18/12/19

Despojados de sentimiento, marginado el espíritu, solo rige el cuerpo, la fachada

EL SER HUMANO SE ALEJA DE LO HUMANO

Aun no siendo importante, hoy todo es urgente y rápido en esta carrera desesperada hacia el absurdo de una meta situada en la línea de fuga de un futuro que nunca llega. Nos dejamos el alma en algún lugar del camino incitados por la propaganda política de progreso, de crecimiento indefinido y prosperidad… convirtiéndonos en esclavos del mundo moderno.
Inmediatez en las transacciones económicas, expansión de las mercaderías, robotización de la producción, individuos que se creen dioses y nos dictan aquello que hemos de hacer para poder vivir felices en “sus democracias”: hablar una sola lengua: la del mercado; procesar una sola religión: la del mercado; respetar una sola ley: la del mercado; cumplir con nuestro deber: servir los intereses de los mercados… consumiendo, contaminando, destruyendo. Así, el progreso (fuera de lo humano), consiste en la mercantilización y monetización de todo ámbito, de la vida misma.

No hay productividad sin explotación, ni competitividad sin guerras, ni consumo sin productos, ni productos sin compras, ni compras compulsivas sin anuncios, no hay felicidad ni vida sin capitalismo. Es la rueda democrática que pisotea la mayoría pobre. Sí, una ornamentada rueda occidental de declaración de derechos humanos gira indolente aplastando a los miserables, a los desahuciados, ahogando el llanto de desesperación humana.
Oídos sordos de lamentación, ojos ciegos de realidad, manos asesinas de sentimiento y estima, seres denigrados por la política económica, amargados por la heredada felicidad de la deuda doméstica, esclavos de una libertad infestada de medidas de seguridad para defenderse de los monstruos terroristas asignados por el sistema: gobernantes que implementan prioritarias políticas sociales de lucha contra la pobreza así como el control de sus propios recursos económicos.
También líderes y activistas sociales de pueblos originarios que son asesinados diariamente en nombre de las multinacionales, silenciados por la rastrera, infame y repugnante prensa del capital.
El mundo ya está en manos de las corporaciones administrativa, política y judicialmente. Licántropos enfermos de rabia capitalista, hincan sus colmillos en el cuello de aquellos que se resisten a ser encerrados en ese redil global repleto de borregos de dos patas que engullen toda hierba que les echan ignorando las consecuencias.
El agotamiento de recursos naturales llama a la puerta de aquel “toilette” en tanto sus borregos defecan felices mierda de democracia, mierda de libertad, mierda de calidad de vida y estado de bienestar, asfixiando tres cuartas partes de una humanidad olvidada.
En estos momentos, unos cuantos de estos lobos humanos se matan entre ellos por el control de los recursos, por el control del mundo. Blindan sus intereses económicos aplicando normativas y leyes que pisotean impunemente pueblos y derechos humanos… ¡Ah, políticos, hijos de Satanás, que cruzáis las puertas giratorias del club del capital! Antes, habéis traicionado vuestra sociedad sirviendo apasionadamente los deseos de estos indeseables ejerciendo de Cancerberos en los parlamentos del mundo, dejando entrar y medrar sus “lobbies” e impidiendo ejecutar políticas de justicia social.
Las democracias pierden su esencia.
Estamos a oscuras. Los ejércitos capitalistas disparan contra todo faro, contra toda luz que intente orientar y guiar conciencias hacia la integridad de valores humanos. Poseen todo poder y toda autoridad, es difícil mantener encendida una mínima lumbre didáctica de responsabilidad social ante los derechos de los pueblos y la naturaleza. Es trágico no poder ejercer una política de abertura y elevación de mentes que incite a un cambio de visión de mundo en las personas… trágico.
Esta lucha de partidos conquistadores de poder en nombre del capital, capitaneada por atrevidos peleles, incompetentes y corruptos, enfrenta la sociedad, arruina la vida del ser, contamina y extermina todo ámbito al tiempo que financia cumbres contra el cambio climático.
¿Qué podemos esperar de este “predio-mundi” estéril donde pastan borregos “homo-tecnologizados” aislados de la persona y del mundo?
Despojados de sentimiento, marginado el espíritu, solo rige el cuerpo, la imagen, la fachada, el sujeto concupiscente: es el axioma de esta civilización financiera de la humanidad.
Todo tenía un límite, el planeta también. El ser humano se alejó de lo humano.
Lluís Ronda

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