4/4/11

Més enllà de la crisi, una altra vida és possible

 Otra vida es posible


Una encuesta muestra que más del 59% de la población de Barcelona estaría dispuesta a cobrar menos a cambio de trabajar menos.

Uno de los misterios de una sociedad como la nuestra en profunda crisis económica es su relativa estabilidad. Claro que el Estado de bienestar funciona como red de seguridad. Y la familia aguanta y los niños y niñas se quedan en casa hasta bien creciditos. Pero hay algo más, algo fundamental que existe más allá de la mirada rutinaria del experto. Y es que una buena parte de la vida de la gente y de sus prácticas económicas no sigue las reglas del mercado capitalista (hay otras formas de mercado).

Esto siempre ha sido así, pero se ha acentuado, en todos los países como una adaptación a la crisis. Y muchos le han encontrado gusto a formas de economía solidaria que se basan en relaciones humanas más que en un toma y daca monetarizado. Hay miles de personas que organizan lo esencial de su vida en torno a principios de convivencia que no aceptan el modelo de matarse a trabajar en algo que no les interesa para tener un dinero y gastarlo en consumir sin sentido y para eso ir todo el día con la lengua fuera sobreviviendo en lugar de vivir.

Investigadores de la UOC (Joana Conill, Amalia Cardenas, Lisa Servon y Manuel Castells) llevan ya tiempo investigando las formas de vida que se dan en Catalunya mediante prácticas que afirman una economía basada en el valor de la vida por encima del valor del dinero. Si le interesa el tema, estas prácticas son presentadas en una película documental que puede encontrar en la red http://www.homenatgeacatalunyaii.org/

Pero la investigación tambien abarca la existencia de este tipo de prácticas económicas no capitalistas en el conjunto de la población. Una encuesta a una muestra representativa de la población de Barcelona (800 entrevistas) realizada para la UOC por el Instituto Opina en febrero del 2011 proporciona datos reveladores que comunico en primicia a los lectores de La Vanguardia.

Se trata de evaluar cuántas personas (y qué personas) asumen regularmente prácticas que se consideran generalmente como alternativas a los usos y costumbres del capitalismo. Pues bien, resulta que un 23,3% de los barceloneses cultiva tomates y verduras para su propio consumo. Un 18,5% recoge alimentos en los mercados o enseres que encuentran en la calle. Un 41,3% confecciona o arregla su propia ropa. Un 64,1% repara, pinta o hace obra en su propia vivienda. Un 24% repara su coche, moto o bicicleta. Un 36% repara sus electrodomésticos. Son ejemplos de una autosuficiencia de producción y consumo de bienes y servicios. Pero la desmonetarización de la economía se extiende también al intercambio con prácticas de trueque y uso compartido.

Así, un 22,6% de la población cambia con otras personas productos, ropa, enseres u otros bienes. Un 25,9% enseña algo a cambio de que la otra persona le enseñe lo que le interesa. Un 18,3% intercambia diversos servicios, Más de un 66% presta o recibe prestado libros, películas y música de personas no familiares. Un 35% comparte el uso de objetos tales como cámaras de vídeo, herramientas, electrodomésticos y similares, y un 19% comparte el uso del coche con no familiares. Hay quienes van más allá con prácticas que se podrían calificar de altruistas. Especialmente significativo es que casi un 50% ha prestado dinero sin interés a personas que no son familiares. Un 25% ha hecho obra o reparaciones en viviendas de otras personas sin cobrar por ello. Y un 19% cuida benévolamente a niños, personas mayores o enfermas que no son familiares.

Menos extendidas, aunque presentes, son las prácticas cooperativas. Así, aunque 43% sabe lo que es la banca ética solo un 2,3% participa en una cooperativa de crédito. Mientras que un 13% participa en cooperativas de consumo y la proporción aumenta en los grupos más jóvenes.

Hay que tener en cuenta que estos datos son promedios para una población envejecida, en la que los mayores de 65 años constituyen una cuarta parte de la muestra. Y cuanta más edad menos se acepta vivir fuera de las pautas sociales establecidas. Así, en el grupo 25-34 años un 55% ha prestado dinero sin interés y entre 18 y 24 años un 38% intercambia servicios. Sólo un 6% comparte vivienda, pero entre los jóvenes la proporción sube al 13%. Quiero resaltar que distintas personas practican distintas formas alternativas, de modo que un 88% de los barceloneses ha efectuado recientemente algunas de las prácticas de producción, consumo o intercambio sin mediación de dinero. Desde luego, estas formas de vida no son consecuencia de la crisis, sino que obedecen a la persistencia de valores no capitalistas, pero sí parecen haberse acentuado en el contexto actual. Porque la encuesta muestra que un 62% de la población ha sido gravemente afectada en sus ingresos y en su empleo por la crisis. Curiosamente, les afecta menos en sus gastos porque parecen adaptarse reduciendo consumo.

El cambio de valores se refleja en que más de un 59% declara que estaría dispuesto a cobrar menos a cambio de trabajar menos, proporción que sube considerablemente si no se incluye a los de más de 65 años, claramente anclados en la cultura del trabajo aunque estén jubilados. La gente emplearía su tiempo libre en pasar más tiempo con la familia y amigos (un 45%), en trabajar en algo que le gusta (un tercio) e incrementar su activismo social (un 10%). La mayoría (un 55%) piensa mal o muy mal del capitalismo, aunque la actitud es menos crítica cuando se juzga el capitalismo en la vida personal. Y, curiosamente, los jóvenes son menos críticos del capitalismo que los más viejos, a pesar de estar más frecuentemente implicados en prácticas no capitalistas. Pero donde hay coincidencia es en el optimismo histórico: el 78% (un 85% entre los jóvenes) piensa que la sociedad puede cambiar para mejor, y más de dos tercios piensan que pueden contribuir a ello personalmente. Más allà de la crisis, otra vida es posible. Y ahí están los datos para probarlo.

Manuel Castells
Observatorio Global
La Vanguardia

http://elcomentario.tv/reggio/otra-vida-es-posible-de-manuel-castells-en-la-vanguardia/02/04/2011/

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