SALIDA RAZONABLE COVID
Manifiesto por una salida razonable a la crisis de la
Covid
La sociedad española siente en estos momentos un
comprensible cansancio en todo lo relativo a la crisis de la Covid. La tensión
se ha relajado considerablemente y no pocas personas quisieran pasar página y
hablar de otras cuestiones después de 20 meses de monotema. Sin embargo,
algunas de las medidas contra la Covid que se aplican en nuestro país o en
otros de nuestro entorno (pasaportes sanitarios, vacunación indiscriminada,
etc.) no tienen en estos momentos ni verdadera base científica ni justificación
sanitaria alguna, pero atentan contra los derechos fundamentales de las
personas y han abierto algunas tendencias muy peligrosas para el desarrollo
democrático y ecológico de las sociedades contemporáneas.
Por otra parte, es probable que el invierno traiga una nueva subida de casos, como las que están experimentando ya otros países, por ello queremos reivindicar algunas líneas de acción que son todavía muy necesarias y han sido relegadas por las autoridades sanitarias españolas (quienes han centrado prácticamente toda su estrategia en torno a las vacunaciones y las medidas de distanciamiento social). Por ello, las personas abajo firmantes, profesionales de la salud, investigadores en el campo de la medicina y la biología, científicos de otros campos, filósofos, activistas, comunicadores y ciudadanos en general, preocupados por la salud pública, que es nuestra salud, declaramos lo siguiente:
1 – Es preciso salir de los enfoques reduccionistas
centrados únicamente en la vacunación.
Durante estos meses han sido numerosos los científicos y
profesionales de innegable reputación que han planteado la necesidad de abordar
la Covid a todos los niveles: profilaxis, tratamiento temprano, tratamiento
hospitalario y vacunación. A pesar de la intachable lógica de este
planteamiento, nuestros gobernantes, siguiendo recomendaciones de la OMS,
apenas han prestado atención al tratamiento temprano. No resulta fácil
comprender esta falta de atención, y menos teniendo en cuenta que este virus
llegó en distintos momentos a saturar UCIs y hospitales y a desbordar la
capacidad del sistema de salud pública.
En estos momentos, son miles los doctores de todo el mundo
que comunican resultados no desdeñables en la atención temprana, e incluso en
la profilaxis, con protocolos compuestos de medicamentos como la ivermectina,
la fluvoxamina, la quercetina, el zinc, la hidroxicloroquina, la melatonina o
la vitamina D. En países como México, India,
Zimbabwe, Madagascar y algunos estados de Perú y Argentina se
han usado de forma amplia kits de tratamiento temprano que, según sus
defensores, han tenido impactos muy positivos. Es oportuno destacar que la
ivermectina y otros fármacos que se han usado en tratamiento temprano de la
Covid son bastante económicos, pues están libres de patente, y sus efectos
secundarios no son considerables o pueden ser manejados adecuadamente, por ser
medicamentos muy utilizados desde hace tiempo.
Sin embargo, el gobierno español y la mayor parte de
gobiernos europeos no han prestado atención a estas intervenciones
farmacológicas precoces, en consonancia con las directrices de entidades como
la OMS y la EMA, unas directrices que nos preguntamos si han podido ser
condicionadas por el hecho de que la financiación de esos organismos depende en
gran medida de empresas farmacéuticas y otras entidades privadas. Después de 19
meses de intensa investigación y numerosos ensayos clínicos con todo tipo de
medicamentos, el tratamiento temprano de las personas enfermas de Covid se
sigue limitando al confinamiento en el domicilio y el uso de analgésicos hasta
que éstas se encuentran tan enfermas que deben ir a un hospital. En esa fase
hospitalaria, según doctores con amplia experiencia en el tratamiento temprano,
es mucho más complicado combatir la enfermedad y las posibilidades de curación
son mucho menores.
Las organizaciones internacionales relacionadas con la
salud, como la OMS, la EMA y la FDA, desaconsejan todos estos tratamientos
tempranos con el único argumento de que no hay datos concluyentes sobre su
utilidad. Esto contrasta con el hecho de que no se ha empleado la misma cautela
con las vacunas, y es, como mínimo, negligente, ya que después de tantos meses
de pandemia, ha habido tiempo más que suficiente para analizarlos en
profundidad y obtener conclusiones sobre su efectividad.
Estas mismas instituciones internacionales, en cambio,
aprobaron en marzo de 2020 el antiviral Remdesivir para el tratamiento del
Covid (cuyo precio llegó a ascender a 2.000 euros por paciente) sobre la base
de dos estudios clínicos controlados que solo encontraron signos muy modestos
de su eficacia. En estas semanas varias empresas farmacéuticas están
solicitando autorizaciones de emergencia para la aprobación de nuevos
medicamentos sujetos a patente para el tratamiento temprano de la Covid. A
pesar de que han recibido atención generosa en los medios, los ensayos que
muestran su eficacia son muchos menos que los de otros tratamientos tempranos y
su seguridad está muy lejos de tener las garantías de fármacos conocidos desde
hace décadas. En cambio, el tratamiento temprano de ivermectina para la Covid
sigue sin obtener la aprobación de estas agencias después de 30 estudios
clínicos aleatorizados y controlados, de los cuales 27 arrojan resultados
claramente positivos, a pesar de ser un medicamento con un perfil de seguridad
excelente que fue aprobado para su uso contra la sarna con el respaldo de
solo 10 estudios y en las mismas dosis propuestas ahora para la Covid.
Por otra parte, el sistema de salud pública apenas se ha
reforzado desde el inicio de esta coyuntura. Más bien al contrario, se ha
degradado tanto en la atención primaria como en la hospitalaria. Tampoco se han
dedicado esfuerzos sustanciales a la investigación y aplicación de tratamientos
tempranos, limitando la acción sanitaria a la vacunación, a la hospitalización
de los casos graves, al uso de mascarillas y a las restricciones en movilidad y
en el derecho de reunión.
2 – Se están considerando las vacunas como una cuestión
de salud colectiva sin que exista base científica para ello y se están
administrando sin conocer los riesgos a medio y largo plazo ni tener en cuenta
las particularidades individuales.
A pesar del alto porcentaje de personas que han sido
vacunadas contra la COVID en nuestro país y en otros muchos, el descenso
en los índices de contagios y hospitalizaciones no ha sido el esperado. Aunque
la situación en España ha mejorado, los datos demuestran que las vacunas no han
sido tan eficaces como algunos prometían y todos hubiéramos querido.
Para que las vacunas permitieran alcanzar la inmunidad de
grupo deberían ser capaces de reducir significativamente la transmisión del
virus. Si esta premisa no se cumple, la vacunación termina siendo una opción
individual, respetable, pero sin repercusiones sociales. Esto hace que la
urgencia por conseguir vacunar a toda la población o la imposición de pases
Covid para acceder a espacios públicos se conviertan en medidas absurdas e,
incluso, contraproducentes, porque crean una falsa sensación de seguridad.
En las últimas semanas han salido a la luz diversos datos
que confirman que las vacunas contra la Covid no ofrecen, en estos momentos,
prácticamente ninguna protección frente al contagio. Destacamos los siguientes:
- Inglaterra
ha hecho oficial que, frente a la variante delta (mayoritaria en estos
momentos en todo el mundo), no se está observando diferencia alguna en la
transmisión del virus entre personas vacunadas y no vacunadas.
- Un
estudio comparativo no encuentra ninguna correlación entre la ratio de
vacunación en diferentes países y los casos de Covid.
- Se
ha documentado la transmisión entre personas completamente
vacunadas y cargas virales similares entre vacunadas y no vacunadas.
- Un
estudio realizado en Vietnam llega a la conclusión de que las personas
vacunadas pueden contagiar más que las no vacunadas porque soportan más
carga viral sin desarrollar síntomas.
- Países
como Singapur, Irlanda o Bélgica con más de un 70% de la población
completamente vacunada, han sufrido nuevos brotes con la llegada del otoño.
- Los
datos del último Informe sobre Vigilancia de las Vacunas de la Agencia de
Seguridad Sanitaria del Reino Unido muestra que la ratio de contagios
entre las personas con pauta de vacunación completa no solo no es menor
sino que es el doble que entre las no vacunadas.
- Estudios
financiados por las propias empresas fabricantes reconocen que la
protección de la vacuna frente a contagios se pierde en pocos meses.
Ante la gran cantidad de datos que demuestran que las
vacunas no son capaces de disminuir la transmisión de la Covid, no tiene ningún
sentido implantar “pasaportes de vacunación” que discriminan fuertemente a las
personas que optan por no vacunarse por cualquier tipo de motivo, ya sea éste
de salud, de conciencia o simples dudas acerca de la relación riesgo/beneficio.
Como han denunciado varios europarlamentarios de diversos
países y distintos signos políticos el pasado 20 de octubre, este tipo de pases
sanitarios socavan derechos humanos básicos y sólo se podrían justificar en
circunstancias excepcionales y si estuvieran suficientemente respaldados por
datos científicos inequívocos. Constituyen, de hecho, un verdadero apartheid de
nuevo cuño que coacciona a la población para que acepte ser tratada con un
medicamento experimental cuya eficacia, necesidad y seguridad son, por lo
menos, dudosas. La libertad de circulación, empleo, salud, igualdad, libre
asociación, educación y libre expresión de pensamiento están siendo gravemente
violadas sin motivo y, en algunos países europeos, las protestas pacíficas
contra estas medidas inauditas y sin fundamento sanitario están siendo
reprimidas violentamente.
Por otra parte, es preciso tener en cuenta que las actuales
vacunas han demostrado tener un número de efectos adversos mucho mayor de lo
habitual. Algunas fuentes estiman que los sistemas de vigilancia de Eudra
Vigilance y Open Vaers han registrado más de 40.000 muertes relacionadas con la
vacunación entre EEUU y la UE, lo que está causando que algunos países
estén suspendiendo su uso en jóvenes.
Ante este elevado número de efectos adversos detectados en
el corto plazo, las instituciones sanitarias competentes deberían ofrecer datos
detallados, tanto de los casos y muertes por Covid por edades y estado de
vacunación como de todos los efectos adversos que se están produciendo por las
vacunaciones. De esa forma, se podría hacer una evaluación de las ratios
riesgo/beneficio por edad y los facultativos podrían optar por desaconsejar la
vacunación en personas que apenas corren riesgos ante la enfermedad como los
niños y jóvenes. Estos datos no se están difundiendo ni tampoco se está
pidiendo el necesario consentimiento informado a las personas que se vacunan.
La industria farmacéutica, por otra parte, está promoviendo
nuevas campañas de vacunación, supuestamente para suplir la pérdida de eficacia
de las dosis anteriores, pero nuestras autoridades sanitarias deberían
plantearse exigir a estas compañías un producto de mayor seguridad y mejor
efectividad antes de seguir invirtiendo enormes cantidades de dinero público en
sucesivas campañas masivas de vacunación, sobre todo si existen evidencias más
que suficientes de tratamientos eficaces que pueden ayudar a gestionar de forma
mucho más económica y segura esta crisis sanitaria.
No podemos ignorar que este exclusivismo en la estrategia
frente a la COVID ha permitido a las grandes industrias farmacéuticas firmar
unos contratos multimillonarios por la venta de sus vacunas, disparando sus
beneficios de un modo desorbitado. Dichos contratos, además, eximen a los
suministradores de toda responsabilidad por sus posibles daños o efectos
adversos. Hay que recordar que la Agencia Europea del Medicamento sigue dando a
estos tratamientos solo una «autorización comercial condicional» y no una plena
autorización, puesto que están todavía en fase experimental y, de hecho,
no encajan dentro de la definición clásica de vacunas.
Por contra, tratamientos tempranos con excelentes perfiles
de seguridad y aprobados para uso humano desde hace décadas, siguen esperando
su aprobación. Ni siquiera se contemplan medidas de profilaxis tan sencillas
como hacer un seguimiento de los niveles de vitamina D, a pesar de que varios
estudios confirman la relación entre los niveles bajos de esta vitamina y los
casos más graves de Covid.
En vista de todo ello reclamamos al Gobierno español y a las
instituciones sanitarias de las Comunidades Autónomas:
1. La inclusión de los tratamientos tempranos en la
estrategia para afrontar la Covid, especialmente todos aquellos basados en
fármacos de reducido coste que han sido usados exitosamente en otros países.
Reclamamos, también, atención y apoyo al desarrollo de otras posibles vacunas
independientes de las grandes industrias farmacéuticas, de las que ya hay
proyectos en nuestro país.
2. Solicitamos que no se contemple la vacunación
infantil, dado que en menores de edad la incidencia de la infección es
muy reducida y los efectos adversos de la vacunación son más habituales y
graves y llegan a ser más los riesgos que los beneficios. Solicitamos también
la moratoria en la vacunación de otros colectivos más susceptibles a los
efectos adversos, como las mujeres embarazadas. Exigimos que se aplique el
principio de consentimiento informado en todas las vacunaciones.
3. Los intentos de establecer algún tipo de «pasaporte
Covid» y la discriminación de las personas no vacunadas en todo tipo de
espacios y servicios públicos deben ser desestimados, tanto por el escaso
éxito que las vacunas están teniendo en la prevención de la infección, como por
el hecho de que violan libertades esenciales que toda democracia debería
garantizar y proteger. Consideramos que no existe justificación alguna para la
actual presión institucional y mediática para vacunar a toda la población y que
la segregación de las personas no vacunadas es contraproducente por crear una
falsa sensación de protección y profundamente antidemocrática.
4. No nos parece lógico seguir destinando el grueso del
gasto público en salud a nuevas compras de vacunas ni de otros tratamientos
caros y poco probados mientras no se estudien otras posibilidades de
tratamiento con fármacos de menor coste y de probada seguridad.
5. Reclamamos el libre acceso público a los textos
íntegros de los contratos ya establecidos con las multinacionales
farmacéuticas. En cuestiones tan importantes para la vida de todos, el
secretismo y la opacidad no son de recibo.
6. Exigimos un mayor esfuerzo de inversión en el sistema
de salud pública, tanto en medios materiales como en personal. Debe
garantizarse, con las oportunas medidas de seguridad, la atención presencial
del médico al paciente en todos los casos. Hay que acabar ya con los múltiples
efectos negativos que esta falta de atención está provocando.
7. Reclamamos, en cuanto sea posible, la eliminación de
las medidas de control restrictivas de la movilidad y de las relaciones
interpersonales, por los daños sociales, económicos, psicológicos y
sobre la salud que comportan.
Por otra parte, queremos dirigirnos, también, a los medios
de comunicación.
Hemos observado con gran preocupación la escasa presencia en
las grandes instituciones periodísticas de espacios que den voz a todos los
actores relevantes, y de debates constructivos sobre esta crisis sanitaria.
Existe una preocupante homogeneidad en los contenidos que se publican y una
ausencia casi total de voces críticas. Toda objeción a cualquier mínimo aspecto
de las vacunaciones es calificada de «negacionista», cuando no de
«conspiranoica» o «ultraderechista» y se propicia un clima de segregación y
culpabilización injustificado hacia quienes no son partidarios de vacunarse.
Vemos que numerosas figuras relevantes de la medicina de otros países que han
sido críticas con el discurso oficial han estado ausentes completamente de los
medios españoles y la información que se ha ofrecido ha ignorado los resultados
de numerosos estudios científicos.
Pedimos, por tanto, a los medios de comunicación, una
posición más imparcial y respetuosa con su propia deontología en estos temas.
Existen numerosas voces que, desde la ciencia y la experiencia clínica, están
ofreciendo críticas muy valiosas que no están llegando a la sociedad. Instamos
a los medios de comunicación a que acudan directamente a las fuentes de la
información científica y a los profesionales que trabajan sobre el terreno y no
se queden únicamente con las versiones de las instituciones oficiales o las
empresas farmacéuticas. Pedimos también al conjunto de la sociedad el cese de
la discriminación de los disidentes y del encasillamiento de toda opinión
crítica en esos estrechos estereotipos en los que se ha visto metida durante
estos meses.
Con todo esto queremos defender el derecho de toda la
ciudadanía a los mejores tratamientos disponibles para hacer frente a la
enfermedad de la Covid. Tenemos derecho a todos los tratamientos eficaces y a
los mejores frutos de la investigación científica, independientemente de los
intereses económicos que se vean involucrados. Queremos, asimismo, reivindicar
las libertades de opinión, de expresión y de autonomía sobre la salud propia, y
que dejen de utilizarse medidas coercitivas que no tienen justificación alguna
como medidas sanitarias con la excusa de que sirven para defender la salud
pública.
Por ello, animamos a todas las mentes libres, y muy especialmente
a quienes están comprometidos en la promoción de la salud, en la defensa de los
derechos humanos y de la democracia, a adherirse a este manifiesto.
16 de noviembre 2021
--------------------------------------------------------------------
QUIENES SOMOS
José Albelda
Profesor de la Universidad Politécnica de Valencia en la Facultad de Bellas
Artes, ensayista sobre temas de arte, naturaleza y ecología, codirector del
Máster interuniversitario de Humanidades Ecológicas (MHESTE) UPV-UAM,
Investigador Principal de I+D+i sobre transiciones socioecológicas.
Vicent Climent Llorca
Licenciado en Ciencias Químicas. Profesor de Enseñanza Secundaria jubilado.
Ecologista. Me animé a colaborar en la redacción de este manifiesto al
encontrar personas con ojos y mente abiertos, capaces de hacer una crítica
seria y con la valentía necesaria para hacerlo hoy en este país. Espero que
haya muchas más.
Blai Dalmau Solé
Creador, comunicador y capacitador para la construcción de una civilización
consciente, cordial y cooperativa. Promueve la plenitud personal, la
prosperidad permacultural y el poder popular a través de charlas, encuentros,
cursos, cortometrajes y artículos. Eterno estudiante de filosofia que cursó
unos años en la Universidad de Barcelona.
Guillem Ferrer
Activista de la tierra, el alma y la sociedad. Funda y dirige el
movimiento de activistas Pocapoc y la Fundación Educación por la Vida. Autor de
Camí de Lluc, 7 rutas de peregrinaje en la isla de Mallorca.
Heike Freire
Filósofa y psicóloga, especialista en desarrollo humano en contacto con la
naturaleza y creadora de la Pedagogía Verde. Autora de varios libros sobre
infancia, naturaleza y transformación socio-ecológica. Conferenciante y
asesora, dirige la formación de posgrado universitario: Curso Superior de
Pedagogía Verde. Activista medioambiental, por los derechos humanos y de la
infancia. En marzo de 2020, al inicio de la crisis político-sanitaria, realiza
una petición pública para que el gobierno de España tenga en cuenta las
necesidades infantiles. La firmaron 75000 personas. Desde entonces, publica
varios artículos en la prensa internacional y un cuento: Caperucita y el
Covid-lobo. En ellos denuncia la deshumanización provocada por las
anti-pedagógicas normativas covid. Y alerta sobre las consecuencias nefastas
para la salud mental infanto-juvenil de una gestión basada en el
miedo. Co-fundadora de Por Amor a la Infancia y de Escuelas Con-tacto dos
movimientos de apoyo mutuo entre familias y profesionales para la defensa de
los derechos humanos.
Pepa Gisbert Aguilar
Bióloga ambiental, catedrática de enseñanza secundaria y ecologista. Trabajando
para que las personas seamos más conscientes de lo que nos ocurre y de lo que
le sucede al planeta, con una mirada crítica y una posición constructiva.
Autora de “Crisis y escuela. Recursos para trabajar en el aula.
¿Se puede decrecer y ser feliz?” (CENEAM 2011)
Javier Herrero Cadarso
Pedagogo inquieto y ocupado en la preservación de la salud física, mental y
social de la infancia y la juventud. Cuidador de la naturaleza.
Rafael Iñiguez Sanchez
Informático, Analista de aplicaciones. Mi campo de difusión principal es sobre
energía y economía. Soy Investigador autodidacta en el campo de la Energía,
Recursos e Ingeniería. Socio de Aeren, Asociación Española Recursos
Energéticos, ASPO Spain, desde su fundación, socio n°42. Cerré mi perfil de
facebook por su política de datos, ahora no tengo sitio web salvo podcast de
Ivoox en Radioactividad, Economía directa y Ampliando el Debate donde participo
regularmente.
Ángeles Maestro Martín
Médica y Técnica Superior de Salud Pública. Estudió Salud Pública en el
Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana (Cuba).
Diputada en el Congreso, fue portavoz en la Comisión de Sanidad y en la de
Asuntos Exteriores.
Portavoz de la Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad (CAS).
Actualmente milita en la organización comunista Red Roja.
Publicaciones relacionadas con el Manifiesto:
- https://blogs.publico.es/dominiopublico/32644/parasitos-la-contradiccion-entre-lo-publico-y-lo-privado-en-la-sanidad/
- https://blogs.publico.es/dominiopublico/34349/las-vacunas-contra-el-covid-19-los-gobiernos-una-vez-mas-a-los-pies-de-las-multinacionales-farmaceuticas/
- https://blogs.publico.es/dominiopublico/35381/el-estado-de-alarma-instrumento-de-control-social-a-las-puertas-de-un-cataclismo/
- https://www.elsaltodiario.com/laplaza/politicas-de-exacerbacion-del-miedo-y-censura-en-la-gestion-del-covid
- https://www.elsaltodiario.com/industria-farmaceutica/la-covid-los-gobiernos-de-la-ue-y-las-multinacionales-farmaceuticas
- https://diario16.com/consentimiento-informado-para-recibir-la-vacuna-covid/
Margarita Mediavilla
Pascual
Doctora en Ciencias Físicas y profesora de la Escuela de Ingenierías Industriales
de Valladolid. Especialista en Energía y Sostenibilidad y miembro del grupo de
investigación en Energía, Economía y Dinámica de Sistemas (GEEDS-UVa).
Ecologista, miembro del consejo de redacción de la Revista 15/15\15 y
autora del blog Habas Contadas. Textos relacionados con este tema:
- https://www.15-15-15.org/webzine/2021/11/14/dinamicas-incubadas-en-un-ano-de-pandemia-que-deberian-preocupar-al-movimiento-ecologista/
- https://contadashabas.wordpress.com/2021/02/09/evidencias-y-noticias-sobre-la-ivermectina/
- https://contadashabas.wordpress.com/2021/05/22/el-deja-vu-negacionista/
- https://contadashabas.wordpress.com/2021/10/27/que-es-la-desinformacion-2/
- https://contadashabas.wordpress.com/2021/01/11/y-si-la-puerta-esta-abierta/
Jordi Pigem Pérez
Doctor en filosofía y escritor, especializado en filosofía de la ciencia,
ex-profesor del Masters in Holistic Science del Schumacher College
(Inglaterra), autor de Pandemia y posverdad (Fragmenta, 2021)
Pedro Prieto
Ingeniero de telecomunicación. Trabajó tres décadas en una empresa de
telecomunicaciones ocupando cargos en ingeniería de desarrollo, formando
ingenieros en el centro de I+D y después como director de proyectos, de
marketing, de exportación y vicepresidente de la division de
radiocomunicaciones. En el campo energético ha promovido la instalación de
parques fotovoltaicos. Es vicepresidente de la Asociación para el Estudio de
los Recursos Energéticos (AEREN) que representa a la organización internacional
The Association for the Study of Peak Oil and Gas (ASPO), de la que fue miembro
del panel central. Ha dado cientos de conferencias sobre el cenit mundial
de la producción del petróleo y sobre las alternativas renovables y sus
límites. Actualmente jubilado, es aprendiz de agricultor ecológico.
https://contadashabas.wordpress.com/2021/10/24/la-pandemia-desde-otros-angulos-si-se-nos-permite/
409 firmas
Firma el manifiesto
VISTO EN: https://salidarazonablecovid.es/
No hay comentarios:
Publicar un comentario