FAIR COOP: Objetivo Planeta Tierra
Una cooperativa abierta como herramienta revolucionaria para construir otra economía a escala mundial
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Hoy
no he expropiado ningún banco, ni presento nada que alguien pueda considerar
ilegal, tampoco, en contra quizás de lo esperado por muchas, presento todavía
una estrategia relacionada directamente con mi regreso a la libertad pública,
lo cual no quita que, igualmente, pueda tener que ver en cómo definir ese plan.
Lo
que presento es un proyecto revolucionario a escala planetaria, fruto de la
inmersión y aprendizajes que me han permitido más de 19 meses de intensa
actividad en la reclusión de la clandestinidad.
Un
proyecto que tan pronto nació en mis noches de soledad creativa, me pareció
evidente que tenía que priorizar y convertirlo en una realidad antes de asumir
cualquier riesgo como individuo. Hoy me satisface poder cumplir esa
determinación y presentarlo para que sea de todas.
Se
trata de la Cooperativa abierta de ámbito mundial Fair Coop, un paso más en la
extensión de la revolución integral en todo el mundo; y también de los valores
de la sociedad p2p, el cooperativismo abierto y la ética hacker, entre otros.
Explico
algunas de las reflexiones que la han originado:
La
cadena de bloques (blockchain) y el Bitcoin llevaron al mundo, una de las pocas
piezas que faltaban para independizarnos del viejo sistema económico. Ha
comenzado la competición abierta entre los viejos sistemas centralizados y los nuevos
sistemas descentralizados para ser dominantes en el mundo del futuro. Y por
primera vez en miles de años, los sistemas descentralizados vuelven a tener
posibilidades.
Sin
embargo, a los que entendemos el mundo en base a la cooperación, no nos basta
con la descentralización; creemos que este nuevo mundo, necesita de la
autoorganización y el apoyo mutuo, necesita que la cooperación se infiltre por
todos los rincones donde la dominación está quedando atrás.
Los
proyectos cooperativos, autogestionados, colectivos, comunitarios, se extienden
y se multiplican por todas partes.
Las
prácticas que prefiguran como puede ser ese otro mundo en el día a día están
bien vivas. Aunque estas prácticas empiezan a estar bastante interconectadas a
escalas biorregionales, todavía están demasiado aisladas y existe un
desconocimiento mutuo entre las iniciativas que se encuentran a miles de
kilómetros unas de otras, en diferentes continentes, sobre la base de lenguas
diferentes.
Se
crean múltiples procomunes a escalas locales, en paralelo, sin que unos
faciliten la evolución a los demás todo lo que podrían. Necesitamos
herramientas más potentes para compartir conocimiento, y tenemos que poder
financiar su desarrollo.
No
queremos quedarnos de espectadores en la confrontación entre el viejo
capitalismo oligárquico y el nuevo capitalismo netárquico. Queremos un sistema
cooperativo también a escala planetaria, tal y como lo practicamos a escalas
locales, y para hacerlo posible tenemos que construirlo
Por
eso, hacía falta trabajar en un proyecto que hiciera entrar en escena la
cooperación social en las luchas de hegemonía entre sistemas económicos,
demostrando que el camino que pone al ser humano en el centro, es posible, que
existe y lo vamos a extender.
Este
proyecto ha llegado y es la Fair.Coop, The
Earth cooperative for a fair economy
El
empuje inicial para dar fuerza a este proyecto es el que hemos bautizado como:
“Hackear los mercados monetarios para introducir el virus de la cooperación”
Explico
qué quiere decir:
Una
criptomoneda, negociable de forma no controlada en mercados descentralizados de
todo el mundo, puede ser entendida como un capital social en el que el número
de participaciones es igual al número total de monedas creadas.
Si
la elegimos para poner nuestro capital fundacional como cooperativa,
significará que éste, en lugar de estar denominado en la moneda dominante
(euro, dolar …), lo estará en una moneda que el sistema no puede
controlar y, además, a medida que nuestro proyecto cooperativo crezca y aporte
recursos y servicios de los que se demuestre utilidad, el valor de este capital
social y el de toda la criptomoneda, crecerá en correspondencia.
Es
un punto importante éste y explicaré de otra manera lo que significa, para que
se pueda entender:
Si
nos fijamos en el capitalismo de toda la vida, el empresario extrae valor
básicamente a través de:
§
Rentas de
capital,
§
Explotación
laboral
En
varias transnacionales del capitalismo netárquico añade una tercera forma de
extraer valor que es la colaboración libre entre humanos. Así por ejemplo los
anuncios de Facebook o de Google, generan mucho dinero porque nosotros usamos
sus servicios “gratis”, siendo nosotros de hecho los que trabajamos gratis para
ellos.
¿Qué
pasa si somos nosotros los que creamos las herramientas tecnológicas para
cooperar entre iguales, y las usamos para generar conocimiento libre y procomún
global?
Pues
que podremos hacer lo que nos gusta y sentirnos útiles: cooperar, compartir,
aprender… haciendo que el valor económico de nuestra labor se quede en
proyectos cooperativos e incluso revierta en nosotros mismos.
Hacía
falta pues encontrar una moneda que no fuera controlada por el viejo
capitalismo (euros / dólares …), ni explotada por el capitalismo más innovador
(Bitcoin), y a la que pudiéramos incorporar nuestros valores y prácticas
cooperativas. Por ello Faircoin fue la escogida.
Tras
meses de trabajo en red y creación, hoy Fair.coop ha nacido
El
espacio está abierto para comenzar a cooperar entre todas, y hemos abastecido a
la cooperativa con 10.000.000 de faircoins, lo cual representa el 20% de los
faircoins en circulación.
Este
capital social lo aporto a Fair.coop con la siguiente distribución.
§
5.000.000
faircoins el fondo del Sur Global. (dirección: https://chain.fair-coin.org/address/fU3wRGZwese65gZqRiQiJvE483iyjY2QD4 )
§
2.500.000
faircoins el fondo del Commons. (dirección: https://chain.fair-coin.org/address/fMxkQtTCFZpWuZNZQTq7HxwcZ6rQn1yAWj )
§
500.000
faircoins al fondo de Infraestructura tecnológica. (dirección: https://chain.fair-coin.org/address/fJ7dwkfHiJW9867xcovaJ9QDN7khDEMJMm )
§
1.000.000
faircoins al fondo mancomunado. (dirección: https://chain.fair-coin.org/address/fNWcvkQLg9ELKkV5gH1nsYBJnzHqw7pka7 )
Y
las siguientes condiciones:
Excepto
el fondo mancomunado, que puede servir para cubrir gastos operativos a criterio
del consejo ecosistémico y de toda la fair.coop, las aportaciones a los otros
tres fondos no se pueden tocar en un año.
En
cuanto al fondo del Sur Global, llamamos a una redistribución que pueda llegar
a tantos proyectos locales como sea posible y útil, priorizando el
empoderamiento en zonas y entornos más atacados por el sistema actual,
generando una cooperación entre pares, para rehacer justicia económica a escala
global.
En
cuanto a los fondos del procumún y el fondo de infraestructura tecnológica, la
llamada es a priorizar cualitativamente aquellos proyectos que más puedan
beneficiar el bien común global.
Este
periodo podrá servir así para construir un proceso participativo, creativo y de
apoyo mutuo que lleve a decidir en relación a las prioridades adecuadas
definidas colectivamente y de forma eficiente. Asimismo, a medida que se
multiplique la colaboración entre iguales, en el marco de toda la Fair.Coop y
en especial de la FairNetwork, es esperable que el valor del capital social de
la Faircoop responda revalorizándose en relación a las monedas fiduciarias, sin
olvidar como símbolo de nuestra independencia, que 1 faircoin siempre será
igual a 1 faircoin.
De esta forma y solo para empezar, el 20% de los recursos
monetarios en circulación quedan en manos de un proceso político participativo
y abierto. Al mismo tiempo Fair Coop trabajará para seguir recuperando para el
bien común recursos que puedan ser redistribuidos a través de los mismos
fondos.
Así,
esta vez, nuestra vocación colaborativa y de compartir libremente, si beneficia
a alguien económicamente será, antes que a nadie, a quienes la estamos
produciendo, es decir, a todos y todas las cooperativistas y, a través de los
proyectos financiados, a toda la humanidad.
Dicho
de otro modo, por fin hemos encontrado una forma de organizarnos
cooperativamente, compartir, aprender, ayudarnos, que se puede autogestionar
sin necesidad, al menos en la siempre más delicada fase inicial, de depender de
terceros, ni tener que priorizar vender las producciones en el mercado, ni
siquiera mantenernos con cuotas periódicas de los socios. Todo lo que
necesitamos en esta primera fase es crear conocimiento libre, compartir y
enredarnos cómo sabemos, ampliar el procomún inmaterial y construir procomún
material; generar redes de moneda social en base al faircoin, como el propio
proyecto ya planteado del faircredit.
Podemos
crear valor innovando juntos en muchos ámbitos del procomún.
Podemos
aportar cada uno nuestro grano de arena con conocimientos, participación
política, tiempo, donaciones, productos, servicios, inversiones, haciendo red.
Cada uno en base a sus posibilidades y prioridades.
Y,
el mercado lo valorará comprando nuestra criptomoneda y haciendo aumentar el
valor de nuestro capital social asociado, en relación a otras divisas. Por fin
así, podemos “okupar” unos mercados, los de divisas, que tantas desigualdades
han creado, para recuperarnos de una parte, pequeña o grande ya lo dirá el
tiempo, de estas injusticias.
Imagino
que a algunos anticapitalistas les parecerá quizás contradictorio, expresar el
papel de los mercados monetarios en este proyecto.
Quien
esté saliéndose del uso del dinero, y haya hecho mucho trabajo a nivel de
economía comunitaria e intercambio directo, ciertamente puede ir más allá de
las iniciativas monetarias de fair.coop, lo que no impide que pueda participar
como uno más, a nivel de creación colectiva y participación política.
Pero
la mayoría de quienes estamos usando monedas habitualmente, ya sean las del
sistema o las monedas sociales, sea por compra-ventas o para ahorrar, somos
dependientes de un entorno de referencia de precios y de reserva de valores,
impuesto por bancos centrales y , de alguna manera, por tanto, colaboradores
pasivos del sistema que queremos superar.
Por
otra parte, me gustaría recordar que el mercado de divisas es una realidad
histórica irrefutable desde hace más de 100 años y que la tendencia ha sido de
más a menos control. En los últimos años, sólo desde Estados autoritarios (como
el caso de China (donde el valor se fija por decisión del gobierno), se ha
generado un segundo camino en relación a cómo relacionarse con ellos a nivel
político, mientras que, por lo que sé, desde ámbitos afines a las ideas que
podemos compartir en el marco de la revolución integral, por ejemplo, a pesar
de haber experimentado por múltiples vías con las monedas sociales como
herramientas de intercambio, no se ha generado ningún planteamiento anterior en
cuanto a cómo confrontar el mercado de divisas para construir autonomía
económica a escala mundial.
En
los últimos años, desde el mundo de las criptomonedas se han generado nuevos
mercados de criptodivisas, incontrolables por los gobiernos y, por lo tanto,
ahora ya no es necesario tener un país y un banco central para disponer de una
moneda que se pueda intercambiar en todo el mundo. El sistema bancario se ha
quedado obsoleto y cada vez somos más los que nos hemos dado cuenta, así que
ahora el camino que estamos empezando es para construir y a partir de ello
llegar a consolidar, algun día, una alternativa global.
Lo
que faltaba para empezar a caminar era una iniciativa monetaria presente en
estos mercados que, en lugar de basarse en unos humanos compitiendo con otros
para quedarse con más valor, se basara fundamentalmente en humanos cooperando,
de igual a igual, para generar valor para todas. Con la entrada en escena de
Fair.Coop, faircoin se ha convertido en la criptomoneda que faltaba, enfocada
en la cooperación social.
Por
lo tanto, veremos con el paso del tiempo si este camino que iniciamos será el
mejor o no, pero al menos con este proyecto tenemos ahora una vía a explorar en
cuanto a cómo abordar este ámbito mundial para crear otro sistema económico más
justo y con el nivel de cooperación social que el planeta necesita y la
tecnología nos permite.
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