23/7/13

La ayuda que nos prestemos los unos a los otros ha de ir dirigida de forma horizontal. Además, ha de ser realizada desde el corazón

SISTEMA DE “SEGURIDAD SOCIAL”
Instrumento maquiavélico para la dominación de masas
A través del Estado, las élites de poder diseñan la sociedad a su medida, manipulándola eficazmente

Introducción:
Los mitos sobre las “conquistas” sociales del proletariado se desvanecen cuando uno se acerca a la historia con una predisposición hacia la verdad concreta. En unos momentos de decadencia como los actuales y en los que la mayoría de nosotros todavía no sabemos en dónde estamos, qué mejor que intentar comprender en la medida de lo posible de dónde venimos, para así, poder situarnos en el mundo con algo sobre lo que apoyarnos. Para ello, en el presente artículo intentaremos arrojar algo de luz sobre el moderno Sistema Español de Seguridad Social, más conocido actualmente como Estado del Bienestar. Eso sí, para llevar a cabo dicha tarea, nos apoyaremos en el libro titulado “El sistema español de seguridad social (y de la comunidad europea), 5ª Edición actualizada” de Jose María Ordeig Fos.

Dice textualmente el libro, “el inicio de la estructuración de la previsión social como conjunto de seguros sociales, se efectúa al empezar el siglo xx, siguiendo la orientación alemana de Bismarck“. Efectivamente, en una Alemania recientemente industrializada y modernizada, el Estado necesitaba entonces introducir algunas modificaciones en su estructura social para solucionar de esa manera, algunos de los problemas derivados de dicha industrialización (prostitución, alcoholismo, violencia o envilecimiento de la sociedad, entre otros). Por ejemplo, que la gente (los nuevos proletarios) muriera en las mismas fábricas (como ocurriría también en Inglaterra) debido a la explotación sin cuartel y a las condiciones infrahumanas a las que estaban sometidos, a la larga, no era bueno para los intereses del par Estado – Capital en su más que apresurado rearme hacia la primera de las metas en el gran proyecto secularizador de la modernidad, la primera gran hecatombe de la Humanidad, la infame y atrincherada I Guerra Mundial. En nuestro territorio ocurriría más o menos algo parecido, aunque aquí las circunstancias fueran diferentes. En esta cosa que comenzó a llamarse España por aquel entonces (a partir de Cádiz), esa industrialización no lograría desarrollarse tan deprisa como sí lo había logrado en Alemania por “culpa” de un mundo rural incompatible con los intereses genocidas y capitalistas de las élites mandantes (corona, aristocracia, Iglesia, la nueva burguesía, etcétera).


Evolución histórica: 
En el año 1890 se aprueba la Ley de accidentes de trabajo en la industria por iniciativa del ministro de Gobernación, Eduardo Dato. 
La Ley de 27 de Febrero de 1908 creó el Instituto Nacional de Previsión (este Instituto ha sido el organismo vivo que ha gestionado y desarrollado toda la acción jurídica aseguradora en España).
En 1919 el Seguro de Accidentes de Trabajo se constituyó como forzoso para los accidentes del mar. Este mismo año se aprueba el Decreto que dio lugar al régimen llamado del “Retiro Obrero”.
En 1929 se implanta un seguro de maternidad, como accesorio del Retiro Obrero.
Desde 1932, el seguro de Accidentes de Trabajo se hace obligatorio, de modo general. 
Hasta aquí, se dice que “estos son los fundamentales logros anteriores a la guerra española de 1936 – 1939“. Y continúa, añadiendo que “alumbrado el nuevo Estado español, el Fuero del Trabajo manifiesta la finalidad y propósito de incrementar los seguros sociales, hacia la implantación de un seguro total“. 
Destacan como normas de este periodo: la Ley de 18 de Julio de 1938, sobre Protección Familiar; la Ley de 1 de Septiembre de 1939, sobre Seguro de Vejez; la Ley de 14 de Diciembre de 1942, sobre Seguro Obligatorio de Enfermedad; en 1946 se modifica el régimen familiar, creando el “plus familiar”; en 18 de Abril de 1947 y 18 de Julio de 1947, se organiza y regula el “Seguro obligatorio de vejez e invalidez”; en 1947 y 1949 se regula la enfermedad profesional; desde 1946 se organizan y funcionan las Mutualidades Laborales; desde 22 de Junio de 1956, tenemos la nueva Ley de Reglamento de Accidentes de Trabajo; en 1961 se instaura el Seguro de Desempleo.
Y termina diciendo que “la necesidad, mundialmente sentida (sic), de sustituir la previsión social por un completo sistema de Seguridad Social es recogida igualmente en nuestra patria, y se formula a través del Decreto de 14 de Junio de 1957, el cual, lleva al proyecto de Ley de bases, que será aprobado por las Cortes el 28 de Diciembre de 1963 como ‘Ley de Bases de Seguridad Social’.“. Esta ley se aprobó por Decreto el 21 de Abril de 1966 y entró en vigor en Enero de 1967 (constituyendo la primera Ley española sobre Seguridad Social).

Reflexiones:
a) Sería interesante comprender que las famosas “conquistas” sociales nombradas al inicio del artículo, más allá de ser tales, como se habrá podido observar, fueron en realidad imposiciones progresivas del ente estatal al cuerpo social (primero te cortan un brazo para luego ponerte una prótesis que deberás abonar a plazos mensuales durante el resto de tu vida).

b) Tras la noción de “conquista” se esconde una idea perversa, repetida una y mil veces por uno de los brazos armados más importantes para los intereses del sistema, las izquierdas burguesas y pro-capitalistas (lo que no significa que existan otras, nunca las ha habido), a saber, la idea del envilecimiento progresivo de la sociedad, que la llevaría directamente a la negación de las metas inmateriales (libertad, amistad, convivencia…) para ser sustituidas por otras, manifestadas en luchas cuyo único afán será el de lograr más prebendas y más abundancia material (lo que ocurre en realidad en el presente y desde los años cincuenta – sesenta del siglo pasado, momentos en los que las luchas pasaron a tener un denominador común, el dinero).

c) Existe una relación directamente proporcional entre industrialización y aumento de los seguros sociales. Por ello, la etapa franquista resultó ser la más prolífica en ese sentido. No para menos, fue el franquismo quien organizó e impuso a la sociedad el Estado del bienestar. Al mismo tiempo, existirá también una relación directamente proporcional entre industrialización y militarismo – expansionismo – imperialismo, realidad que será ocultada tras la cortina de humo que resultarán ser los medios de desinformación y de manipulación de las conciencias subvencionados por el sistema (televisión, prensa, radio e Internet).

d) Quienes se declaran abiertamente antifranquistas mientras que al mismo tiempo apoyan, defienden y legitiman el Estado del bienestar, deberían preguntarse seriamente si dicha relación sería muy coherente a los ojos de los datos aportados anteriormente.

e) El Sistema de Seguridad Social o Estado del bienestar resultará ser una forma de organizar a la sociedad verticalmente (militarización o estatitación del cuerpo social), de forma piramidal o jerárquica, y en la que tan sólo una pequeña élite minoritaria tendrá la potestad (ilegítima) de dirigir a la inmensa mayoría de la población. El Estado, de ese modo, quedará interpuesto entre nuestros iguales, dictaminando y decidiendo cómo habrán de ser nuestras relaciones. Al mismo tiempo, acabará con cualquier manifestación de ayuda mutua preexistente en la sociedad ya que aquellas serán incompatibles con cualquier tiranía. Para el Estado, aquellas habrán de ser combatidas y firmemente destruidas (como así se hizo desde que Jovellanos diera el pistoletazo de salida), de modo que sea el Estado el único que pueda “ayudar” (interesadamente) y no los otros, nuestros iguales (desinteresadamente).

f) Para igualar, homogeneizar y normalizar a los individuos se reinventará una de las relaciones más perversas que hayan ideado jamás los seres humanos, aquella que vendrá a decirnos que para educar harán falta escuelas, dando a entender que por supuesto, todo lo demás, lo que se haga fuera de las cárceles – escuelas estatales, no se podrá llamar en ninguno de los casos, educación. De ese modo, estatuirá un sistema “publico” de escuelas por todo el territorio (ahora, desde Cádiz) nacional con ese fin, el de fabricar seres automatizados con una única capacidad, la de ser productivos para la empresa capitalista, tanto estatal como privada. Dichos ¿sujetos? deberán al mismo tiempo, ser totalmente dóciles, sumisos y por supuesto, jamás deberán atreverse a cuestionar todo aquello que aprendieron en dichas escuelas. Al secuestro de los niños explicado brevemente en las líneas anteriores, se le llamará educación “pública” y será aquella en la que se dictará lo que será verdad y lo que no. Esta atrocidad, aunque cueste creerlo, será apoyada y defendida por la inmensa mayoría de la población.

g) Con el objetivo de mantener en un estado de salud “normal” al proletariado, se instaurará el servicio nacional de salud, cuya estructura será copiada de los centros de salud militar organizados en tiempos de guerra. Dicha sanidad, se dirá que será de todos, que nos pertenecerá, porque será “pública”, lo cual, será falso se mire por donde se mire. Si la educación – adiestramiento – adoctrinamiento es gestionada por una pequeña élite ministerial, la sanidad, del mismo modo, será conducida y dirigida por otra élite, en este caso, sanitaria, que en cualquiera de sus manifestaciones, se encontrará subyugada a los poderes eugenistas y criminales de quienes utilizan a las industrias químico – farmacológicas para llevar adelante sus planes de reducción de la población y de dominación de las sociedades modernas.

h) Si tanto la educación como la sanidad se tratan de servicios públicos, ¿por qué la gente del común no pinta un pimiento en ninguno de los dos servicios?

i) Con el secuestro realizado a todos los niños por el Estado desde su nacimiento, se logrará que aparezca, tras el síndrome de abandono provocado en los partos, la figura del Estado protector.

j) Una vez destruidas todas las formas de vida preindustriales en la península ibérica, aquellas en las que existían cientos de mecanismos de ayuda mutua y en las que se veneraba a los ancianos por su sabiduría, será el Estado quien comience a “ayudar” a partir de ese momento a los ancianos con el sistema general de pensiones. A su vez, dichos ancianos serán apartados de la sociedad cual perros sarnosos, pasando a ser olvidados e ignorados.

k) La destrucción de la familia como núcleo primordial de convivencia será uno de los principales objetivos de las élites estatales puesto que una vez arrancada de cuajo la raíz de la trama social, la imposición del Estado del bienestar podrá estar justificada y al mismo tiempo, será incluso bien recibida por quien carece de toda ayuda familiar.

l) La promoción de la soledad como logro social también será muy promocionada desde determinados ministerios. La soledad, unida a la desaparición de la vecindad o de la amistad, dejará a los individuos a merced de los tentáculos de los trabajadores sociales.

m) Las leyes criminales de violencia de género será otro de los pilares del Estado actual, neopatriarcal así como feminista, para acabar con cualquier relación horizontal entre las clases populares, esta vez, entre hombres y mujeres.

Conclusión:
Mientras que el pueblo asturiano del año 1934 luchaba por metas e ideales que nada tenían que ver con el dinero y que esto les llevó directamente a enfrentarse con el mismísimo ejército de Franco, las reivindicaciones actuales no dejan de ser una mera repetición de la frase pedigüeña por excelencia, “dame más“. Esta realidad presente, nos llevaría a la conclusión de que casi todos los movimientos sociales actuales no habrían conseguido romper con esa línea burguesa y reaccionaria propia de los últimos decenios. Es triste comprobar que en estos momentos de decadencia como los que vivimos se sigan dirigiendo todas las luchas en una misma línea, la de volver a ese pasado en el que la abundancia material (así como la capacidad de endeudamiento) parecía no tener límites.

Alguien que ame (aunque sólo sea un poquito) la libertad no puede permitirse el lujo de seguir legitimando el actual régimen de dictadura política, porque eso sería el Estado del bienestar, una dictadura. Una de las más peligrosas que se habrían conocido en la historia puesto que cada uno de sus integrantes sería al mismo tiempo policía y terrorista. Policía de si mismo y al mismo tiempo, de los demás y posible terrorista para el sistema en caso de no encajar en él.

Dicen que actualmente el Estado estaría formado por casi 3 millones de personas (porque el Estado son personas de carne y hueso y no una entidad divina y celestial) y por ello, a veces me pregunto, ¿qué podrían hacer esos 3 millones de personas por la sociedad si en lugar autoengañarse, mentir y hacer el mal (en la mayoría de los casos, no en todos) para mantener el estatus organizativo y coercitivo del Estado, se dedicasen a ayudar desinteresadamente a la gente de verdad? Sería increíble, un poder magnífico.

Esta crítica al Estado del bienestar es realizada en unos momentos en los que parece que ni siquiera se puede mantener por ser demasiado caro e inviable económicamente. Y no ha de ser baladí, sino un primer paso hacia la reflexión.

Para terminar, decir que la ayuda que nos prestemos los unos a los otros ha de ir dirigida de forma horizontal y no de forma vertical, hacia arriba, sobre la rueda de la dominación. Además, ha de ser realizada desde el corazón y no desde los ceros de una nómina perpetua (por lo menos hasta hace unos años, porque ahora ya ni eso).
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Fuente: Somos conocimiento. Autor: Alberto
Reedición artículo, título post y pie de foto: Freeman
Compartido por Pere Ardevol, de Equipo Mizar de Reporteros Ciudadanos.
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