener la documentación necesaria para incluir en una Demanda de Oposición al Desahucio (que también se facilita). 

En el segundo cuaderno mostraremos el camino para obtener esa documentación a través de las Sociedades Gestoras que resulta más fácil y ofreceremos el acceso a nuestras Bases de Datos a todo aquel que pertenezca a un colectivo y este dispuesto aprender su funcionamiento. AHA lo da todo con tal de que se pueda conseguir borrar el fracaso social de echar a la gente de sus casas para luego malvenderlas a un fondo buitre.

Para finalizar solo queda buscar las siete diferencias en este juego de entretenimiento. Se deja sin nombrar quien es quien para que cada uno acierte a que organización corresponde. Las diferencias son sustanciales, se puede decir que antagónicas. Espero que nadie se moleste, pero ésta es la realidad:
1 - Las familias se quedan en su casa. La justicia sirve para hacer justicia una vez que se puede acreditar que quien reclama una deuda no es el acreedor.

- Las familias se van a vivir debajo de un puente

2 - Las familias se quedan, de momento, en su casa sin pagar nada. Así será mientras el banco que demanda pueda convencer al juez que le ampara el derecho de adjudicarse el bien inmueble que esta en garantía. La documentación falsa le puede ocasionar responsabilidad penal.

- Las familias se van a vivir debajo de un puente con una deuda difícil de pagar

3 -  No se negocia nada con el banco, se le denuncia en el juzgado y se establece una estrategia unificada. No es el momento de negociar nada con el banco, es el momento de demostrarle documentalmente que se vendió el préstamo en el mercado financiero. Se mantiene una estrategia común al presentar una Demanda de Oposición al Desahucio unificada y unos mismos documentos, con el fin de obtener una sentencia igual para todos.

- Se suplica al banco para que acepte la vivienda y amortigüe la deuda. No hay ninguna estrategia y cada uno va a su “bola”

4 - Los avalistas quedan liberados de su obligación de pago. Al titulizar la hipoteca, de facto, se ha realizado una novación del contrato original (la escritura) en la que no se hace mención de los avalistas. Por lo tanto, el aval se extingue.

- Los avalistas responden de las cantidades pendientes de pago

5 - Los desahuciados de su vivienda tienen la posibilidad de recuperarla. El mismo argumento que se utiliza para paralizar el desahucio, que el demandante no tiene legitimidad para reclamar una deuda que ya vendió a un tercero, es valida para solicitar la retroacción de los hechos judiciales, que con engaño el banco se adjudicó el inmueble.

- Una vez entregada en bandeja de plata la vivienda tienes que apechugar con la deuda pendiente

6 - Pelear por tu casa, con posibilidades de éxito, eleva el estado anímico. No hay duda que verse con los muebles en la calle tiene que repercutir en la salud mental de las personas afectadas. Prueba de ello es que miles de personas no han podido soportar la presión ejercida por el banco y han tomado soluciones drásticas.

- La sensación de derrota y fracaso se arrastra de por vida

7 - El objetivo: salir del procedimiento ejecutivo hipotecario y discutir si el banco es el dueño de la deuda en un procedimiento ordinario. Ha llegado el momento de negociar, el banco persiste en reclamar la deuda pendiente y el hipotecado continúa empecinado al preguntar si es el legitimo acreedor.

- El objetivo: entregar al banco la vivienda sin ofrecer resistencia  

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