¿QUÉ PASARÍA SI
DESAPARECE EL DINERO EN METÁLICO?
La lucha contra el crimen
organizado, el blanqueo de capitales o la economía sumergida son los
argumentos que usan políticos y economistas para convencernos de que
una economía sin dinero en efectivo sería mucho más segura y
rentable, pero ¿es cierto?
La abolición del dinero
en efectivo y el crecimiento del pago de manera electrónica son dos
hechos que corren imparables, y lo hacen en paralelo. Todo nace en
torno a la convicción de que el fraude fiscal es menor allí donde
la proporción de pagos por vía electrónica- tarjeta,
transferencia, teléfono móvil- es mayor.
El ministro de
Hacienda, Cristóbal Montoro, desveló hace unos días las líneas de
la nueva estrategia de lucha contra el fraude.
(http://www.vozpopuli.com/economia-yfinanzas/Hacienda-medidas-fiscales-recaudar-millones_0_976703384.html
)
Una de estas aspiraciones
será elevar la restricción del uso de dinero en metálico.
Dinamarca anunció también que se encuentra cada vez más cerca de
la eliminación del efectivo. El Gobierno danés anunció su
intención de liberar a una parte de los comercios de la obligación
de tener que admitir monedas y billetes. En concreto, serán las
tiendas de ropa, gasolineras y restaurantes las que podrán obligar a
sus clientes a pagar exclusivamente con tarjeta o a través del
teléfono móvil.
Raphael Nagel,
economista, presidente de la Fundación Nagel y autor del libro
Turbocapitalismo,
los maestros de la quiebra, nos
aclara:
“La lucha contra el crimen organizado o el blanqueo de capitales
son los argumentos que usan los políticos para convencernos de que
una economía sin dinero en efectivo sería mucho más segura. A día
de hoy, aún se puede pagar en Alemania en efectivo sin límite
alguno, siendo más del 80% de las transacciones en efectivo. ¿Por
qué en Alemania sí y en España no?”.
De hecho, tanto en Europa-
con un 66%- como en España- con casi un 100%, la forma de pago más
utilizada sigue siendo el efectivo.
Otro
de los países que actualmente opera prácticamente sin efectivo es
Suecia y claro, los argumentos suenan bien. Según Nagel: “El
camino al infierno está asfaltado de buenas intenciones, lo malo es
que no son verdad. El verdadero argumento no es evitar el blanqueo de
capitales sino algo más simple: hace tiempo que el Banco Central
Europeo intenta estimular la economía con intereses al cero, y muy
pronto, con intereses negativos. Así, si ya no existe dinero en
efectivo, ningún ciudadano podrá escapar de los intereses
negativos. Y como todos los ciudadanos intentarán salvarse de ellos
cuando retiren su dinero, la solución es eliminar el efectivo y así
nadie tiene salida”. Por el momento, El Banco Central Europeo niega
la abolición del dinero, aunque si
ha reducido la producción de billetes de 500
http://www.vozpopuli.com/economia-y-finanzas/BCE-Banco_Central_Europeo-Billetes_2_913428651.html
.
Para reducir el
endeudamiento, tanto de los Estados como de los bancos que asumen
cada día una deuda más elevada, la estrategia que están tejiendo
“es la de desapropiar al ahorrador. Ahorrar y renunciar al consumo
ya no tendrá sentido. La eliminación del dinero en efectivo es un
ataque directo a nuestro futuro. Toda esta política de
sobreendeudamiento y las soluciones de trileros son las que están
haciendo que el ciudadano de a pie tenga cada día más miedo por su
futuro y busque la solución en partidos extremistas. Si nuestros
políticos no empiezan a reducir costes e introducir políticas
económicas sostenibles para el futuro, solo habrá dos
posibilidades: vivir en un estado de control absoluto o que los
ciudadanos se cansen y obliguen a los políticos a actuar con sentido
común”.
Nagel añade que la
problemática de eliminar el dinero en efectivo va más allá: “ya
no sería propiedad personal, muchas cosas cambiarán. Los ciudadanos
estarán sometidos a un control absoluto por parte del Estado y los
bancos. Hitler, Stalin o Franco ni siquiera soñaron con este control
absoluto. La dictadura financiera se abaratará muchísimo con esta
medida”
Según un estudio
realizado por el Centro del Sector Financiero de PwC e IE Business
School, apoya la teoría de Nagel, siendo la pérdida de dinero en
efectivo un potencial conflicto por la ausencia de privacidad que
supone la desaparición de billetes y monedas y el riesgo, en cuanto
a seguridad, que corren sus ingresos y pagos.
Además, la falta de
información por parte de los usuarios de los posibles medios de pago
no ayuda al cambio. Ningún medio de pago nuevo prosperará si el
usuario no está convencido de que su dinero no corre peligro. En
general, las operaciones que se realizan con los nuevos medios de
pago son más seguras de lo que la gente cree, pero el riesgo existe.
Los beneficios están
claros, pero la abolición del dinero en efectivo tiene también
grandes dificultades y contraindicaciones, especialmente en los
países emergentes, donde por lo general los pagos electrónicos son
poco frecuentes por razones económicas, culturales o tecnológicas.
En algunos de ellos, deberían implantar nuevos medios de pagos-
hasta ahora- inexistentes.
“El cambio
principal no lo notaremos en nuestras transacciones diarias, sino más
bien en lo que podría pasar si no existiese el dinero en efectivo.
Un ejemplo de lo que podría pasar es que el Estado nos pueda
expropiar cuando quiera, y además será un riesgo diario. Muchos
economistas opinamos que el resultado final será que el dinero ya no
dejará de ser de propiedad privada”, señala Nagel.
En cuanto a las
consecuencias económicas de este hecho para el país, Nagel asegura
que este cambio es relativamente barato de introducir, “ya que en
España ya hemos introducido un límite a la hora de realizar pagos
en efectivo que es de 2.500€ y ahora 1.000€. Es por ello que
eliminar el efectivo en su totalidad será extremadamente barato y
nadie se asombrará”.
Según publica el
estudio citado, los avances tecnológicos han provocado que los
actores tradicionales- la industria financiera- vean amenazada su
posición por nuevos entrantes que reclaman para sí un trozo del
negocio: compañías tecnológicas, fabricantes de móviles,
proveedores de aplicaciones informáticas, operadoras de
telecomunicaciones, empresas de distribución…
El ritmo de
transformación del sector se ha acelerado con la generalización del
uso de la telefonía móvil.
http://www.vozpopuli.com/tecnologia/necesitas-saber-empezar-pagarmovil_0_977003749.html.
Actualmente hay más dispositivos móviles que habitantes en el
mundo. Según la firma de análisis GSMA Intelligence, en 2014 se
alcanzó la cifra de 7.220 millones, frente a los 7.200 millones de
la población mundial. Con estas cifras, no es de extrañar que la
movilidad se haya convertido en el factor clave del mercado y que
todos los actores quieran participar de ese nuevo paradigma.
También las entidades
financieras, que tradicionalmente se han dejado llevar por la inercia
ante los cambios del mercado, están haciendo esfuerzos para no
quedarse al margen de las nuevas tendencias. Según un informe de PwC
sobre el sector, la alteración del ecosistema de medios de pago por
la irrupción de los pagos móviles supone para la industria de los
servicios financieros unos 20.000 millones de dólares, de los cuales
13.000 millones corresponden a las nuevas oportunidades de generar
ingresos y los 7.000 millones restantes a la mitigación de las
pérdidas potenciales.
¿Cuál sería el medio
de pago ideal?
Si hay algo que sabemos
con absoluta certeza sobre la futura evolución de los medios de pago
es que no sabemos nada. La multitud de variables que intervienen en
el proceso hacen muy difícil vislumbrar cómo se dibujará el mapa
del sector en un futuro.
Según declara el estudio
citado, nadie sabe a ciencia cierta cómo se va a reconfigurar el
mapa de los medios de pago en el mundo ni si finalmente, el dinero en
efectivo acabará anulándose en su totalidad. Lo que sí hay es
cierto consenso entre los especialistas y usuarios sobre cuáles son
las características que debe reunir un nuevo medio de pago para
conquistar el mercado.
Un posible retrato-robot
del medio de pago ideal debería ser ampliamente aceptado en multitud
de países y comercios. En particular, debe permitir pagar tanto en
establecimientos físicos como a través de Internet.
Además, deberá
poder ser utilizado desde cualquier sitio o lugar. También tiene que
cumplir con la regulación y los estándares internacionales más
comunes y ser seguro. Es imprescindible securizar la transacción, el
medio y los dispositivos que intervienen en el proceso de pago. Y no
solo debe ser seguro; además, debe transmitir sensación de
seguridad. Serlo y parecerlo y como consecuencia, deben aumentar los
presupuestos para la seguridad en los mismos.
Con todo ello, se creará
un medio donde la eliminación del dinero en efectivo- sin riesgos-
es cada vez más patente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario