24/4/13

Se trata de llegar a un desarrollo humano en donde se dé preponderancia a los bienes relacionales


Del decrecimiento infeliz al decrecimiento feliz
¿Cómo salir de la Crisis?

Es sabido que en la actual situación de crisis global creada por una oligarquía totalmente insaciable, la mayor preocupación de la mayoría de la población es como conseguir superar esta crisis galopante

Y ésta preocupación se acentúa aún más en el caso de los jóvenes que son los que están sufriendo este padecimiento de paro, de pobreza y de marginación, con mayor intensidad.

Y los poderes económicos internacionales (FMI, BM, OMC, entre otros), las grandes corporaciones y los gobiernos lacayos nos indican y nos empujan hacia unos caminos descabellados para salir de la crisis, como lo son intentar volver al quimérico crecimiento económico ilimitado; o comenzar a caminar por varios decrecimientos infelices (infelices para la inmensa mayoría de la población), para crear empleo dicen paradójica e hipócritamente.

En este sentido nos indican cuatro alternativas a la crisis:

 -Que intentemos la quimera de continuar con el crecimiento infeliz ilimitado, pero que no puede ser ilimitado, puesto que los recursos del planeta son limitados. Y que además, es un crecimiento alienante, esquilmador y apocalíptico. Esto es lo que ha venido sucediendo en los países de Europa y del Primer Mundo.

 -Que aspiremos a un decrecimiento infeliz deprimente, reductor de la calidad de vida. Como el que sobrevino en el Socialismo Real en su desplome y está empezando a suceder en muchos países del Primer Mundo. Ambos casos obsesionados con el desarrollismo estándar y en imponer recortes sociales.

 - Que aspiremos a un decrecimiento infeliz caótico, como lo son los casos de Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia, etc. Países que ya se encuentran al borde de las quiebra, y que sólo están manteniéndose a base de padecer una usura insostenible y mortal y unos recortes sociales a los que llaman reformas.

 - Que aspiremos a un decrecimiento infeliz caótico y apocalíptico, como está sucediendo en Japón después de su incalculable desastre nuclear, que fue precedido por una grave crisis económica. Y como consecuencia de un indispensable desarrollismo energético para poder competir globalmente en el crecimiento.


 En general estos decrecimientos infelices están caracterizados por degradación social del trabajador, infelicidad por exceso de trabajo asalariado-enajenado, la obligación-necesidad del consumismo de seudo-necesidades, como es el caso más agobiante de tener que ser propietario de tu casa a costa de una hipoteca que te roba más del 80% de tu salario.

Además estos desastres, este tipo de decrecimiento también ocasiona la contaminación y destrucción la biosfera y la generación de un cambio climático apocalíptico.

Pero, frente a todos estos caminos infelices, aún es posible que nos anticipemos a mayores desastres potenciando el decrecimiento feliz, o el crecimiento mesurado y transitorio  (en el Sur) que crean buenas relaciones humanas y que no es competitivo, ni consumista.

Y ¿qué es el decrecimiento feliz?

Es la redistribución de la riqueza del planeta entre todos. Y además, que los trabajadores trabajen menos, consuman menos, contaminen menos y que por eso sean más felices. Es una corriente de la ecología-social, que se basa en cuatro principios esenciales:

-Crítica al crecimiento crematístico . Critica que el dinero se convierta en un fin en lugar de ser sólo un medio para llegar a un fin.

-Quimera crecentista . Considera que es una quimera que se pueda crecer ilimitadamente a partir de unos recursos naturales que son limitados.

-Decrecimiento indispensable. Hemos llegado ya a un estado de despilfarro, de esquilmación y deterioro (en los últimos 30 años hemos consumido-esquilmado el 30% de todos los recursos planetarios), por lo que no basta con un crecimiento económico cero. Hay que decrecer.

-Con reciclajes y energías alternativas no basta. Pues no existe un reciclaje completo. Según el 2º principio de la termodinámica, en el proceso fabril, y en el consumo de materia y energía, se produce una entropía, es decir, se genera una materia y energías disipadas y caóticas que son imposibles de reciclar.

Es indispensable cambiar nuestro actual imaginario del mundo y de las cosas. Un imaginario que hoy aparece centrado exclusivamente en el crecimiento y en el consumismo.

¿Y cómo conseguir este decrecimiento feliz?

Desde luego no aumentando el crecimiento, el productivismo o el consumismo, como nos dicen que es necesario para crecer y para conseguir así la felicidad. No, al contrario, se trata de dejar de obsesionarnos con el PIB y conseguir una producción de bienes de uso que no estén en función de acumular PIB, sino de dejar de medir todo por su precio, se trata de huir en alguna medida del dinero y de dar más importancia al ser humano que al los objetos materiales, que al dinero. Además, está constatado estadísticamente que el paro y el empleo precario no cesan y que además aumentan de forma paralela a como lo viene haciendo el crecimiento económico.

Se trata de llegar a un desarrollo humano en donde se dé preponderancia a los bienes relacionales que nos conducirán a lograr la felicidad a base de satisfacer las 9 necesidades humanas descritas por Max-Neef:

-          afecto
-          subsistencia
-          protección
-          entendimiento
-          participación
-          ocio
-          creación
-          identidad
-         libertad.

Y para salirse del sistema capitalista, e iniciar el decrecimiento feliz o el crecimiento mesurado y transitorio, (en el caso de los países del sur) serán necesarios, al menos, cuatro elementos de impulso:

1° Que algún sindicato comience a reivindicar una reducción drástica y progresiva de la jornada laboral que sería la autentica reforma laboral: una reducción de jornada laboral progresiva en proporción al aumento continuo de la eficiencia de la técnica. Los sindicatos en lugar de defender el poder adquisitivo del consumista, deberían defender el consumo responsable, el derecho humano al esparcimiento y el derecho a los bienes relacionales.
Y para conseguir esto la primera y primordial acción, será una drástica reducción de la jornada laboral; pero sin que ésta tenga porque afectar demasiado a los salarios, los cuales podrán ser compensados con la riqueza añadida por el aumento de la eficiencia de las maquinas. A esta reducción de jornada laboral se le dará prioridad por encima de la obtención y acumulación de PIB.

2° Que una potente asociación de consumidores, organice una eficaz campaña, no violenta en pro del consumo responsable, de boicot al consumismo de productos innecesarios y denuncia de la obsolescencia programada.

3° Que un fuerte movimiento ecologista denuncie, eficazmente, el deterioro irreversible que está sufriendo la biosfera, los ecosistemas y la biodiversidad, como consecuencia de las acciones antrópicas, como lo son el productivismo y el consumismo. Este tipo de movimientos ya existen pero tal vez deberían de redoblar su acción.

4º  También existen ya infinidad de movimientos sociales sensibilizados en algunas de las múltiples  problemáticas decrecentistas (Eco feminismo, bancos del tiempo, consumo responsable, cooperativas integrales, etc.), será muy importante que se unan todas, en una lucha común decrecentista.

Además, va a ser muy necesario que de forma individual y consciente se comience a  practicar el consumo responsable y la autoproducción, con la iniciación de hábitos y acciones como los describe Paolo Cacciari en su libro Decrecimiento o barbarie: Gente pequeña, haciendo cosas pequeñas en sitios pequeños pueden cambiar el mundo.

 Y para terminar 


Quiero decir que yo no soy economista, y menos aún economista de esta economía clásica y retrograda, que perdura inalterada desde el siglo XVIII. Pero sin ser economista, se entiende perfectamente que es una falacia eso que dicen ese tipo de economistas.  Eso de que: “el crecimiento económico es bueno para la economía”. Y es una falacia porque es una frase incompleta. Para que fuera una frase completa (y no una falacia oculta) deberían de decir: “el crecimiento económico es bueno para la economía de una reducida oligarquía”.

Pero esto que llaman crecimiento económico, para la inmensa mayoría no es más que un decrecimiento infeliz. Porque la riqueza acumulada por el crecimiento oligarca no cae del cielo como el maná, sino del decrecimiento económico, social y vital de una inmensa mayoría.

Podemos poner un ejemplo histórico. Cuando hablaba  Kennedy de su “Alianza para el progreso” también era un enunciado incompleto y falaz pues, para que este enunciado fuera completo y no falaz, tenía que haber hablado de  “Alianza para el progreso de EEUU y para el retroceso, para la creación de la deuda y para el padecimiento de la usura y deuda eterna del patio trasero de los EE UU.

Julio García Camarero 23 de abril de 2013

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