15/7/16

Pensar y hacer el camino con sentido y con determinación.

EL MODELO ECONÓMICO DEL FUTURO YA ESTÁ AQUÍ


Cuando el sistema económico feudal era hegemónico en Europa, en varias ciudades cercanas al mar empezaron a trabajar otras maneras de hacer, sobre todo, gracias a la acumulación de capital conseguido a través del comercio marítimo. Esos modelos de distribución, producción y financiación se expandieron a todo el mundo, a todas las áreas de nuestras vidas, hasta llegar al capitalismo financiero de hoy en día, ese capitalismo que nos parece inamovible.

El modelo económico hegemónico en el futuro ya está aquí, pero no sabemos cual será. No sabemos identificarlo, y no sabemos proyectar a futuro los modelos que a día de hoy son minoritarios. Ésa es una de las victorias más importantes del modelo económico del presente: nos ha arrebatado el poder de imaginar y construir futuros diferentes.

La Economía Social Transformadora (EST) es hoy minoritaria y desconocida para la mayoría, pero desde su humildad, trae consigo un nuevo modelo económico. No es un sector, no es una caja de herramientas para justificar el sistema económico actual, arreglando sus disfunciones. Como bien hemos dicho, es un modelo completo, que coexiste con otros modelos alternativos, pero sobre todo, un modelo que sabe navegar en el sistema capitalista. No obstante, para proyectarlo a futuro es necesario estudiar su desarrollo desde hoy, y el que pueda tener en los próximos años, para poder prever su potencialidad.

Aún estando en un contexto de crisis sistémica, hemos recibido muchas noticias y señales positivas desde el ámbito de la Economía Social Transformadora. OlatuKoop y otras propuestas para tejer redes se están creando en muchos lugares, también en Euskal Herria. En los lugares que ven la necesidad de ellas, en la medida que se están creando cooperativas y colectivos, se está tejiendo más redes de este tipo. Estamos asistiendo incluso a la formación de redes de redes; está sucediendo con agentes, colectivos, sindicatos e individuos, como pudimos comprobar en Alternatiben Herria en Bilbao a finales del 2015.

En los territorios donde se están dando procesos de transformación política, en algunos estados sudamericanos, pero también en Barcelona y otras ciudades, han identificado la Economía Social Transformadora como el modelo de transformación de las estructuras económicas existentes y como modelo de desarrollo económico de futuro.

Los agentes de la Economía Social “clásica” también han comenzado a recolocarse debido a la crisis sistémica, y con la bandera de la sostenibilidad por delante, han empezado a acercarse a las propuestas de la EST.

Es de tener en cuenta que cada vez más personas, con sus decisiones de la vida diaria, también están eligiendo la EST: en el consumo, en las finanzas con Coop57 y el banco ético Fiare, en la energía con Goiener o Som Energia, o con los grupos de consumo agroecológico que se han creado en muchos pueblos y ciudades.

También hay problemas, y se dejan notar en el día a día: principalmente, la pequeña escala. Pese a que en lo cualitativo la EST tiene proyectos e iniciativas muy interesantes, su peso real en la economía social, o en la economía en general, es muy pequeño, fragmentado, y muchas veces no se contabiliza o es invisible. Así, en los ámbitos en los que se dan servicios a personas o colectivos, o en el primer sector, se está haciendo relevante, pero en la industria se ha desarrollado más bien poco. Con ello, hay que mencionar la tendencia a mostrar la EST como un sector. Limitando de esta forma las iniciativas de la EST, a suplir de forma asistencialista las carencias del capitalismo productivista.

Euskal Herria es uno de los territorios del mundo donde la economía social está más desarrollada, y el modelo más expandido es el de Mondragón. Por ejemplo, al hablar de cooperativismo se asocia Euskal Herria directamente con Mondragón, los otros modelos se vuelven invisibles, porque son más pequeños y desconocidos, porque han creado redes pequeñas, y porque forman un modelo que está lejos de la centralidad.

Según va desarrollándose la EST, el capital ha intentado apropiarse del modelo, ya estamos viendo ejemplos de ello. El primero el vaciado de contenido de conceptos como por ejemplo la Empresa Social (Social Bussines) que nos llega de Europa. También impulsando modelos que son sociales hacia el mercado, pero que no son transformadores puertas adentro o en lo que al territorio se refiere, especialmente con modelos que dejan a un lado principios como la propiedad de las personas trabajadoras y la democracia económica.

Por lo tanto, ya tenemos un diagnóstico aproximado, pero ¿qué objetivos y estrategias vamos a definir a corto plazo? Y sobre todo, ¿a largo plazo? Una de ellas es crear redes de intercooperativismo, y a su vez, seguir tejiendo pequeñas redes, y en ello están OlatuKoop, REAS, XES y otras iniciativas. Cualquier agente de la EST tiene la necesidad de ser parte de una red de intercooperativismo, y por desgracia, hoy no es así en muchos casos. Esta situación irá cambiando más pronto que tarde.

Relacionado con el intercooperativismo, de manera natural, pero también con los proyectos para visibilizar estas iniciativas, se está creando un mercado social real, con el foco puesto en las necesidades de las personas, pero también creando circuitos de abastecimiento y ventas para las empresas de la EST. El reto está en completar esos circuitos. Así, respondiendo a las necesidades reales, podremos ampliar el mercado social, creando nuevas cooperativas cuando sea necesario.

Sin embargo para crear nuevas estructuras con autonomía económica, tenemos que construir un modelo transformador que impulse el emprendizaje colectivo y cooperativo, frente al modelo individualista StartUp que se promociona hoy en día. Para ello, poniendo a trabajar en común a agentes de la educación, las estructuras de desarrollo local y las cooperativas que ya están en marcha, se ha empezado a caminar en este sentido, pero la difusión es un reto a corto plazo. Para realizar todo este camino, y para transformar las estructuras económicas, a la vez que consigamos enraizar las iniciativas de la EST al territorio, será importante la implicación de las instituciones locales, sobre todo, de los ayuntamientos y las agencias de desarrollo económico y territorial. En algunos territorios ya se están creando redes de ayuntamientos para impulsar estas estrategias, y pronto veremos los primeros frutos.

Tres posibles escenarios de futuro

Tenemos que hacer, no obstante, el esfuerzo de mirar más a allá. Desarrollaremos estrategias a corto y medio plazo, pero ¿qué hacer para poner el modelo de la EST en el centro de las estrategias de desarrollo económico local? ¿Para conseguir la centralidad frente a los modelos hegemónicos de hoy? Podemos prever tres posibles escenarios:

En el primero, la EST será una red de pequeños agentes, de núcleo duro, con los principios muy claros, pero no será una alternativa clara, y estará sectorializada, bajo el yugo de los modelos basados en el capital y no en la propiedad colectiva de las personas trabajadoras.

En el segundo, la economía social, especialmente debido a la nueva orientación estratégica tomada teniendo en cuenta la crisis sistémica, aceptará los parámetros de la EST, y las estructuras económicas en las que participan en el mundo a millones de personas trabajadoras y consumidoras iniciarán el camino para transformar la economía, pero aceptando competir en el mercado capitalista, como hoy en día.

En el tercer y último escenario, con una alianza entre los ámbitos público, comunitario y cooperativo, la EST se convertirá en modelo para el desarrollo económico territorial, y con la difusión del mercado social, poco a poco, aprovechando los espacios vacíos dejados por la desorientación del sistema capitalista, irá expandiéndose por territorios y estados a escala global. Hará frente a la crisis sistémica, con una respuesta territorializada, ordenada y justa.

Pensemos, por tanto, que el modelo económico del futuro, el cual será más justo y superará el declive del sistema actual y la injusticia estructural del mismo, ya está aquí. Está en manos de todas pensar y hacer el camino con sentido, sí, pero también con determinación.

[Artículo original publicado en euskera en Argia]




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