8/10/20

Muchas maneras de responder a una disrupción social y mucho que desaprender

UNA CRÍTICA A LA ADAPTACIÓN PROFUNDA

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No hay una forma correcta de responder a una experiencia de disrupción social ni a la predicción de la misma. Todos tenemos mucho que aprender y desaprender sobre la marcha. Si llegas a la conclusión de que es demasiado tarde para evitar una disrupción masiva —o incluso el colapso— de la sociedad en la que vives, entonces es probable que experimentes algún dolor emocional por esta causa durante el resto de tu vida. 

Esta angustia psicológica es incluso anterior a la experiencia de las disrupciones específicas por los impactos directos e indirectos de un entorno que se degrada y de la creciente ansiedad de la población. Esas alteraciones se explican a menudo en los medios de comunicación sin mencionar la degradación de nuestro medio ambiente. 

Sin embargo, si se lee más allá de los titulares, hay evidencias creíbles de que el aumento de los precios, el coronavirus, la inestabilidad financiera, las  enfermedades mentales, las  personas desplazadas y la xenofobia están empeorando debido al deterioro de la salud y la estabilidad de nuestro entorno natural. 

Anticipar el colapso de la sociedad significa que nos sentimos personalmente vulnerables y también preocupados por el futuro de las personas que nos son queridas. Frente a emociones tan difíciles puede resultarnos más fácil ignorarlas durante un tiempo. Pero esto se hace difícil en momentos en los que cada vez más gente está hablando ya sobre el colapso. 

Esto hace que si a las personas que debaten sobre el colapso las amonestan por estar equivocadas, por ser marginales, malas o contraproducentes, entonces otras personas podrán resistirse a su perspectiva por un tiempo más largo. Sin embargo, esa resistencia podría ser perjudicial para la sociedad al reducir el tiempo de que la gente dispone para explorar qué emociones están suprimiendo, las disrupciones que nos esperan y, por tanto, qué se podría hacer para ayudar a reducir el daño. 

Aunque se puede argumentar contra ello, anticipar el colapso de la sociedad no es necesariamente erróneo, marginal, malo o contraproducente. Tal colapso debido, en parte, a los impactos directos e indirectos del cambio climático, es una perspectiva debatible pero plausible. Como ha explicado el climatólogo Dr. Wolfgang Knorr, los científicos climáticos “sólo tienen una comprensión muy superficial de cuán vulnerable es nuestra sociedad moderna al caos climático y a los eventos inesperados relacionados con el clima”. A pesar de esas limitaciones, hay nuevas investigaciones que indican que el cambio climático abrupto ya está impactando sobre la agricultura. Es por este motivo que algunos destacados científicos climáticos han dicho: “es el momento de hablar de un colapso a corto plazo“. 

Eso significa que considerar la anticipación al colapso como algo “erróneo” sería simplista y contrario a la ciencia. Considerar tal situación inevitable —como yo considero— o potencialmente evitable, es algo que puede discutirse, con respeto y curiosidad. Descartar la anticipación del colapso como un punto de vista científicamente marginal sería ignorar la creciente erudición sobre el tema. Actualmente es un campo consolidado, que algunos llaman “colapsología” e incluye varias disciplinas como son los riesgos catastróficos, la reducción del riesgo de desastres y la seguridad alimentaria. 

El argumento de que anticipar el colapso es un punto de vista éticamente “malo” es interesante desde una perspectiva psicológica. El argumento es que si la gente tiene conocimiento sobre el colapso de la sociedad, experimentará emociones difíciles e incluso episodios de salud mental complicados. Este es un asunto de vital importancia, y una de las principales razones por las que ayudé a poner en marcha un foro internacional sobre esta cuestión. He aprendido de los expertos en Psicología que el impacto emocional que producen las malas noticias no es una buena razón para negar nuestra perspectiva de una situación difícil. No obstante, sí que es una razón para prestar mucha atención a la forma en que compartimos esa mala noticia y apoyamos a la gente para procesarla e integrarla en su conciencia. 

El argumento de que anticipar el colapso es “contraproducente” para generar presión política es sospechoso, dado que hay muchas evidencias de lo contrario. Aunque se requiere más investigación, un estudio inicial revela que es más probable que las personas se impliquen en el liderazgo de su comunidad si anticipan el colapso de la sociedad. La afirmación de que es contraproducente puede revelar más sobre la psicología de las personas que la formulan, en la que su propia motivación está vinculada a sus expectativas de éxito. Otras personas pueden creer en hacer lo correcto, funcione o no. 

El argumento sobre lo contraproducente de advertir sobre el colapso minimiza la forma en que los jóvenes están enfrentando un futuro perturbado por el clima, por lo que la verdadera solidaridad con ellos debe implicar esfuerzos de adaptación práctica y psicológica a ese futuro. Como escribí con la cofundadora de Extinction Rebellion, la Dra. Gail Bradbrook, “sería derrotista pensar que no podemos imaginar cómo reducir el daño durante un posible colapso ni la transformación de las sociedades”. 

Les expongo estas críticas sobre la anticipación al colapso porque se han estado extendiendo. En julio, se publicó un ensayo en openDemocracy escrito por un par de estudiantes de doctorado en Física y de su colega graduado en Biología, que argumentaban que anticipar el colapso de la sociedad es incorrecto, marginal, malo y contraproducente. Desafortunadamente su ensayo incluía 26 tergiversaciones de los argumentos del documento original sobre la Adaptación Profunda, que he detallado en otro lugar. Esto significa que los debates de muchas personas sobre la verosimilitud y las implicaciones de la anticipación al colapso de la sociedad se han basado en un punto de partida falso. 

Por ejemplo, no está sujeto a controversia entre los científicos cuestionar la validez de las predicciones del IPCC, y yo no he afirmado que ya se estén liberando cantidades significativas de metano del suelo del Ártico. Tampoco me opuse a los esfuerzos significativos para disminuir y eliminar el carbono. En el documento escribí “un trabajo ambicioso para reducir las emisiones de carbono y la extracción de mayor cantidad de carbono de la atmósfera (natural y sintéticamente) resulta más crítico que nunca”.

Tal vez la crítica más engañosa del ensayo de Thomas Nicholas, Galen Hall y Coleen Schmidt, fue que equiparaba la Adaptación Profunda con un trabajo de 2018, en lugar del amplio campo de erudición y activismo en que se ha convertido. En lugar de un simple artículo, la Adaptación Profunda es un término para describir los procesos internos y externos que se producen —en última instancia, de forma positiva— cuando consideramos que el colapso de nuestras propias sociedades es probable, inevitable o ya se está produciendo. Las personas tienen diferentes concepciones sobre la naturaleza del colapso social, y la definición que yo propongo implica el final desigual de los modos normales de sustento, refugio, seguridad, salud, placer, identidad y trascendencia [de una sociedad]. 

La agenda de la Adaptación Profunda trata explícitamente de ayudar a prepararnos de manera que podamos reducir el daño, especialmente reduciendo el conflicto y el trauma. Para contribuir a ello, ofrece también un marco de cuatro preguntas para que las personas puedan explorar juntas esos cambios potenciales. Se llaman las 4Rs. ¿Qué es lo que más valoramos y queremos conservar y cómo? Es una cuestión de Resiliencia. ¿Qué podríamos abandonar para no empeorar las cosas? Esta es una cuestión de Renuncia. ¿Qué podríamos traer de vuelta para ayudarnos en estos tiempos difíciles? Es una cuestión de Restauración. ¿Con qué y con quién haremos las paces al tiempo que despertamos a nuestra mortalidad común? Es una cuestión de Reconciliación. 

El concepto y el marco están siendo utilizados actualmente por los miles de participantes y más de cien voluntarios del Foro sobre Adaptación Profunda (Deep Adaptation Forum). Algunas y algunos de nosotros creemos que el colapso es inevitable, otros no. Hay quienes piensan que sucederá en muchos países a lo largo de esta misma década, otros no. Quienes piensan que ya ha comenzado, y quienes no. Algunos piensan que llevará a la extinción de la raza humana, otros no. Algunos participantes piensan que llevará a una nueva civilización ecológica que surgirá junto con comunidades regenerativas, otra gente no. 

La mayoría de nosotros piensa que el concepto implica tratar de reducir la contribución humana a nuestro problema, a través de la reducción de emisiones de carbono, junto con la regeneración de los ecosistemas, aunque una minoría de personas no piensa así. La Adaptación Profunda no es un credo, sino que es descrita por los estudiosos franceses del colapso como una “conversación necesaria sobre el colapso de la civilización“. Esa conversación es ahora internacional y vibrante, con cientos de personas que se involucran en ideas sobre cómo podemos reducir el daño frente a la disrupción social. 

Lamentablemente, algunas de las críticas sobre la Adaptación Profunda confunden a la gente en lo básico, lo que perjudica el potencial para un diálogo creativo. Eso puede deberse a que algunas personas se niegan a considerar seriamente ninguna anticipación del colapso de la sociedad. Es importante que las críticas engañosas no reduzcan las posibilidades de que haya diferencias de opinión y un diálogo fundamentado y coherente sobre la anticipación del colapso. Hay muchas cuestiones que se pueden criticar y discutir sobre la forma en que la gente reacciona actualmente ante su anticipación al colapso. Por lo tanto, para animar a que la conversación sobre los pros y los contras de la Adaptación Profunda sea lo más generosa posible, en este artículo resumiré las siete críticas principales de fondo que he escuchado en los últimos dos años. Como la Humanidad está entrando en un territorio inexplorado, no habrá respuestas sencillas a estas cuestiones. Pero si podemos explorarlas con compasión, curiosidad y respeto, entonces eso será tan importante como cualquier conclusión a la que se llegue. 

¿Hablar con franqueza? 

El primer tema de desacuerdo en el campo de la Adaptación Profunda, es la cuestión de una estrategia de comunicación responsable. ¿Es mejor que las personas que creen que el colapso de la sociedad es probable, inevitable o se está produciendo ya eviten promover sus conocimientos y opiniones al gran público? La mayoría de las personas que participan en el campo de la Adaptación Profunda se centran en procesar lo que su anticipación al colapso significa para sus propias vidas y luego tratan de crear recursos para otras personas que llegan a la misma conclusión. Por ejemplo, es por este motivo que lancé el foro Deep Adaptation y apoyé la base de datos de orientación al apoyo terapéutico. 

En 2018 rechacé a las principales editoriales y cadenas de televisión, ya que no quería llevar mi perspectiva al gran público en general sin el contexto adecuado para apoyarlos en el procesamiento de esta información. De la misma manera, muy pocas personas en el campo de la Adaptación Profunda se han centrado en cómo promover la anticipación de un colapso entre el gran público. Hay muchas razones para ello, incluyendo la creencia de que los medios de comunicación no abordarán el asunto con seriedad y no darán los consejos psicológicos adecuados. Sin la capacidad de las personas para hablar unas con otras y encontrar una comunidad de apoyo, entonces tal información podría simplemente conmocionar y alienar a las personas. También podría hacerlos inconscientemente más susceptibles a mensajes engañosos apoyados por intereses creados. Pero hay otra razón para nuestra reticencia. Emocionalmente es muy difícil transmitir esta noticia a otras personas. Inevitablemente llevará a emociones difíciles y por lo tanto debe hacerse con sensibilidad y reconociendo el peaje emocional que puede ejercer sobre uno/a mismo/a al hacerlo. 

En muchos casos, las personas han decidido guardar para sí mismas su anticipación al colapso y, en cambio, centrar su comunicación pública en la necesidad de una mitigación y reducción audaces. Consecuentemente, muchos de nosotros hemos contribuido al movimiento de protesta Extinction Rebellion. La razón es que vale la pena tratar de lograr medidas audaces de mitigación y reducción por parte de los responsables políticos y de la población en general, mientras se trabaja en el desarrollo de la capacidad de recuperación interna y externa ante futuros colapsos a través de las conversaciones de persona a persona que tienen lugar entre los activistas. Sin embargo, a medida que el entusiasmo inicial por las nuevas tácticas para generar políticas climáticas comienza a disminuir, algunos activistas están considerando nuevamente la elección de este enfoque. 

La falta de una divulgación generalizada de los riesgos de colapso social y de las formas más bondadosas, sabias y responsables de responder a ellos no está exenta de inconvenientes. Ha supuesto que las personas que se oponen a esta perspectiva la tergiversen y la critiquen en el ámbito público. Por lo tanto, mientras que personas como yo nos hemos comunicado a través de blogs y medios alternativos con aquellos que ya anticipan el colapso, nuestros críticos recurren a los grandes medios de comunicación para criticarlo y luego sus tergiversaciones son citadas en la Wikipedia  como definitivas. ¿Eso significa que la gente que anticipa el colapso debe hacer una divulgación más proactiva, para asegurarse de que al menos haya información precisa sobre este tema en los medios de comunicación? Tal vez haya una razón aun más importante. Si esta es nuestra verdad, ¿deberíamos buscar más formas de compartirla? Al hacerlo, ¿podríamos ayudar a más personas a prepararse y a preparar a sus comunidades? 

En el documento original sobre la Adaptación Profunda menciono algunos datos que sugieren que en los últimos diez años la gente está intuyendo el final de la historia del progreso económico. La degradación ambiental puede ser parte de esto. Una nueva investigación indica que la mitad de los británicos y de los franceses esperan un colapso de la sociedad en los próximos 20 años, y ¡eso fue antes de la COVID-19! Por lo tanto, ¿podría ser una ilusión narcisista que aquellos de nosotros que consideramos que el colapso es probable, inevitable o que ya se está produciendo, debamos dudar antes de hablar a las masas sobre esto? Si no hablamos de ello e invitamos a un diálogo generativo sobre lo que significa, entonces perdemos el tiempo. En particular, la intuición de un malestar futuro podría estar llevando a la gente a comprometerse con mensajes autoritarios de derechas que ofrecen un medio contraproducente para restaurar la sensación de seguridad psicológica. Que las personas que no tienen esa ideología no se involucren en la conversación sobre seguridad y propósito frente a las turbulencias, podría acabar convirtiéndose en un enorme error político e histórico. 

Esto se relaciona con otro argumento a favor de acercarse en estos momentos al público en general tratando las cuestiones relativas al colapso. Existe evidencia de que las fuerzas armadas de muchos países han anticipado cómo el cambio climático perturbará las sociedades y la economía global. El Pentágono y la Armada de los Estados Unidos son ejemplos bien conocidos. Si ellos saben que se acerca esta situación, entonces, ¿qué otros departamentos de otros gobiernos también la conocen ya? ¿Qué podrían haber estado discutiendo y decidiendo lejos de la mirada de los medios de comunicación y del proceso normal de discusión de la sociedad civil? ¿Cómo podría esto estar afectando a las tendencias políticas actuales, de formas que no comprendemos? En lugar de pasar al ámbito de las teorías de la conspiración, existe una respuesta más simple y pragmática: normalizar las discusiones sobre la preparación para el colapso en el dominio público. 

Otro argumento en contra de una mayor difusión es que provocará muchas críticas de personas que han adoptado un papel público en las comunicaciones ambientales y lo hacen desde una ideología de la modernidad y del control, lo que significa que son reacias a la anticipación del colapso. La razón por la que eso podría suponer un problema es que significa que las personas involucradas en la Adaptación Profunda pueden pasar demasiado tiempo apegadas a las ideas y modos de comunicación de las personas que están dentro de ese paradigma, en lugar de encarnar y expresar algo completamente nuevo. Sin embargo, ¿son mutuamente excluyentes? ¿Podríamos involucrar a los críticos y al público en general de tal manera que se mantenga nuestro espíritu y no distraiga el trabajo central de nuestra propia Adaptación Profunda? Al alejarnos de la comunicación pública, ¿estaríamos dando prioridad a una vida más fácil en lugar de asumir todas las dificultades de nuestro tiempo, incluyendo más momentos de pánico y críticas agresivas? 

En el último mes, hemos visto a los críticos llamar la atención sobre el tema del colapso social, y artículos que buscan corregir e informar, incluido el cofundador de Transition,  Naresh Giangrande, el climatólogo senior Wolfgang Knorr y un equipo de académicos franceses dirigidos por Pablo Servigne. Respondí con una nueva versión del artículo original y ofrecí feedback detallado sobre las tergiversaciones. También escribí un artículo en Resilience junto con la cofundadora de Extinction Rebellion, Gail Bradbrook, que pide más valentía a los climatólogos, y redacté estas reflexiones sobre los debates importantes acerca del colapso. Ha llegado el momento de que más gente se involucre de forma responsable en los medios de comunicación y en el debate político respecto a la adaptación transformadora y profunda. 

Al realizar nuevos avances, será importante mantener la amabilidad, incluso cuando estemos bajo el fuego. También sería mejor hacerlo con el asesoramiento y la retroalimentación de los profesionales de salud mental y con solicitudes a los medios de comunicación para que proporcionen medios para que las audiencias se conecten con las personas para expresar y explorar las reacciones juntos, con atención a los diferentes intereses de las personas de diferentes edades. Asimismo, todos los grupos de voluntarios de Adaptación Profunda podrían estar preparados para orientar a las personas hacia los servicios de apoyo a la salud mental en cualquier situación de emergencia. La ansiedad en las sociedades probablemente aumente, independientemente de que alguien decida o no realizar actividades de divulgación sobre el clima, por lo que los grupos de Adaptación Profunda podrían ser un complemento útil del modo en que las sociedades apoyan la salud mental. Así que antes de continuar, puede consultar una lista de recursos que he reunido para obtener apoyo psicológico. 

¿Buscar más justicia? 

Algunas personas han preguntado si las personas que se dedican a la anticipación de colapsos en general se centran más en su propia vulnerabilidad y supervivencia en el futuro que en la experiencia del sufrimiento de otros en el presente. Parece que muchas de las historias que llegan a los medios de comunicación sobre hogares y comunidades que han sufrido colapsos anteriormente sugieren que se centran en la resiliencia hiperlocal, ya sea en la vida fuera del sistema o en la preocupación por la seguridad personal. Esta es la imagen del prepper que aprende a cultivar alimentos y a disparar. No me queda claro si esto es o no un retrato exacto de la diversidad de individuos que se anticipan al colapso. 

Durante décadas, el movimiento de Localidades en Transición ha involucrado a personas que se preparan para el colapso de la sociedad, y sus huertos y clubes de tejedores son probablemente menos mediáticos que el prepper que aprende a disparar. Entonces, ¿qué pasa con el concepto y la gente involucrada en la Adaptación Profunda? El concepto y el creciente movimiento se basan explícitamente en permitir y encarnar respuestas amorosas a nuestro problema. Por lo tanto, es un movimiento por la paz alternativo a la imagen de los preppers preparándose ante el crimen y el conflicto civil. 

Si el colapso no es sólo un concepto, sino que es una forma de etiquetar algunas experiencias difíciles en el mundo real, entonces argumentar que es bueno para la gente hablar de ello podría ser una forma de solipsismo. En cambio, nuestra tarea puede ser cómo dar sentido a nuestra situación de forma que se desaliente la adopción de enfoques defensivos o violentos y se fomenten respuestas más amables, sabias y responsables. 

Con esta intención en la mente, se puede cuestionar si los actuales debates e iniciativas en el campo de la Adaptación Profunda están demasiado centrados en la anticipación de un futuro colapso en lugar de la actual experiencia personal de colapso y del daño continuo causado por nuestros actuales sistemas. Cuando se examina la producción de desigualdad, pobreza, mala salud mental, sufrimiento animal, contaminación tóxica y destrucción del hábitat de nuestro sistema actual, hay elementos suficientes para ser criticados y cuestionados sin tener que centrarse en las tendencias y probabilidades futuras. 

Para muchas personas y otras formas de vida, el colapso es una experiencia en curso que es resultado directo de la continuidad de las sociedades de las que se benefician la mayoría de las personas que leerán este artículo. Están experimentando perturbaciones de alta intensidad y luchas por la justicia y la sanación. Es importante señalar que algunas personas de las redes de Adaptación Profunda se han visto muy afectadas por los incendios forestales, los daños causados por las tormentas, el aumento del costo de la vida y los impactos de una pandemia que se han hecho más probables por la degradación medioambiental. Sin embargo, la mayoría de la gente todavía no está experimentando los impactos extremos de la disrupción climática. 

Esto nos lleva a la cuestión de si su participación en la Adaptación Profunda está permitiendo a la gente cambiar de manera que se reduzca el sufrimiento intenso, ya sea reduciendo su complicidad, desafiando a los sistemas o apoyando la acción humanitaria. Algunas personas que desempeñan funciones en el ámbito de la Adaptación Profunda están promoviendo esas respuestas. Sin embargo, no es el principal objetivo de las personas que participan en este debate, que suelen ser personas de clase media en las sociedades de consumo modernas. No obstante, es posible reducir el sufrimiento y la injusticia cotidiana de nuestros estilos de vida actuales, y al mismo tiempo prepararse para el colapso de la sociedad. El tema es de énfasis, más que una barrera insuperable. 

Una cuestión relacionada es la limitada diversidad de personas que participan actualmente en la Adaptación Profunda. El concepto fue publicado en inglés desde el Reino Unido y las principales redes están en inglés, por lo que se podría esperar una preponderancia de personas blancas. Sin embargo, eso supone que las comunidades que surgen en torno a la Adaptación Profunda pueden funcionar de una manera que no sea acogedora para las personas de color. Por ejemplo, parte del énfasis en el dolor, el amor y la sabiduría puede parecer algo autocomplaciente y restar importancia a las cuestiones de complicidad, responsabilidad, justicia, reparación y curación. Pueden ver esto como un medio de despolitizar un tema para hacerlo atractivo para las personas menos oprimidas o menos preocupadas por la opresión. 

Otro aspecto de la diversidad es la clase económica, tanto dentro de los países como entre ellos. Muchas personas tienen dificultades para ganarse la vida y disponen de poco tiempo libre para participar en debates sobre asuntos públicos o para ofrecerse como voluntarias. Esa situación está empeorando con la reducción de los salarios y las condiciones de trabajo en muchos países. ¿Debería serles útil participar en la anticipación del colapso y, de ser así, cómo? 

Está abierto a debate si las iniciativas y personas de Adaptación Profunda deben tratar de involucrar activamente a las personas que no están bien representadas en la actualidad, o tratar de complementar otros marcos e iniciativas. Los diferentes países y culturas tendrán sus propios conceptos, frases y lugares para el debate. Por ejemplo, en Francia, la collapsologie se ha desarrollado como un campo académico. Dentro del Deep Adaptation Forum hay un grupo de trabajo sobre este tema, y se está ofreciendo formación sobre diversidad a los más de cien voluntarios. Además, como el concepto y la comunidad se han asociado conmigo, un profesor blanco del Reino Unido, estoy dejando de desempeñar un rol en las actividades diarias para convertirme en un miembro más en un grupo diverso de catorce personas que proporcionan orientación cuando se les solicita. 

Un tema relacionado tanto con la solidaridad como con la diversidad es nuestra evitación de los patrones de pensamiento y las reacciones emocionales que han creado nuestra difícil situación en primer lugar. Los conceptos de antipatriarcado y descolonización tratan sobre esta consideración más profunda de los hábitos de privilegio y supremacía de las personas. En el caso de la Adaptación Profunda, esto da lugar a la pregunta de cómo las personas pueden evitar hacer de esta agenda un asunto principalmente relacionado con soluciones mercantilizadas sobre el dolor emocional de los privilegiados, a través de varios tipos de apoyo terapéutico. Una respuesta a esta crítica es la de mantener todo lo más gratuito posible, pero eso también puede crear una dependencia del patrocinio de los donantes ricos y, por lo tanto, que la gente rica establezca las prioridades. Otra respuesta sería prestar mucha más atención a las cuestiones de complicidad y rendición de cuentas, de modo que se nos anime a todos a reconocer cómo cada uno y una de nosotros ensayamos patrones de pensamiento y comportamiento colonialistas y supremacistas debidos a nuestra cultura. 

Todas estas cuestiones se relacionan a su vez con una cuestión más amplia relativa a la medida en que la Adaptación Profunda podría o debería convertirse en un nuevo movimiento social que trate de asegurar cambios en las relaciones de poder en las sociedades. Algunos critican a los participantes en la iniciativa de Adaptación Profunda por no ser explícitos acerca de ese programa, y al D.A. Forum por no contribuir a posibilitar la colaboración hacia un programa y una estrategia políticos. Parte del motivo para no hacerlo es la inicial reticencia a la divulgación pública masiva, descrita anteriormente. Otra razón es que gran parte de la atención inicial se ha centrado en los cambios internos y en el desarrollo de sistemas de apoyo para las personas que prevén un colapso. Una tercera razón es que gran parte del impulso para la acción política en materia climática se ha canalizado hacia y a través de Extinction Rebellion, que se inició en un momento similar. Sin embargo, dado que la acción colectiva a través de los gobiernos locales, nacionales e internacionales será esencial para reducir el daño causado por la disrupción climática, es probable que la falta de un programa político claro para la Adaptación Profunda sea causa de futuras críticas, debates y tal vez nuevas iniciativas. 

Si la anticipación del colapso da lugar a movimientos políticos, habrá que prestar mucha atención para determinar dónde se pueden encontrar aliados influyentes y legítimos. Quizás, sorprendentemente, es poco probable que estos aliados sean miembros de las profesiones ambientales. El mencionado ensayo que critica mi Deep Adaptation recibió un apoyo entusiasta en Internet de muchos profesionales del medio ambiente británicos. Sus comentarios en Twitter indicaron su satisfacción al leer que la destrucción del medio ambiente no significa que su propia sociedad esté en riesgo de colapso. Esa reacción contrasta con la falta de entusiasmo de las mismas personas cuando algunos de los principales científicos climáticos del mundo predicen el colapso de la sociedad. Por ejemplo, cuando el profesor de climatología Will Steffen concluye  que “el colapso es el resultado más probable de la trayectoria en curso del sistema actual”. 

El hecho de que tantos ambientalistas británicos apoyaran los argumentos de estos tres no-climatólogos para desestimar a uno de los principales científicos del clima mundiales, el profesor Peter Wadhams, podría plantear dudas sobre su estado de atención a esta situación. Si algunos de los principales climatólogos tienen razón sobre la probabilidad de un colapso, entonces el ecocentrismo reformista es ahora redundante y contraproducente. Lo expliqué en mi documento original sobre la Adaptación Profunda, cuando detallé cómo la negación personal e institucional dentro de la profesión ambiental es un impedimento para la exploración honesta del atolladero de la Humanidad. 

Al demostrar recientemente su resistencia a explorar la posibilidad de un colapso social, los ecocentristas muestran su lealtad a las instituciones actuales de la economía, la cultura y la política. Como tales, son una especie de lastre que está sofocando el potencial para que este momento sea un momento revolucionario en la historia del ambientalismo. Este efecto de lastre no es sólo teórico. Por ejemplo, la influencia de las principales ONGs medioambientales en la posibilidad de apoyo de los adultos a los jóvenes en huelgas climáticas ha minimizado el potencial de una huelga general mundial de adultos. Por lo tanto, el sector ambiental dominante continúa su resistencia a los análisis que invitan a una praxis revolucionaria, con los sacrificios personales y los riesgos que ello implicaría. 

¿Dónde deja este conservadurismo del sector medioambiental a la gente que busca una estrategia política para su anticipación al colapso? El socialismo libertario revolucionario pacífico o el comunitarismo radical, perseguido a través de la participación en la política local pueden ser opciones. ¿Cómo se inicia esta búsqueda? Me pregunto cuántos lectores habituales o seguidoras de openDemocracy [o 15/15\15] se arriesgarían a perderlo todo, yendo a la cárcel, para ayudar a otras personas a ganar influencia para cambiar la sociedad. El punto de la solidaridad implica que el hecho que estemos unidos en la lucha contra un enemigo común es más importante que el hecho de que uno o una misma sea escuchado por lo éticamente correcto que es. Lamentablemente, el auge del populismo reaccionario está demostrando que las charlatanas clases progresistas se están revelando como políticamente inertes y como un obstáculo para los esfuerzos serios de cambio. 

¿Integrarse más claramente? 

Una tercera crítica importante consiste en que muchas personas implicadas en la Adaptación Profunda han estado tratándola como un campo separado de la Adaptación al Cambio Climático (CCA) en general y de su subcampo, la adaptación transformativa. Durante algunas décadas se han realizado investigaciones y se han formulado políticas para facilitar cambios en las diversas prácticas sociales de manera que se vean menos perturbadas por el cambio climático. Estos cambios incluyen la irrigación para la agricultura, nuevas defensas marítimas, edificios a prueba de tormentas y cosas por el estilo. Dentro de ese campo, también se presta cada vez más atención a la adaptación transformadora, aunque con poca implementación, que considera maneras de adaptarse que resulten bajas en carbono y se ajusten a los impactos más graves. 

Algunas personas que trabajan en estos campos sugieren que los aspectos de preparación para el colapso de la Adaptación Profunda podrían encontrar una audiencia dentro de los procesos de políticas internacionales y nacionales sobre estos enfoques generales para la adaptación. Podría haber conexiones en las áreas de la reducción del riesgo de desastres y de la preparación para la prestación de ayuda humanitaria. Si las ideas e iniciativas de la Adaptación Profunda pudieran conectarse con estos campos existentes, entonces podría haber más oportunidades de incorporar las ideas en sectores como la educación. 

Un punto de vista contrario nos dice que el concepto de Adaptación Profunda se define como algo distinto a los enfoques principales de la adaptación superficial, y como una crítica de los mismos. La corriente principal de la adaptación puede considerarse contraproducente, al asumir el objetivo de mantener las sociedades de consumo industrial, a pesar de su contribución al cambio climático y de las graves disrupciones futuras derivadas de sus influencias directas e indirectas. Si las personas, las ideas y las iniciativas del movimiento de la Adaptación Profunda empiezan a incorporarse a los contextos de adaptación mayoritarios, pueden perder lo que los hace vibrantes e imaginativos. Peor aun, podría conducir a un compromiso con la ideología ecocéntrica del medioambientalismo dominante y, por lo tanto, a la marginación de un programa político revolucionario. 

Dadas las diferencias de opinión, parece que en el futuro puede haber cierta combinación, y lo que esto implique dependerá del tiempo que tengamos antes de que más sociedades se vean gravemente perturbadas. 

¿Es mejor cartografiar el colapso? 

Una cuarta crítica de algunas personas involucradas en el campo de la Adaptación Profunda es que la miríada de impulsores del colapso social —aparte del cambio climático— y los mecanismos o etapas de ese colapso, no han sido suficientemente cartografiados. Una parte de este argumento dice que el colapso debe entenderse mejor para que las personas puedan participar con más confianza en las implicaciones y ser escuchadas por los demás. Otra parte del argumento dice que con una cartografía más detallada de las presiones y procesos del colapso, la gente y los responsables políticos podrán decidir cómo ralentizar el proceso, reducir el daño y prepararse para lo que sucederá a continuación. 

A veces esta crítica en particular toma la forma de una invitación que me propone estudiar los diversos campos de estudio relacionados con los riesgos de colapso de la sociedad y a publicar mis opiniones al respecto. Yo era reacio a hacerlo, porque no quería que me vieran como alguien que puede decirle a nadie qué hacer respecto a nuestra situación. También me resultó difícil encontrar la motivación para explorar los diversos campos relacionados con el colapso para confirmar un punto de vista que ya había concluido por mí mismo y que me había abierto todo un nuevo campo de intereses personales en la psicología, la mediación y la espiritualidad. Sin embargo, eso no significa que otras y otros estudiosos no deban hacer este trabajo. Parece obvio que a la gente le ayudaría disponer de más información sobre los procesos de colapso, y por lo tanto parece importante aportar más colapsología al movimiento de la Adaptación Profunda. Eso permitiría que surgieran debates políticos más específicos, como cuál debería ser el mejor enfoque para la energía nuclear, qué hacer con la agricultura industrial, cómo desarrollar y gobernar cualquier geoingeniería, cómo cambiar la banca y las finanzas, y cuál podría ser el futuro de la política exterior. 

También significaría que el gran público y los responsables políticos tendrían más conocimientos para comprender lo que los fondos de cobertura (hedge funds) y otras instituciones financieras pueden estar planeando hacer con sus valoraciones de riesgo de nivel superior y, por lo tanto, responder mejor a cualquier presión improductiva de esas instituciones. Estos conocimientos mejorados también aportarán mejor información a cualquier iniciativa para desarrollar la Adaptación Profunda como un movimiento social que pretenda tener influencia política. 

A través del trabajo de cartografíar mejor el colapso, se puede ayudar a responder a las críticas de algunas personas que dicen que el uso del término colapso no es útil. Señalan que mucha gente entiende el colapso como algo que debe ser completo y súbito, por lo que no se plantean cómo amortiguarlo de una manera gradual, ni consideran que las diversas formas de colapso pueden estar ya en marcha. Por lo tanto, algunas personas sostienen que el término desmoronamiento (breakdown) puede ser más adecuado ya que transmite una situación menos total y permanente. Tal vez fuese útil para esto disponer de una cartografía más amplia de las formas en que el clima amplifica otros estresores y la forma en que estos se perciben en las sociedades. 

Esta cuestión se relaciona con la naturaleza de la toma de conciencia sobre las diversas disrupciones que ya están sucediendo en las sociedades de todo el mundo. Los brotes de coronavirus se ven agravados por la destrucción de los hábitats y el cambio climático, y es evidente que la pandemia de COVID-19 ha provocado un colapso momentáneo de algunas comunidades y de los medios de vida de millones de familias. Sin embargo, esto no se entiende aún de forma generalizada. 

¿Evitar la seguridad de los marcos de trabajo? 

Hay una quinta crítica que es completamente opuesta a las dos anteriores. Se basa en la idea de que hay causas extremadamente profundas para nuestra destrucción de la biosfera, que tienen que ver con nuestros estados psicológicos y emocionales dentro de la cultura de la Modernidad. Nos hemos convertido en una especie que experimenta la vida como algo separado del mundo natural y del resto de nosotros, lo que genera un miedo profundo y reprimido que luego determina una serie de suposiciones y comportamientos. Esta perspectiva de los procesos psicológicos más profundos que nos llevan a sostener una serie de aspectos problemáticos de la Modernidad, el colonialismo, el patriarcado y la supremacía blanca, es algo que se comprende de manera amplia pero sí que se percibe de alguna manera por muchas personas capaces de dejar que la desesperación derrita su anterior lealtad incuestionable a los sistemas y culturas actuales. 

Esta perspectiva sugiere que cualquier atajo en el camino de la desintegración y reconfiguración de la identidad personal podría perjudicar este proceso en las personas. Por lo tanto, al dar a la anticipación del colapso una terminología y un marco de discusión (con las 4R) podría dar a la gente un falso sentido de tangibilidad de manera que no dejen disolverse y reconstituirse su propio conocimiento e identidad. Esto se debe a que hemos sido educados en una cultura que nos invita a sentirnos mejor por conocer la respuesta correcta en términos de hechos, modelos, valores y creencias correctos. Ese deseo está relacionado con el ego inseguro que surge de una cosmovisión aislada. 

Por otro lado, hay un beneficio en el hecho de que haya un nombre para este campo, como una cometa elevada en el cielo que la gente puede ver desde lejos y orientarse hacia ella para allí conocer a otras personas, apoyarse mutuamente y discutir ideas. El marco es deliberadamente sólo un conjunto de cuatro preguntas sin respuestas, con el fin de mantener el espacio fluido y emergente. Asimismo, el D.A. Forum trata de posibilitar la emergencia de ideas e iniciativas, y por lo tanto, un punto clave del foro es la forma de organizar los diálogos. Sin embargo, incluso con ese enfoque en el proceso, el marco y el Foro surgen de una cultura particular y, por lo tanto, llevarán ese legado a esas conversaciones. Por ejemplo, un legado podría ser la supuesta importancia de la creación y el intercambio de significados, en lugar de reconocerlo como algo inherentemente falible y no como la base de una acción correcta en el mundo (lo que podría fomentarse con un enfoque más descolonizado). 

El problema de un nombre y un marco que se ha vuelto virales es que algunas personas piensan que la Adaptación Profunda es una marca que tiene resonancia emocional y por lo tanto podría ser atractiva por las razones equivocadas: ¡popularidad! Algunas personas podrían estar comprometiéndose en parte por querer participar en las ideas y discusiones más trendy sobre la sociedad y el medio ambiente. Como tales, podrían aportar una energía y una atención inútiles a la forma de hacer crecer, mantener o ajustar la marca para que más personas puedan participar y menos personas se molesten por esta conversación que se está extendiendo por todo el mundo. 

¿Ser menos positivos? 

Una sexta crítica es que la Adaptación Profunda es un marco de trabajo que permite evitar algunos de los peores escenarios, y por lo tanto podría ser menos positiva. En lugar de examinar detenidamente las pruebas y teorías sobre el riesgo de extinción humana en este siglo, el marco deja de lado esa cuestión al concluir provisionalmente que es incierto y una mera posibilidad. En las plataformas del D.A. Forum llegamos incluso a decir que la gente no debería citar la posibilidad o probabilidad de la extinción humana como motivo para silenciar los debates de otras personas sobre la adaptación. 

Al dejar de lado el asunto de la extinción humana, algunas personas sostienen que no estamos abordando plenamente la totalidad de la información y las posibilidades. O bien, explican que aunque algunos de nosotros nos hemos tomado personalmente en serio la amenaza de la extinción humana de una manera que nos ha transformado, hemos decidido no llevar esta perspectiva a otras personas ni discutir sus implicaciones. ¿Qué es lo que se puede estar pasando por alto con eso? Dado que los creyentes en la Inevitable Extinción Humana a Corto Plazo (INTHE) tienen sus propias redes en las que participar, tal vez no se pierda nada. Pero dado que la Adaptación Profunda genera un diálogo y una iniciativa creativa y compasiva, tal vez un compromiso más pleno con la posibilidad de la extinción humana podría conducir a importantes ideas y enfoques. Por ejemplo, la gente podría discutir acerca de la posibilidad de acelerar activamente el colapso del actual orden mundial para reducir las emisiones de carbono lo más rápidamente posible de tal manera que la humanidad y otras formas de vida tuviesen una mejor oportunidad de superar el actual evento de extinción masiva. No se puede saber el tipo de conversaciones que podrían surgir una vez que se quite el freno de mano de la positividad. 

¿Ser más positivos? 

La séptima y última crítica que me gustaría describirles aquí es justo la contraria a la anterior, y sugiere que los conceptos y participantes en la Adaptación Profunda podrían ser más positivos. La forma en que las discusiones del D.A. Forum se desarrollan en la actualidad es agnóstico sobre lo que viene durante y después de cualquier colapso de la sociedad. Tal vez haya una oportunidad para una nueva civilización ecológica, pero tal vez no la haya. El espíritu del concepto y los espacios de la Adaptación Profunda en la actualidad no es colonizar las propias búsquedas de la gente sobre el tema, sino dar la bienvenida a lo desconocido. Esto se debe en parte a que un aspecto clave del espíritu de la Adaptación Profunda es encontrar una motivación para permitir y encarnar respuestas amorosas a nuestro atolladero sin la expectativa de un resultado específico. 

Sin embargo, mucha gente no está de acuerdo con no tener una visión específica sobre un futuro esperanzador. Algunas personas creen que deben tener una esperanza material en el futuro debido a su perspectiva religiosa. Por ejemplo, algunos cristianos asumen que la esperanza que se les invita a tener por su fe es una esperanza física más que metafísica o espiritual. El pensamiento positivo también se ha convertido en el centro de la Modernidad junto con la asunción del Progreso. Algunos puntos de vista sobre la Mecánica Cuántica se han extendido en la cultura popular de manera engañosa sobre sus implicaciones. 

En particular, nuestra cultura individualista implica que algunas personas crean que sus perspectivas e intenciones darán forma a lo que se manifiesta, sin importar lo que los demás piensen o hagan. Otras personas piensan que todos tenemos que pensar de cierta manera para que algo suceda. Este no es mi lugar para explicar las falacias de tal pensamiento mágico. Basta con decir que todos estamos co-creando nuestras realidades con el resto del cosmos en todo momento, y cualquier deseo de manifestaciones físicas es más probable que surjan de la separación que de la conciencia de unidad y por lo tanto no tienen ningún efecto a nivel metafísico. Me doy cuenta de que esa frase podría necesitar releerse unas cuantas veces y luego alguna discusión. Pero me gustaría añadir que se corresponde con las tradiciones místicas de muchas de las principales religiones que invitan a alinearse con la voluntad divina, en lugar de pedirla para nuestros propios fines. 

A pesar de las diversas consideraciones, algunos críticos todavía afirman la utilidad y la fuerza de tener claro qué es lo que una persona, grupo u organización quiere ver en el mundo. En el caso del D.A. Forum, decimos que queremos ver respuestas más amorosas a nuestro problema y encarnar esto en la forma en que llevamos a cabo nuestros esfuerzos. Para mí eso significa construir una cultura que sea menos dominada por la Modernidad patriarcal y colonial y más receptiva a la sabiduría del Budismo y a las vertientes místicas de la mayoría de las religiones. Sin embargo, admito que no estoy dispuesto a responder a los críticos que quieren oír algo más específico que esto. 

Conclusión 

Las siete áreas que he enumerado aquí son sólo algunas de las críticas más relevantes y ámbitos de discusión que existen en el creciente campo de la Adaptación Profunda. Hay otras críticas que no he enumerado ya que, en mi opinión, se basan en información errónea sobre la Adaptación Profunda. Por ejemplo, que la gente se vuelve apática, a pesar de las pruebas empíricas de lo contrario y de las conocidas sinergias con Extinction Rebellion. 

La resistencia de algunas personas a la propuesta de la Adaptación Profunda es comprensible, ya que desafía las suposiciones de identidad y propósito personal. A medida que el clima empeore y las sociedades se vuelvan más hostiles, crecerán las ideas, iniciativas, confusiones y contratiempos. Dadas las crecientes tensiones en la sociedad y en los individuos, la forma en que nos presentamos en estas conversaciones es clave. Por consiguiente, la labor del D.A. Forum se ha centrado en posibilitar un diálogo sin prejuicios y con una mentalidad abierta sobre diversos temas, siendo fundamentales las formas de mantener el espacio y el asesoramiento. Gente voluntaria de todo el mundo ha colaborado para crear ideas sobre lo que se puede hacer para reducir el daño ante las disrupciones sociales. Estas ideas y los proyectos en expansión constituyen un complemento necesario de los audaces esfuerzos por reducir y extraer el carbono, al tiempo que se regeneran los ecosistemas. 

Si usted considera que la anticipación al colapso de la sociedad es errónea o inútil, entonces  seguiremos aquí para cuando esté listo. Al menos espero que estén de acuerdo conmigo en lo siguiente: no hay una sola manera correcta de responder a una anticipación o experiencia de disrupción social, y sí mucho que desaprender y aprender sobre la marcha. 

JEM BENDELL 

Publicado originalmente en openDemocracy con licencia Creative Commons. Traducido por Moisès Casado y revisado por Manuel Casal Lodeiro. 

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