2/5/16

Una economía más justa y solidaria que ponga en su centro la sostenibilidad de una vida digna y feliz para todas las personas.

LOS RETOS DE LA ECONOMÍA SOLIDARIA

Dentro de la Economía Social, y estrechamente relacionado con su propio desarrollo histórico, a lo largo del siglo XX se va a ir configurando un nuevo espacio, un concepto y una práctica económica alternativa que va a ir definiendo unos perfiles propios. Además, asociada a esta nueva alternativa económica, se va a ir desarrollando un movimiento social de economía solidaria que, aunque con desigual presencia geográfica y, en muchas ocasiones, reuniendo prácticas bastante heterogéneas, ha ido adquiriendo a lo largo de los años un mayor protagonismo económico, social y también político.

En su conjunto, la ES es una visión y una práctica que reivindica la economía como medio –y no como fin– al servicio de la mejora de la calidad de vida de las personas, la comunidad y su entorno natural. Una economía que coloca en el centro de su actividad el buen vivir personal y colectivo, así como la sostenibilidad de la vida, y que resitúa, por tanto, la verdadera función de la economía y la conecta, sin preponderancia, con el resto de esferas social, política o cultural.

De ahí, que definamos la ES como una alternativa radical, una alternativa que aspira, junto con otras redes y movimientos, a transformar de raíz y desde abajo, nuestra sociedad local y nuestro mundo global. La Economía Solidaria es una práctica fundamentalmente transformadora, dado que choca frontalmente con el modelo capitalista, concediendo a las personas, a sus necesidades, a sus capacidades y a su trabajo un valor por encima del capital y de su acumulación, a la vez que reivindica un modelo socioeconómico más redistributivo y equitativo.


Huye, además de una concepción exclusivamente ligada a la maximización de beneficios y al modelo productivista y crecentista, un modelo, el capitalista, que prima la acumulación del capital por encima del desarrollo de las personas y es ajeno a los daños humanos, sociales y ecológicos producidos para conseguir sus objetivos.

Esta definición abierta de la ES, en el Estado español y desde la Red de Economía Alternativa y Solidaria-REAS, la hemos traducido en seis principios que definen a las empresas y organizaciones que forman parte de esta práctica económica y de este movimiento:

(1) Equidad. Reconocimiento de la igualdad en dignidad, derechos y posibilidades de todas las personas, asumiendo y respetando a la vez sus diferencias.

(2) Trabajo. Considerado en todas sus dimensiones: productivo, reproductivo y voluntario y apostando por un reparto equitativo de todos los trabajos socialmente necesarios, incluyendo los que no pasan por el mercado, pero son fundamentales para la calidad de vida de las mujeres y los hombres que participamos en la ES. Fomentando el empleo digno y de calidad para la producción de productos y servicios útiles y necesarios pero también desde el desarrollo de las capacidades de las personas.

(3) Sostenibilidad ambiental. Como límite a las acciones económicas, como defensa del equilibrio de la vida en nuestro planeta y como compromiso de futuro.

(4) Cooperación. La ES es una práctica participativa y democrática que fomenta el aprendizaje y la construcción colaborativa y el trabajo cooperativo.

(5) Ausencia de lucro. Balances que tienen en cuenta, además de los resultados económicos, el impacto de nuestra actividad, así como la promoción de la redistribución y reinversión de la riqueza frente a su concentración o uso especulativo.

(6) Compromiso con el entorno. Cooperación con otras organizaciones y redes como camino para que estas experiencias concretas puedan generar un modelo socioeconómico alternativo.

En la actualidad, la ES es una realidad en movimiento y en crecimiento. Se trata de miles de organizaciones y actividades que, a lo largo de todo el planeta, están generando un pensamiento y una práctica alternativa. Un movimiento que va adquiriendo estructuras de trabajo en red a nivel local, regional y global y que tiene como principal reto el lograr que experiencias, a menudo consideradas como testimoniales, logren contribuir a la transformación social y al surgimiento de un nuevo modelo de economía y de sociedad.

En el caso del Estado español, este movimiento viene organizándose fundamentalmente a través de REAS-Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria. Se trata de una red que nació en 1995 y agrupa, actualmente a 14 redes territoriales y 4 sectoriales. En su conjunto, estamos hablando de alrededor de 507 empresas y organizaciones.

Iniciativas en las que participan profesionalmente más de 8.200 personas y que generan también militancia y compromiso: cerca de 30.000 personas voluntarias que contribuyen a la extensión de estos valores alternativos en la sociedad. A estas cifras hay que añadir miles de personas y organizaciones asociadas a proyectos cooperativos, entre otros, de finanzas éticas (cerca de 10.000), de energías renovables (más de 20.000) o de consumo de productos agrícolas locales (incontables los grupos de consumo extendidos por todos los territorios).

Todas estas organizaciones y personas sostienen una realidad económica que en 2014 ha generado unos ingresos totales de 355 millones de € (sobre todo facturación), a los que hay que sumar más de 63 millones de capital social y ahorro en instrumentos financieros.

En nuestra realidad más cercana, en REAS Euskadi estamos hablando de una red formada por 70 empresas y organizaciones que emplean a 2.860 personas, un 60% de ellas mujeres, con una escala salarial de 1.6; además de 4.300 personas voluntarias. Y con unos ingresos de 102 millones de € (30% subvenciones). Datos de apariencia modesta, pero nada desdeñables: estamos en la economía real; generamos y redistribuimos riqueza social y económica.

Estos datos nos demuestran cómo la ES ha crecido en nuestro entorno en visibilidad y en impacto, pero aún queda mucho por hacer y mucho por recorrer dada la potencia que encierran nuestras propuestas: la ES sigue siendo una visión y una práctica todavía insuficientemente extendida.

Es posible, por tanto, identificar una serie de retos que aparecen como indispensables para ir desplegando todo el potencial de crecimiento de la ES y que, resumidamente, podríamos agrupar en tres ámbitos prioritarios:
  1. Fortalecer el movimiento de la ES como sujeto económico.
  2. Crecer en agregación ciudadana comprometida con nuevas formas de hacer y practicar economía.
  3. Fortalecer el movimiento de la ES como sujeto político.
En primer lugar, es preciso fortalecer el movimiento social de la ES como un sector que crezca en impacto económico. Para ello, es necesario abordar los siguientes retos:
  • Promover la intercooperación como herramienta eficaz para el crecimiento y sostenibilidad de iniciativas a veces frágiles, especialmente interrelacionando estas iniciativas dentro de los diferentes ámbitos del ciclo económico en los que operan (producción, comercio y consumo y también finanzas).
  • Impulsar espacios para el desarrollo del emprendimiento colectivo en ES, fomentando la creación de nuevas iniciativas económicas.
  • Reforzar y aumentar los instrumentos financieros al servicio de la ES. La financiación es uno de los elementos de debilidad de muchas iniciativas alternativas. Debemos seguir impulsando la construcción de herramientas financieras éticas, cooperativas y solidarias, reforzando además la interconexión entre nuestros proyectos (Fiare Banca Ética, Coop57, Red de finanzas alternativas locales, Oikocredit…).
  • Desarrollar herramientas alternativas de gestión empresarial (como la auditoría social)
En segundo lugar, el potencial de crecimiento de la ES radica también en su capacidad de agregar cada vez a un mayor número de ciudadanas y ciudadanos que apoyen activa y conscientemente la construcción de estos espacios económicos alternativos, bien con sus recursos, bien con su militancia o con su trabajo y, sin duda, con su comportamiento económico. Especialmente cabe destacar en este sentido cuatro retos:
  • Dedicar mayores recursos a iniciativas educativas, de sensibilización ciudadana y de comunicación que permitan incorporar a nuevos colectivos de la ciudadanía a las iniciativas de la ES.
  • Impulsar la agregación ciudadana a través de propuestas de consumo crítico, consciente y transformador en espacios cooperativos reforzando el trabajo que ya venimos haciendo (finanzas éticas, energías alternativas, alimentación ecológica y de proximidad, comunicación, etc.)
  • Construir redes de mercado social de ES, donde se genere una comunidad de organizaciones y de ciudadanía capaz de autogestionar la producción y el consumo de cada vez más productos y servicios, que vayan así desconectándose del mercado capitalista.
  • Desarrollar formas asociativas alternativas de intercambio y relación comercial (monedas sociales, bancos del tiempo, trueque, etc.).
En tercer lugar, y apoyándose en estas nuevas prácticas económicas y ciudadanas, es necesario fortalecer el movimiento de la ES como sujeto político. En este sentido, nuestros retos son:
  • Construir discurso político y un nuevo conocimiento transformador, tejiendo alianzas con ámbitos dedicados a la investigación-acción, así como con corrientes de economía crítica como la feminista y la ecológica. En particular, desarrollando el paradigma de la sostenibilidad de la vida como eje de la construcción alternativa de la economía.
  • Impulsar y desarrollar formas de producción y difusión de conocimiento transformador basadas en la cultura libre y la promoción de los comunes.
  • Desarrollar propuestas de políticas públicas que transformen la economía, trabajando para ello en estrecha colaboración con otros agentes y movimientos económicos, sociales y políticos.
  • Fortalecer el trabajo en red a todos los niveles (local, nacional, estatal e internacional) priorizando la construcción de la ES como un sujeto político de referencia.
Asumir estos retos y darles respuesta desde la inteligencia colectiva y el trabajo colaborativo es la tarea principal que tiene el movimiento de la ES si quiere aprovechar las oportunidades que ofrece la coyuntura actual para impulsar el crecimiento de su impacto económico y político.

Con el propósito de ir avanzando en estos retos, quería anunciar que el próximo mes de Noviembre, los días 10, 11 y 12, organizaciones de la ES nos vamos a juntar en Bilbao en el II Congreso Internacional de Economía Solidaria. A lo largo del Congreso, queremos impulsar y facilitar la reflexión compartida y la construcción de nuevo pensamiento, desde la práctica y para la acción, para reforzar la economía solidaria como propuesta económica, pero también como movimiento social y acción política transformadora.

Nos proponemos repensar la economía y las relaciones socio-políticas para contribuir significativamente a la construcción de una economía más justa y solidaria que ponga en su centro la sostenibilidad de una vida digna y feliz para todas las personas.

Marian Díez - REAS Euskadi

Intervención de Marian Díez, presidenta de REAS Euskadi, en la jornada organizada por Arizmendiarretaren Lagunak bajo el título "Cooperativismo de Mondragón y Tercer Sector". Marian compartió la mesa redonda sobre el fortalecimiento de la economía social cooperativa y solidaria y sus retos con Javier Sotil (presidente de la Corporación Mondragón), Song Kyong (presidente del Instituto Karl Polanyi - Economía social en Asia) y Juan Antonio Pedreño (presidente de Social Economy Europe).


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