Lo que elijas marca tu futuro y el de los demás
«Libertad,
igualdad, fraternidad» es
el lema oficial de la República Francesa, surgido de su famosa
revolución. Si hubiera que elegir una cualidad entre las tres, sin
duda la tercera es la más completa, pues tratar a todos como
hermanos facilita las relaciones. En cambio, las dos primeras
cualidades esconden contradicciones entre ellas. ¿Qué prefieres?
¿Libertad o igualdad?
La
Libertad
La libertad es
la capacidad para pensar y obrar según la propia voluntad de cada
persona. La libertad ha sido alabada por filósofos y poetas pero,
¿acaso nuestra voluntad no es voluble? ¿acaso no hay miles de
ejemplos en que elegimos incorrectamente? Por ejemplo, se habla mucho
del “culto a la imagen” y mucha gente hace proezas para
estar guapa,
desde operarse hasta maquillarse al detalle diariamente… (miles de
horas y dinero se dedican exclusivamente a estar más guapos). Es
parte de nuestra libertad pero… ¿queremos ser guapos por nosotros
mismos o porque nos han inculcado que es mejor? ¿Puede un
simple anuncio
de publicidad cambiar
la voluntad de los consumidores? Al sobrevalorar la belleza,
¿estamos contribuyendo a inculcar esa forma de pensamiento a otros?
Piense
que los gobiernos dedican ingentes cantidades de dinero a producir
leyes y a hacer que se cumplan y la
mayoría de las leyes restringen las libertades.
¿De qué libertad hablamos cuando hablamos de «la libertad»?
¿Queremos un mundo sin leyes para ser más libres?
Piense
que los gobiernos dedican ingentes cantidades de dinero a producir
leyes y a hacer que se cumplan y la
mayoría de las leyes restringen las libertades.
¿De qué libertad hablamos cuando hablamos de «la libertad»?
¿Queremos un mundo sin leyes para ser más libres?
La
Igualdad
La igualdad es
una característica de una sociedad en la que todos sus individuos
ejercen sus derechos. Hay muchos tipos de “igualdades“:
igualdad ante la ley, igualdad de oportunidades, igualdad social,
igualdad económica, igualdad en salud…
¿Tiene
sentido pretender la igualdad cuando todos somos claramente
diferentes? ¿No habrá siempre ricos y pobres? ¿Qué
hay de malo en ser rico? ¿No
debe cada uno buscarse su propio porvenir libremente aunque
ello genere desigualdad?
Si
anteponemos la libertad y queremos todos ser libres,
debemos permitir algo tan simple como que cada uno haga lo que quiera
con su dinero y, por tanto, debemos reducir impuestos, una medida
esencial en el liberalismo.
Pero reducir impuestos supone que el estado tiene menos dinero para
sanidad, educación… lo cual será peor para los más pobres. Ese
es un ejemplo de por qué la
libertad genera desigualdad.
Otras medidas clásicas del liberalismo son, como documenta Naomi
Klein en La
doctrina del Shock:
- privatización de empresas y bienes públicos (porque supuestamente el mercado se encargará de regularlo todo y porque el Estado debe controlar lo menos posible),
-
desregulación de ciertos sectores comerciales (porque la libertad en esos sectores llevará supuestamente al sistema óptimo) y
-
recortes en el gasto social (porque cada uno debe ser libre de buscarse sus propios medios).
Sin
embargo, ese sistema no ha generado más que graves problemas:
sociedades desestructuradas, desiguales e inestables, especialmente
cuando se ha llevado al extremo. En definitiva, aumentar
la libertad genera que los ricos sean más ricos y los pobres más
pobres.
En el mundo hay mucha desigualdad debido al éxito de las políticas
liberales.
Se
dice que el comunismo pretendió
la igualdad, pero es falso. Todos los regímenes comunistas han
violado gravemente los derechos humanos con dirigentes dictadores,
corruptos… La
igualdad total es una utopía,
pero es innegable que la igualdad implica mayor calidad de vida. Los
diez países con más
igualdad son:
Suecia, Hungría, Noruega, Luxemburgo, Malta, Serbia, Eslovaquia,
Austria y República Checa.
Si
te desagrada vivir en alguno de los países anteriores, seguro que
menos aún preferirías ser un ciudadano de clase baja en alguno
de los
diez países con mayor desigualdad:
Namibia, Sudáfrica, Lesotho, Botswana, Sierra Leona, República
Central Africana, Haití, Colombia, Bolivia y Brasil.
No
hay que pretender la igualdad total sino acabar
con la desigualdad extrema.
A esto ayudaría establecer un salario
máximo,
el cual podría incluso estar en función del salario
mínimo (dentro
de la misma empresa o referido al SMI legal). El informe
de la ONU sobre la pobreza en España es
algo que avergüenza a (casi) toda la ciudadanía española. Por
tanto, debemos exigir y trabajar para poner fin a la desigualdad
extrema.
La
desigualdad es, en el fondo, una bomba que tarde o temprano estalla.
Incluso, puede estallar a otros países, por ejemplo, por la
inmigración masiva. Así, podríamos generalizar diciendo que la
inmigración no es un problema.
El problema es la desigualdad global. Una mandataria
del FMI planteó recientemente
«reducir la desigualdad, que en la última década se ha convertido
en uno de los problemas más complejos y desconcertantes de la
economía mundial».
El diagrama
de Nolan divide
la “libertad” en dos dimensiones para graficar la ideología
política: libertad personal (para las personas) y libertad económica
(para el dinero y las empresas).
- Conceder mucha libertad a las empresas genera desigualdad y abusos ambientales, lo cual nos enferma a la vez que coarta la libertad personal.
-
Por otra parte, conceder poca libertad a las empresas, puede generar desinversión y falta de empleo.
¿Y
si controlamos
a las empresas sin
asfixiarlas y sin permitir que nos asfixien? ¿Y si educamos en la
fraternidad? ¿No daría eso oportunidades a los más pobres?
El
conflicto entre libertad e igualdad es evidente. Solo sería
superfluo si hubiera fraternidad. Mientras no la haya, las leyes
deben defender la libertad y la igualdad pero, ante la
duda, favorecer
la igualdad garantiza sociedades más pacíficas, más habitables y
tal vez, por tanto, también más sostenibles.
Te
encantará leer también esto:
-
Política y urbanismo: La ideología influye en las ciudades (sobre el diagrama de Nolan para medir tu ideología política).
-
Libro “La doctrina del shock” de Naomi Klein (Resumen): El libre mercado contra la LIBERTAD.
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