30/12/19

No importa cuánto haya en el subsuelo, sino a qué ritmo se pueda extraer.

EXPLICANDO EL PEAK OIL DE MANERA SENCILLA
Hace unos días, un lector que había leído mi análisis sobre el último informe de la Agencia Internacional de la Energía me escribió para preguntarme si, en vista del planteamiento que hace la AIE este último año (completamente contradictorio con lo que hizo el año pasado) tenía sentido preocuparse por el problema del descenso energético. A fin de cuentas, me decía, parece que hay grandes reservas de todas las materias primas energéticas, en particular de petróleo, y seguramente el problema en el que nos debemos centrar es en el del Cambio Climático.

Yo le escribí un largo mensaje en el que dejé a un lado la parte más rigurosa pero también más farragosa, intentando ser lo más claro y divulgativo posible para que entendiera por qué el problema del peak oil no tiene que ver con las reservas, sino con la capacidad de producir petróleo. Utilicé para ello metáforas y recursos que he ido elaborando a lo largo de estos años de divulgación, en numerosas charlas. En cierto modo, mi mensaje era un resumen estructurado de todos esos recursos para hacer el problema del peak oil más comprensible a todo el mundo.

Al acabar ese mensaje (que mi interlocutor me agradeció después), pensé que quizá merecía la pena compartirlo y lo colgué en Facebook. Tuvo un éxito como nunca antes lo ha tenido ninguna publicación mía, hasta el punto de que en pocas horas varias decenas de personas me pidieron amistad. Como creo que ciertamente esa larga pero didáctica explicación podría tener un cierto valor, he decidido volver a copiarla en este post, de manera que quien la necesite en algún momento la pueda tener a mano. Éste es el único contenido real de este post. Y he aquí mi mensaje.


¿Qué es el Peak Oil?
Un tema recurrente en estas discusiones es el de confundir recursos con producción. Hoy día en el mundo existen enormes, casi diría ingentes, recursos de hidrocarburos líquidos (nombre más apropiado que petróleo, porque implican muchas sustancias diversas que no son completamente equivalentes).

Si miramos solo el petróleo crudo convencional, hay suficiente como para abastecer el consumo actual durante unos 30 años.
Si añadimos los petróleos extrapesados (bitumen), hay suficiente como para cubrir el consumo actual durante un siglo.
Si añadimos los recursos contenidos en las lutititas y formaciones similares (el shale oil que se explota con fracking) hay suficiente como para alimentar el consumo actual durante más de dos siglos.

Conclusión intuitiva: no hay ningún problema con el petróleo, por lo menos no inmediato. ¿Verdad? Éste es el enfoque de los medios de comunicación de masas, y ésa es la razón por la que me decidí a abrir el blog The Oil Crash.

¿Cuál es la realidad?

La realidad es que no importa cuánto haya en el subsuelo, sino a qué ritmo se pueda extraer. Es decir, cuál va a ser la producción. Le pondré un ejemplo.
Imagínese que Vd. tiene sed y quiere beber agua. Yo le digo que tiene un vaso de agua disponible.

Posibilidad 1: Hay un vaso lleno de agua. Vd. lo coge y se lo bebe. Eso es lo que hizo el mundo con el petróleo desde el siglo XIX hasta 1970.

Posibilidad 2: El agua está derramada sobre una superficie lisa. Vd. coge una pajita y, con más esfuerzo que en el caso anterior, acaba consiguiendo beber el agua. Eso es lo que hizo el mundo con el petróleo desde 1970 hasta el 2000.

Posibilidad 3: El agua está mezclada con arena. Vd. tiene que calentar la arena en un recipiente estanco, condensar el agua que se evapore y que acabe por un alambique en el vaso, y luego tiene que esperar a que se enfríe. El proceso no es perfecto, parte del agua nunca se evapora de la arena y parte se pierde porque sale en forma de gas al final del alambique o se evapora del vaso porque aún está bastante caliente, así que Vd. recupera 2/3 del vaso original. Además, el proceso es lentísimo y hace mucho calor, así que Vd. tiene cada vez más sed y ese proceso no le sacia. Eso es lo que hizo el mundo con el petróleo del 2000 al 2010.

Posibilidad 4: No hay agua líquida, pero yo le digo que Vd. la puede condensar del aire. Es un proceso muy lento e ineficiente, pero Vd. tiene sed y de algún lado tiene que sacar agua. El problema es que Vd. tiene que seguir bebiendo y la humedad relativa de la habitación va bajando. Aún queda mucha agua en el aire, pero cada vez la extrae más lentamente. Podría construir una megamáquina para secar todo el aire de golpe, pero realmente no tiene Vd. los recursos para hacer eso, así que se tiene que conformar con lo que hay. Eso es lo que está pasando con el petróleo desde 2010.

Obviamente, en el mundo real tenemos una mezcla de las 4 posibilidades, desde los yacimientos sencillos de explotar (posibilidad 1) a los ridículamente caros de explotar (posibilidad 4), pero a medida que pasa el tiempo se nos van agotando los yacimientos sencillos y nos van quedando cada vez los más complicados.

A veces te encuentras con economistas que te dicen que ok, que eso es cierto, pero que invirtiendo más dinero y con el progreso de la tecnología se va a conseguir hacer rentables y rápidos los yacimientos de la posibilidad 4. Es mentira. El problema no es la rentabilidad económica de los yacimientos, sino la rentabilidad energética (es decir, cuánta energía se gana por cada unidad de energía que se invierte en obtenerla). Si se gasta más energía que la que luego se extrae, olvídate, esa explotación no será rentable energéticamente y por tanto tampoco económicamente por razones obvias. Si se gana solo un poco más de energía, seguramente la explotación no será rentable económicamente, porque hay otros gastos. Para que un yacimiento se pueda explotar en la práctica has de ganar mucha más energía que la que gastas. Y en cuanto a la tecnología, la termodinámica impone límites al rendimiento de los procesos, límites que no se pueden superar, y ya estamos demasiado cerca de esos límites. No hay grandes mejoras que esperar (habrá mejoras, qué duda cabe, pero ya no serán grandes).

Ésta es la situación en la que estamos. Los yacimientos de hidrocarburos líquidos que nos van quedando son de peor calidad y cuesta extraer el petróleo de ellos. Por ese motivo, la producción de petróleo ya no sube y probablemente bajará en picado en los próximos años. El petróleo no se va a acabar ni en 30 años, ni 100, ni 200: durará muchos más siglos. Lo que pasa es que cada año vamos a disponer de menos cantidad. En las charlas siempre comento que la situación es parecida a la de una persona a la que le van reduciendo el sueldo. Al principio gana 2.000 euros al mes y esta persona está bien, tranquila. El año siguiente le bajan el sueldo a 1.800 euros al mes y, bueno, sigue bien. Al siguiente año se lo bajan a 1.600 y ya se comienza a enfadar. Al otro se lo bajan a 1.400, otro año más y se lo bajan a 1.200, al siguiente a 1.100, luego 1.000, luego 900, luego 850, luego 800, luego 775… Nunca deja de cobrar un sueldo, pero con lo que gana la vida se le hace cada vez más difícil. Ésta es nuestra situación: nuestro sueldo energético va a ir disminuyendo con el paso de los años y nosotros tendremos que aprender a vivir cada vez con menos.

No espere un punto de ruptura, las cosas no van a cambiar radicalmente de la noche al día, sino que será una caída paulatina aunque no precisamente lenta. Habrá momentos de disrupción, de caída más brusca, pero en general el proceso será bastante progresivo y se extenderá durante décadas. Aunque, en todo caso, la próxima década será bastante crítica.

Así que, si ha entendido lo que le he explicado, sabrá que sí que tiene que preocuparse por el problema de los recursos.


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