11.6.20

Mejor la medición del bienestar de la población que el de la producción económica

Ardern dispara su popularidad tras su gestión de la pandemia de la COVID-19EL ÍNDICE DE FELICIDAD CIUDADANA (IFC)

Con sus “Presupuestos del Bienestar”, el Ejecutivo de Jacinda Ardern antepone a cualquier otro objetivo de crecimiento el de aumentar el bienestar de las personas

Siempre salgo al campo con los bolsillos vacíos: nada de lo que me ofrece se puede comprar: el canto de los pájaros, el tránsito de las nubes, la brisa del mar o la sombra de los árboles; el aroma de las flores o el sonoro silencio de la montaña.

Nada cuesta dinero. El agua fresca de la fuente, la varilla de hinojo que me llevo a la boca, el madroño, el espárrago, la mora, el escaramujo, la endrina o el nízcalo que recolecto. El olor a pan de la tahona al salir del pueblo, el perfume de los establos y el de las chimeneas de leña al regresar: ¿Cuánto vale esa inmensa sensación de paz y bienestar?

Los baños de bosque en el hayedo, el gran azul desde lo alto del acantilado, el amanecer infinito en la estepa mientras cantan las alondras y las totovías. El bullicioso atardecer en la marisma, la noche tumbado en la hierba mirando las estrellas. La cumbre que aún alcanzo, la recóndita cala a la que solo se llega a nado. La secreta poza del río o el gélido ibón del Pirineo: la felicidad en la naturaleza no tiene precio.

10.6.20

Con energías renovables, reparto equitativo de la riqueza, justicia social y DDHH

¿NORMALIDAD O ACTIVACIÓN DE LA ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN?

¿Nos rebelaremos contra los amos que siguen cebando al toro del Wall Street?

Nos encontramos ante un dilema que decidirá el futuro de la humanidad durante las próximas décadas (tal vez siglos): ¿Cambiaremos nuestra forma de vida o volveremos a poner en marcha las chimeneas de millones de fábricas que matan a hombres, animales y plantas de todo el planeta, entre los que se encuentran numerosas especies en vías de extinción?

¿Seguiremos talando la selva amazónica, el pulmón del mundo, que cada minuto pierde el equivalente a cinco campos de fútbol? ¿Continuaremos dependiendo del gas y el petróleo -cuando la mayor parte de la humanidad podría vivir gracias a la energía solar, hidráulica y eólica- o diremos un ¡basta ya! sacando la bandera de la libertad?

Mientras los plutócratas que mueven la infernal maquinaria del capitalismo y la gente encadenada (inconscientemente o a la fuerza) “a la noria del burro, el palo y la zanahoria” exigen el regreso “a la rutina”, otras voces -cada vez más numerosas- piden un cambio histórico, el abandono del viejo modelo destructor y la activación de la economía del bien común.

9.6.20

En todo lo que está pasando, el sistema no tiene nada que ver. Es una conspiración !

BIENVENIDOS A LA NUEVA (SUB)NORMALIDAD

Lo reconozco. Cuando empezó todo esto, un aura de esperanza por el cambio me invadió. Pensaba que era tan evidente que nuestro modelo de convivencia y organización social actual era tan injusto, desigual y suicida que era imposible que “la gente” no lo viera. El coronavirus sería como una bofetada de realidad que nos quitaría la venda de los ojos y nos mostraría el camino a seguir hacia una senda más lógica. Pobre iluso. Tan solo un par de meses después, ese soplo de esperanza ha sido arrastrado por el vendaval de la realidad, volviéndose tan lejano como aquel fin de año de 2020.

A pesar de que nuestra generación  ya ha pasado por otros shocks/crisis (ya sean reales o inventados, mayores o menores), el guion se ha repetido otra vez, esta vez con su propio hilo argumental y multiplicado por mil. Comenzamos con una fuerte impresión y miedo a lo desconocido. De repente, militares en las calles y por primera vez en nuestras vidas (de la mayoría al menos) nos obligan a recluirnos en nuestras casas. El Gobierno “nos obliga” a estar en casa. Suena casi más fuerte ahora que en su momento.

8.6.20

Salvar nuestra existencia, desde otro modo de vida, basada en una nueva conciencia


EL SIGLO DE ORO

El miedo y la ignorancia; las dos muletas mentales en las que se sostienen las personas alineadas con el credo científico que viene a ser la nueva religión.

Aún sin saber si vino para quedarse y cuanto de lo que se ha destruido pudiera repetirse, la conclusión más relevante de esta pandemia, es que, además de la necesidad de generar más y nuevos recursos económicos, medios materiales y humanos a futuro, la acción central de nuestros gobernantes, en su vertiente humana, debiera ser, preservar la salud global de la manera más autónoma posible. Evitar repetir colapsos, desgaste sanitario e innecesario gasto público.

Leo en la prensa: “Osakidetza busca minimizar el impacto de una posible oleada de virus en otoño y hace acopio de productos sanitarios”. Buena noticia, pero solo como solución parcial dentro del abanico de soluciones simultáneas que a mi entender deberían darse.  Una solución en la línea conocida hasta lo que hoy aplican profesionales médicos instruidos en la facultad desde una formación dada más a tratar que a prevenir, más a curar que a no enfermar. No sirve para lo fundamental; sí para incrementar enormemente la factura farmacéutica y “engordar” a empresas de material sanitario.

6.6.20

Això és prou aclaridor per a les preguntes bàsiques existencials?


© UNA CÈL·LULA DE L’UNIVERS

Qui soc? D’on vinc? On vaig?

Les certeses que voldria per a poder fer el meu camí amb convicció, per a trobar sentit a la meva vida, no són al meu abast com no són a l’abast d’una cèl·lula les raons del perquè està ficada en un biosistema en el que interacciona amb d’altres individus de la seva espècie per a produir un resultat específic.

El nivell d’intel·ligència i consciència de la cèl·lula es limita a fer el què sap fer i a reaccionar als estímuls que li arriben seguint uns protocols congènits dins el conjunt al què pertany. Jo em sento com una cèl·lula d’un organisme superior i això explicaria el desconeixement de la raó de la meva existència i que li doni tantes voltes a una cosa que depassa les meves capacitats.

No puc veure el Tot si en soc una Part (i a més infinitesimal). Allò que puc copsar només és el meu entorn més proper: “l’òrgan” on estic ficat per a dur a terme una activitat concreta al servei del conjunt.

5.6.20

Distancia social, sin besos ni abrazos, aforo en las playas. La nueva normalidad


NO TIENES “SÍNDROME DE LA CABAÑA”…
Lo que no quieres es volver a la vida de mierda

Llevas semanas diciéndole a todo el mundo que tienes el “síndrome de la cabaña”, que no tienes ganas de salir de casa, que aunque desescalen tu provincia tú te quedas todavía en fase 1. Hace dos meses te morías por salir, se te caía encima la casa, y ahora que ya no hay horarios ni límites te pasas dos o tres días sin pisar la calle. Lo cuentas como un chiste, bromeas con el perezón que te da vestirte de persona tras tantas semanas. Otras veces argumentas en serio: el miedo al contagio, la irresponsabilidad de la gente, el desánimo tras tanto miedo y dolor.

En tele, radio y periódicos hablan del “síndrome de la cabaña”, entrevistan a terapeutas que dan consejos para superarlo, dan voz a ciudadanos que dicen sentirse como tú, sin ganas de desconfinarse, seguros en el hogar. Hay famosos que confiesan sufrir el mismo síndrome, y en las redes sociales abundan los testimonios, lo mismo entre tu familia y amigos. No se hable más, está claro lo que te pasa: tienes el “síndrome de la cabaña”. De manual. Diagnosticado. Ya se te pasará.

4.6.20

La sensació és excelsa quan veus tot el què podem fer si ens ho proposem

© EL FENÒMEN DAVID vs. GOLIAT

Tots sabem com va anar aquesta història. Ara la podríem transposar a la situació actual.

Tothom tenia por de Goliat per la seva força descomunal. David, que es va oferir per a acarar-s’hi, el primer que va fer va ser esbandir la por i així va poder pensar la tàctica que el va fer reeixir.

Nosaltres tenim també al davant un poderós adversari que d’entrada ens fa por. Per tant, per enfrontar-nos-hi, primer ens cal perdre la por i així, deslliurats d’aquesta càrrega inútil, tindrem tota l’energia per a trobar i dur a terme la millor tàctica que ens permeti aconseguir espolsar-nos el seu poder de sobre.

Pensem que ens dominen però és perquè ens deixem dominar. Podem organitzar-nos sense ells si sabem renunciar a les “comoditats” que ens ofereixen per a tenir-nos ben lligats.

3.6.20

Sabemos de sobra qué hacía el Gran Hermano con la disidencia…


EL COVID-19, ALIMENTO DEL GRAN HERMANO

No corren buenos tiempos para la libertad individual, la privacidad y, menos aún, para aquellos y aquellas que luchan por un mundo radicalmente más justo, libre, igualitario y pacífico.
Es un hecho constatado que el Covid-19 va a mostrar sus efectos perniciosos mucho más allá del periodo oficial de la declaración oficial de la pandemia. Lo estamos viendo día a día. Ya sea como consecuencia directa del parón económico derivado de los confinamientos; ya por el oportunismo del capital, que pretende instrumentalizar este impasse para acelerar reajustes aprovechando el estado de shock social; ya por el eterno interés de los poderes estatales en controlar a la ciudadanía, todo indica que van a catalizarse muchos procesos que se habían iniciado antes de crisis. 
El panorama que se presenta no es muy halagüeño. Es cierto que la pandemia ha desnudado —otra vez— al capitalismo, que cada vez más personas saben que la famosa mano del mercado, si es invisible, es simplemente porque no existe, y que los de abajo, en momentos de dificultad, solo podemos confiar en los estados y en nuestras propias redes de clase o personales. Solo el pueblo salva al pueblo. Pero otra cosa es cómo se va a gestionar esta concienciación forzosa y cómo las fuerzas políticas que supuestamente nos representan, van a reaccionar ante el baño de realidad recibido.

2.6.20

Com trobo a faltar l’amor veritable, la sana alegria, la confiança, la il·lusió...


© EL PREU DE LA DIGNITAT
Un que no porta morrió
Quan tothom s’amaga darrera de mascaretes i tu vas a cara descoberta et fa sentir estrany, provocador, insubordinat i a ulls de la majoria, insolidari.
Valors com llibertat, dignitat, respecte i estimació per a un mateix han desaparegut o s’han tergiversat.
Donar testimoni, rebutjar normes opressores de forma pràctica i visible, més que suposar un mèrit es veu com una ofensa i una falta de respecte pels demés.
En el fur intern, es fa pesat actuar fora de la sintonia general. A primera vista pot passar per una “rebequeria” quan no per una irresponsabilitat.
Les preguntes que sovint et fas són: Val la pena? Serveix d’alguna cosa? Què en treus de no dur mascareta, a part de córrer el risc de ser multat i mal vist?
Per a mi, a més de ser més còmode i saludable, és un refermar-me en la defensa de la meva dignitat, la meva llibertat... la meva vida!

1.6.20

Nadie quiere ser responsable de nada, pero todos lo somos, queramos o no.


DISEÑANDO UN REINICIO

El primer confinamiento global de la historia ha llegado a su fin y volvemos a salir a la calle. Sin embargo, la epidemia sigue su curso. El peligro de causar la muerte a ese 5% de personas más vulnerables ante el covid-19 sigue existiendo. Seguimos siendo responsables de hacer todo lo que podamos para evitar el contagio. Nos movemos entre la prudencia y las ganas de hacer aquello que echamos de menos hacer.
Cada uno de nosotros ha vivido el confinamiento en diversas circunstancias laborales y personales. Salimos de este en diferentes condiciones, con distintos problemas que determinan lo que nos gustaría hacer, cambiar, dejar atrás o conseguir. Muchos sufrirán la desigualdad de recursos para seguir adelante y verán su estado de bienestar e incluso sus vidas amenazados.
Por ellos, espero que se abran debates en todos los sectores que organizan nuestra vida. Por ellos y por nosotros mismos, todos tenemos ahora el deber de cuestionarnos el sistema en el que vivíamos, para corregir lo que hemos visto que no funciona: la distribución de la “riqueza”, la gestión de la “pobreza”, el consumo excesivo, la contaminación descontrolada, el trato de seres vivos como productos y su injustificada explotación; en definitiva, el respeto hacia los ciudadanos, hacia los animales no humanos y hacia el planeta.