13/11/12

Si yo no la hiciera, sentiría que estoy faltando a mi deber como miembro de esta sociedad que se desmiembra. He dicho bien: un deber, no solo un derecho.


DECLARACIÓN DE HUELGA

La huelga no sirve para nada. No nos hacen caso. No es el momento de hacerla. Es una huelga convocada por los sindicatos que han sido cómplices de los partidos políticos. Estoy cansado de protestar y de que nadie nos escuche. No puedo permitirme perder un día de sueldo. Tengo miedo a que me echen si hago huelga. Estoy harto de arriesgarme para luchar por los derechos de los que no la hacen. Cuando gobierna la izquierda no se convocan tantas huelgas. Hacer huelga general en medio de la crisis es una irresponsabilidad.

He leído y escuchado muchas justificaciones como estas para no secundar las huelgas generales y en concreto la huelga general de este miércoles, 14N. Entiendo muchas de ellas, respeto algunas, pero no comparto ninguna. Por una sencilla razón: siento que no me queda más remedio que hacer esta huelga. Me han empujado a hacerla empujándonos contra las cuerdas. Me han forzado a hacerla condenándonos a trabajos forzados. Nos han llevado hasta tal punto de desesperación y desesperanza, de indignación y abandono, de paro y penuria, que no me queda más remedio que parar para pararles, de hacer huelga para tener una esperanza y de indignarme para no sentir que me abandono.

No solo es que quiera hacer huelga, no solo es que creo que debo hacerla, es que siento que tengo que hacerla porque si no la hiciera, ya no podría llamarme a mí mismo ciudadano. Me llamaría vasallo. No pretendo desacreditar a quienes no creen en esta huelga, por favor, que nadie se sienta insultado. Solo digo que si yo no la hiciera, sentiría que estoy faltando a mi deber como miembro de esta sociedad que se desmiembra. He dicho bien: un deber, no solo un derecho.

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