TIRAR BILLETES DESDE UN HELICÓPTERO PARA ARREGLAR
LA ECONOMÍA
Peter Praet, miembro del directorio del Banco Central
Europeo (BCE), sostuvo en una entrevista con el diario La Repubblica, que no
descartan dar dinero directamente a la gente. No se trata de una
broma, se trata del reconocimiento que la política económica no es la acertada.
El BCE ha vaciado todo el cargador de su ametralladora intentando que la
reactivación económica funcione, incluso ha llevado el precio oficial del
dinero al 0%. Resultado: fracaso total y absoluto.
¿De que sirve un Banco Central que tiene el control de la
moneda fijando el precio del dinero (un préstamo es un alquiler sobre
el dinero) si los bancos que lo distribuyen fijan el que les viene en
gana? Se baja el precio de “alquilar” dinero para que los consumidores
se animen a tomarlo prestado. Vas al banco a pedir un préstamo para comprar un
coche y, con el tipo de interés al 0%, te piden un 6%, 8% o 12%. Vas al
concesionario con el dinero en mano pensando que puedes pedir un descuento y te
dicen que cuanto menos 6.000 euros se tienen que financiar al 7%.
¿Es así como piensan incentivar el consumo. Estamos al cabo
de la calle, el futuro ya ha llegado: el negocio bancario, la gallina
de los huevos de oro, se la han cargado ellos solos. Los capitalistas se han
cargado el capitalismo. Los bancos han resultado ingobernables y no
cumplen la función que tienen asignada en el sistema: distribuir el crédito
entre particulares y empresas. El BCE “fabrica” el dinero y los bancos lo distribuyen
y lo acercan a los clientes. Así funciona el sistema, sin embargo, los
distribuidores no aceptan las indicaciones de la fábrica encareciendo el
producto con el resultado que los clientes prescinden de él.
El personal, con cierta solvencia, no es tonto y no quiere
el producto a ese precio de “alquiler” por lo que a los bancos le queda aquella
parte del mercado con la solvencia restringida, ya que por su situación
precaria están dispuestos a pagar. En este nicho del mercado las entidades
financieras se vuelven, lógicamente, restrictivas y no dan crédito. Estamos en
el pez que se muerde la cola. Aún hay más, los potenciales compradores de
viviendas que necesitan un préstamo hipotecario, visto lo visto a los que se
han quedado atrapados sin poder pagar y la marcha que han llevado hasta
colocarlos debajo de un puente, se lo piensan más de una vez: se deciden por el
alquiler.
Muy mal tienen que estar los asuntos de dinero para que
el BCE este pensando en el helicopter Money. El helicóptero del dinero
es conocido por la paradoja de Milton Friedman, galardonado con el Premio Nobel
de Economía en 1976. En 1992 escribió el libro Money Mischief, conocido en
España como Las paradojas del dinero. Esta paradoja se ha
hecho famosa y la sitúa en una ficticia comunidad en la que se desarrollan las
actividades económicas propias de cualquiera de ellas. Abarcan toda la
actividad, agrícola, actividad industrial, comercio, servicios, por decirlo
así, es autárquica (consume lo que produce) por lo que no tiene ningún contacto
con el exterior: Por último Friedman también supone que los habitantes de esta
comunidad tienen un patrimonio y renta parecida entre ellos.
Bajo estos parámetros Friedman imagina los efectos que
tendría si un día apareciese un helicóptero que empezase a tirar dinero
sobre sus habitantes y que todos recogieran una cantidad más o menos
igual. Bajo estos parámetros Friedman se interroga ¿Qué efecto tendría
semejante lluvia de dinero? ¿Realmente serían los ciudadanos más ricos?¿Se
elevaría el nivel de vida en esta comunidad? Anticipo el resultado de la
paradoja: los ciudadanos no serían más ricos. En este enlace: https://asociacionhipotecadosactivos.wordpress.com/curso-de-formacion-1/
Cuaderno 2 – Cuadro 2: Origen de la
inflación + El abandono de la economía real. Lo allí expuesto
proporciona una explicación super concentrada pero entendible de la inflación.
Esto es lo que se produce cuando circula más dinero sin que se produzcan bienes
equivalentes que den saldo cero: valor de los bienes producidos es igual al
valor de moneda emitida. Esta explicación se hace necesaria para erradicar la
idea que la solución puede venir por inundar el sistema de dinero. La emisión
descontrolada de la maquina de imprimir dinero es lo último que se puede
hacer. Parece evidente que si el banco central pone en circulación un
volumen mayor de dinero que los bienes que se han producido, los precios suben.
Pongamos un ejemplo extremo:
Bienes producidos + Dinero en circulación (1) En
el mundo mundial sólo hay 3 coches y circula una base monetaria de 300
unidades. Se puede decir que cada coche tiene un valor de 100 unidades.
Bienes producidos + Dinero en circulación (2 a) Se
fabrica 1 coche más con un total de 4 y el banco central emite 100 unidades de
moneda por lo que circula una base monetaria de 400. Ahora 400/4 es 100. El
valor de cada coche no ha variado, continua siendo 100 unidades de moneda
(dólares, euros, etc.) no se ha producido inflación. El valor de los bienes
producidos corresponde con las unidades de dinero puesto en circulación. Sin
este dinero puesto en circulación no se podría comprar los nuevos bienes
producidos.
Bienes producidos + Dinero en circulación (2 b) Volvemos
a lo mismo, si se fabrica 1 coche más con un total de 4, pero el banco central
emite 200 unidades, por lo que circula una base monetaria de 500 unidades.
Ahora 500/4 es 125 el valor de cada coche y no 100, se ha producido una
inflación del 25%”.
Resultado de una lluvia de dinero
El dinero es un elemento imprescindible para facilitar
el intercambio, si se dispone de más dinero por parte de unos pocos el
resultado es que este grupo se enriquece. Pongamos por ejemplo a los agraciados
por la lotería que pueden consumir a un nivel superior con el dinero recibido
como premio, pero si en lugar de unos pocos es una gran mayoría, la cosa
cambia. El dinero lanzado desde el helicóptero no genera por sí mismo
capacidad productiva adicional, los precios de los bienes y servicios
producidos por la comunidad tendrán necesariamente que subir. Existe la
misma oferta y sin embargo hay una mayor demanda de bienes y servicios que hace
encarecer los precios, es decir se ha producido inflación (lo expuesto en
el párrafo anterior sobre los coches).
Según palabras del propio Friedman: la inflación es
siempre y en todo momento un fenómeno monetario. Esto es debido a que
no se acompasan los bienes producidos con el dinero que se pone en circulación.
La conclusión de este símil de la lluvia de dinero es, por tanto, que el
aumento de la oferta monetaria trae como consecuencia un incremento en la misma
proporción en el nivel general de precios. Hay más, el aumento de la
oferta monetaria por sí solo no aumentará tampoco el nivel de producción y no
se creará riqueza, y además, creará más desigualdad ya que no todos los
miembros de la comunidad habrían podido acceder en condiciones de igualdad a
los recursos económicos lanzados por el helicóptero. Ya he llegado a donde
quería llegar.
El BCE estaba lanzando mensualmente, desde su helicóptero,
60.000 millones de euros, sin ningún efecto por lo que ha ampliado la
monstruosa cifra en 80.000 millones. Ahora viene la pregunta del millón. Todo
ese dinero tirado desde el helicóptero ¿cómo es que no produce inflación si
no todo lo contrario? Blanco y en botella: porque solo le llega a unos pocos. Como
a los que les toca la lotería. Son los bancos los que acaparan ese
dinero y lo utilizan para saldar, entre ellos, sus deudas. El helicóptero
de Milton Friedman constituye un buen símil para explicar la labor que realizan
los bancos centrales cuando realizan expansiones monetarias y sus efectos sobre
el nivel de precios y la producción. No obstante si la expansión monetaria no
se canaliza en producir más materias primas, infraestructuras, incrementar la
capacidad productiva en bienes y servicios, no sirve de nada y solo favorece a
unos pocos: los bancos.
Aquí nos encontramos con el diagnostico intencionadamente
equivocado. La solución política para desenredar la madeja en la que se
habían liado los bancos fue recetar una lluvia de millones “fabricados” por el
BCE y cargados a las cuentas del Estado en ayuda a las entidades
financieras. La ayuda a los bancos ha fracasado ¿Por qué no se debatió
la alternativa de ayudar a las personas?
El Pensamiento Único
Hemos visto los resultados de enchufar dinero por un tubo en
la ayuda de los bancos después de agotar todas las posibilidades por parte del
BCE. También hemos visto que el helicóptero de Friedman no trajo riqueza alguna
tan solo trajo inflación. La metáfora se ha hecho popular, y a los economistas
partidarios de la expansión monetaria (un aumento del número de billetes) están
contentos y felices mientras cobran de las instituciones financiadas por los
bancos. La ayuda a la banca es un eufemismo, se trata de una
confiscación de las arcas públicas. Si no suben desaforadamente los
precios se debe a que los bancos se saldan las cuentas que se tienen entre
ellos y no permiten, en alguna medida, que se salden las deudas
de los clientes.
En ningún momento se estableció alguna alternativa que no
fuera dedicar cuantiosos recursos públicos en socorro de la banca. Todo
quedó en el pensamiento único sin analizar qué había ocurrido en el reciente
pasado. El crack de 1929 es un hecho histórico ampliamente documentado que
llevó a los EE.UU. a la penuria económica por la implicación de los bancos
en una carrera desenfrenada en llevar a la Bolsa los ahorros de la población,
unos, los poderosos banqueros, se habían enriquecido y buena parte de la
población arruinado. Para poner el país nuevamente en marcha se aplicaron dos
recetas: una, la ayuda a los bancos, y otra la ayuda a las personas.
La hecatombe bursátil y financiera ocurrió bajo la
presidencia del Presidente Hoover, durante cuatro años estuvo aplicando una
política de ayudar a los bancos dejando a su infortunio a millones de personas.
La situación, lejos de mejorar empeoró y empezaron los disturbios por todo el
país. La ayuda a la banca fue un fracaso total y absoluto. En 1933
llegó a la presidencia Franklin D. Roosevelt y cambio la orientación de la
política económica, se abandonó el despilfarro de fondos públicos destinados a
los bancos y se emprendió un proyecto sostenible de ayuda a las personas: los
hipotecados que se veían desahuciados se les acomodó el plazo, el tipo de
interés etc. para con ello mantener a las familias en sus casas.
Paralelamente se emprendió un programa de inversión en obra
pública, autopistas, presas, canales que vigorizó la economía. Varios bancos
quebraron, no obstante la población salió adelante. Exactamente lo contrario de
lo que se ha diagnosticado y recetado en España. La Administración
Roosevelt no dejó que los codiciosos banqueros salieran impunes del daño
ocasionado a toda la nación y nombró al fiscal Ferdinand Pecora para
que constituyera una Comisión (lleva su nombre: Pecora) para pasar cuentas con
los responsables. El banquero más famoso de la época, JP. Morgan fue a la
cárcel.
Aquí, nadie de los responsables ha pagado su culpa y
todavía se atreven a dar lecciones de todo tipo hasta señalar que la ciudadanía
ha vivido por encima de sus posibilidades. Fueron muchas las leyes que
la Administración Roosevelt tuvo que aplicar para contener el sensacional poder
de la banca, entre ellas se encontraba la Ley Glass Steagall que consistía en
separar la banca tradicional de depósito de ahorros y la banca especulativa.
Funcionó así desde el año 1933 a 1999 cuando el poder económico forzó al
Presidente Clinton a la derogación de esta ley. En tan solo 7 años, de
1999 a 2007, el país volvió a colapsar su economía.
Cifras discordantes de la ayuda a la banca
En 2009 se inician las aportaciones realizadas por el Fondo
de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) a la banca. El presidente del FROB
Javier Arístegui (era también subgobernador del Banco de España) compareció
cada tres meses ante una subcomisión del Congreso, pero lo hizo a
puerta cerrada. El dinero salió de los fondos públicos pero la mayoría
parlamentaria del Partido Popular hace que fuera tratada en secreto ¿Qué
misterio trataban de ocultar? ¿A cuanto asciende la factura que nos endosa el
gobierno? Nos traspasan una deuda que no nos corresponde y además nos
ocultan su montante total que lo distribuyen por varías vía para darnos
esquinazo y mentir en lo que les venga en gana.
El Gobierno informó que las ayudas a la banca ascendían a
41.000 millones de euros y que se trataba de un préstamo. El año pasado el
Tribunal de Cuentas desdijo la cifra proporcionada oficialmente por el Gobierno
y la situó en 106.000 millones de euros. Simultáneamente a las aportaciones
realizadas por el FROB se transmite dinero a través del Mecanismo Europeo de
Estabilidad para la recapitalización de las entidades financieras (MEDE), un
dinero que el Estado debe devolver bajo el advertimiento de ser embargado. A
todo esto hay que añadir los avales facilitados por el Estado a los
financiadores del Mercado para garantizar su cobro. Además, se colaba en los
convenios de adjudicación el Esquema de Protección de Activos (EPA) (por
ejemplo el BBVA se quedaba con Unnim y se le garantiza que el Estado se hace
cargo del 80% de la morosidad que pueda surgir). La suma, tirando por lo
corto supera a la mitad del Producto Interior Bruto (PIB)
Proceso a la banca
Ha llegado la hora de pasar cuentas con toda esa caterva
encaramada en el poder económico y la legión de corruptos funcionarios y
abundantes políticos que han traicionado a la nación. Ha llegado el momento que
se evidencia la gran mentira, todas las penurias que sufre la
población solo han servido para que unos espabilados se hagan inmensamente
ricos a costa de la pobreza de muchos. Por los crímenes a la población se
merecen un consejo de guerra en toda regla, pero de momento nos vamos a
conformar con un juicio popular. Va en serio.
Conviene distinguir las partes del Proceso: a) Juicio
Popular, b) Querella Judicial. Mientras la primera es meramente una acusación
de la ciudadanía a los estragos que ha ocasionado la banca a la población en
una libre interpretación de la exigencia de Justicia, en la segunda se trata de
llevar ante los Tribunales de Justicia, bajo los parámetros establecidos, una
querella criminal que se ajusta a la ortodoxia del Derecho. El Comité
Organizador del Proceso a la Banca necesita de tu colaboración. Ya se
tiene perfilado el perímetro por donde se va a mover el acontecimiento, se
llevan varias reuniones y en la prevista para el día 4 de abril ya se podrá
hacer un retrato del ambicioso proyecto y darlo a conocer.
Ha llegado el momento, no dejes de que se pierda esta
oportunidad. Participa, apoya el proyecto y podrás decirle a tus
nietos: “yo arrime el hombro, yo formé parte de esta clase de gente que no
se rinde, es solidaria con los demás y aprecia, sobretodo, su
dignidad”.
Te esperamos, contacta con: procesoalabanca@gmail.com y
si puedes aportar tus conocimientos mucho mejor.
Necesitamos, informáticos,
grafistas, periodistas, economistas, abogados, brokers, ex empleados de banca
….
Necesitamos que se adhieran asociaciones, grupos, plataformas, círculos,
ateneos, sindicatos, gremios, cooperativas, y comunidades de buenas personas.
Va en serio.
La política es el arte de buscar
problemas,
encontrarlos, hacer un diagnóstico
falso y después
aplicar recetas equivocadas.
GROUCHO MARX.
El Proceso a la Banca consiste en aterrizar en la realidad,
observar el daño que la oligarquía ha ocasionado a la población, hacer un
diagnostico preciso y aplicar las recetas adecuadas. No nos conformamos con
esto, pretendemos llevar a juicio a los responsables de una crisis provocada.
Ver el acto de la presentación del proceso: https://youtu.be/kaaGjFajouA
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