AFAVORENCONTRA
DE LA RENTA BÁSICA
La
trampa del dilema de César Rendueles
Cualquier
medida que intenta alterar el estatus quo de los mecanismos de
acumulación y control del capitalismo, así como de la explotación,
alienación, pobreza y desigualdad que impone para poder acumular,
como amenaza la propuesta de la RB, (3) es sutilmente combatida por
estos personajes, pues no hay ninguna alternativa, proceso,
instrumento que no tenga sus limitaciones y “daños colaterales”,
lo que nos llevaría a dejar de pensar en utopías, abandonar
realidades en activo, pensadas y vividas, para destruir el sistema.
La
izquierda debería recordar que no se trata de pensar cómo hablamos,
sino de hablar como pensamos. Daniel Bernabé. (1)
Las
simplificaciones que se hacen sobre la Renta Básica (RB)
No
es la primera vez, y dada la proliferación de autores ocurrentes
como César Rendueles (CR), pienso que no será la última, que leo
síes
pero noes, está bien pero, sobre
la propuesta de la Renta Básica (RB). Coinciden estos autores en
presentar como matices críticos reflexiones que pretenden alertar
sobre los claro
oscuros de
este tema, cuando en realidad son menudencias que acaban
convirtiéndose en descalificaciones sutiles sobre los diversos
modelos de RB que se han propuesto desde los inicios de su
divulgación y transformación en este país.(2)
Cualquier
medida que intenta alterar el estatus
quo de
los mecanismos de acumulación y control del capitalismo, así como
de la explotación, alienación, pobreza y desigualdad que impone
para poder acumular, como amenaza la propuesta de la RB, 3
es
sutilmente combatida por estos personajes, pues no hay ninguna
alternativa, proceso, instrumento que no tenga sus limitaciones y
“daños colaterales”, lo que nos llevaría a dejar de pensar en
utopías, abandonar realidades en activo, pensadas y vividas, para
destruir el sistema. Nos llevaría a los anticapitalista a adoptar
una actitud
líquida,
la cual vendría a favorecer más la práctica de la barbarie por
parte del capitalismo. Añadir que esta no es una postura aislada y
convencional, sino que incluso llega este acoso por parte de
entidades y académicos que se consideran de izquierdas o progres.
(4)
El
capitalismo como referencia, no como ausencia…
Y
otro rasgo que comparten estos autores es que siempre razonan como si
el capitalismo no fuese el sistema que marca, regula, y gestiona lo
que en este mundo nos ocurre a los mortales. De aquí que hacemos
propia la definición de
capitalismo
que hace Ellen
Meiksins Wood,
entre otras. Si no reflexionamos teniendo como fondo el poder que
algunos grupos muy pequeños ejercen, utilizando el modo de
producción, consumo y mecanismos de apropiación de la riqueza que
rige la sociedad actual, el resto de lo que digamos sobre la RB es
puro diletantismo. (5)
Aunque
el nacimiento de este instrumento viene de muy antiguo, (6)
la
valoración de su implantación, positiva o negativa, hemos de
hacerla con relación a la práctica y a las consecuencias que
desencadena el sistema dominante en el momento actual: el
neoliberalismo globalizado.
Volviendo
a la autora, dice que “el capitalismo es un sistema en el cual los
bienes y servicios, hasta los que cubren las necesidades más básicas
e indispensables para mantener la vida humana, son producidos para el
intercambio mediante el beneficio, dónde incluso la fuerza de
trabajo es una mercancía para vender en el mercado, y donde todos
los actores económicos está sujetos al mismo. Esta es una
dependencia que somete no solo a los trabajadores, quienes deben
vender su fuerza de trabajo por un salario, pero también a los
capitalistas, que dependen del mercado para comprar sus insumos,
incluyendo la mano de obra de los trabajadores, y donde han de vender
lo que con ella producen en busca de un beneficio […]
Este
sistema de dependencia del mercado significa que las normas de
competición y maximización del beneficio se convierten en las
reglas fundamentales que controlan la vida. Precisamente debido a
estas reglas, el capitalismo es un sistema único forzado a mejorar
la productividad del trabajo mediante la incorporación de medios
técnicos. Sobre todo, es un sistema en el cual el mayor volumen de
la fuerza de trabajo que aporta la sociedad está realizado por los
trabajadores no propietarios, que están obligados a venderla a
cambio de un salario para disponer de acceso a los medios que
garantizan la vida y la reproducción de la propia mano de obra.
En
el proceso de cubrir las necesidades de la sociedad, los trabajadores
están generado al mismo tiempo un volumen de beneficio que es
apropiado (explotación) por aquellos (propietarios) que compran la
fuerza de trabajo. De hecho, la producción de bienes y servicios
está subordinada a la producción de capital y del beneficio
capitalista. El objetivo básico del sistema capitalista es la
producción y auto-expansión del capital”, a expensas de los
trabajadores. (7)
La
conclusión que podemos deducir es que el
mercado de trabajo asalariado,
al ser los propietarios privados de los medios de producción para
producir los bienes que las poblaciones necesitan para sobrevivir, es
el lugar idóneo donde ejercen
el dominio para que los trabajadores acudan “libremente” a vender
su fuerza de trabajo y
con ello someterse a la explotación. Si, como señala una de las
características estructurales, que para obtener la RB no
hay que pasar por el mercado
de trabajo,
este instrumento rompe la lógica de la desigual relación de fuerzas
entre trabajadores y empresarios, lo que, añadido a que la
cuantía sea por lo menos igual al umbral de pobreza,(8)
la
hace revolucionaria.
Deja
a los capitalistas sin el poder de someter a las poblaciones. Si le
añadimos que una parte de la Renta
Básica de las iguales (RBis) se
percibe en
mano y
la otra pasa a constituir un
fondo colectivo para
invertir
en bienes comunales que
decide la sociedad (y no el estado), entonces tenemos una
característica que aúna y socializa más que individualiza la
acción de esta propuesta. (9)
Bajando
del reino de las definiciones al mundo de la realidad, consideremos
como otra autora evalúa la vida en uno de los múltiples barrios de
una de las múltiples urbes del capitalismo. Vivir en Skid Row (Los
Ángeles) “es estar en el epicentro
de la crisis de las personas sin techo que azota Estados Unidos. En
las aceras de sus dos kilómetros cuadrados escasos viven cerca de
12.000 almas sin agua potable ni aseos. La esperanza media de vida
aquí se sitúa en los 48 años. La de un californiano medio es de
80.
Skid
Row es una desgracia desmesurada que Naciones Unidas compara con un
campamento
de refugiados. Y creciendo […] Las imágenes de este barrio son
desgarradoras: calles alineadas de tiendas de campaña, jeringuillas
tiradas y un olor a orina penetrante y persistente. Con apenas nueve
aseos públicos […] los
habitantes
de este barrio se las ingenian como pueden, normalmente con cubos de
plástico. No son de extrañar los brotes de tuberculosis y
hepatitis. Las autoridades hacen limpieza a fondo del pavimento cada
dos semanas para controlar
esta bomba de relojería que amenaza la salud pública de la ciudad.
Un refrán local reza ‘Uno piensa que ha tocado fondo hasta que se
encuentra viviendo en este barrio’.
El
culpable principal es el aumento desorbitado de los alquileres y el
estancamiento de los salarios… A esto se añaden otros factores
como las drogadicciones, en particular la
crisis
de los opioides que azota el país; los problemas de salud mental y
los jóvenes recién salidos de programas de acogida
sin ningún lugar donde ir. Muchos sitúan el origen del problema en
las políticas introducidas por Ronald Reagan, que privatizaron los
hospitales psiquiátricos y redujeron en un 77% los fondos dedicados
a la vivienda de personas vulnerables”.(10)
En
la medida que esta es la realidad de muchos colectivos, se hace más
evidente la afirmación tan rotunda que pronuncia Z.
Bauman sobre
la vida humana en el sistema: no sólo la explota y aliena, sino que
“la globalización capitalista
convierte la condición de persona en desperdicio”. (11)
El
“afavorencontra” de CR párrafo a párrafo…
CR.
Abre su artículo diciendo que: “la renta
básica consiste, por encima de todo, en una herramienta para
desvincular los derechos sociales del mercado de trabajo”.(12)
JIF.
Ciertamente, la RB es una herramienta
que propone la redistribución de la renta de
los que controlan el mercado de trabajo directamente, léase
empresarios y banqueros, e indirectamente, léase los políticos con
poder de regularlo, y canalizarla hacia los trabajadores y
ciudadanos, lo qué no sería poco si se consiguiese. Pero además,
tiene el objetivo de ser un instrumento
de lucha contra el capitalismo 13
para
acabar con este poder de gestión que tienen para despilfarrar
recursos naturales y explotar/alienar/someter/empobrecer a las
poblaciones. Se trata de acabar con el neoliberalismo globalizado
comandado por capitalistas que se disfrazan de filántropos
humanistas cómo los Bill Gates, Amancio Ortega, George Soros, Mark
Zuckerberg, etc. Cada vez está más legitimado el capitalismo verde,
de género, racial, étnico, clasista, etc. De este nimio objetivo,
CR se olvida mencionarlo, y por lo tanto, de considerar el valor que
tiene como instrumento para los
movimientos sociales antisistema en
su perenne lucha para destruir el capitalismo.
CR.
Continúa con sus preocupaciones por los impactos que puede tener
implantar una renta básica en la sociedad y destaca: “La
intervención sindical en las empresas se expresaba a través de
mecanismos institucionales específicos: la negociación colectiva y,
en algunos países, la cogestión de las empresas. Presuponía normas
relacionadas con la cooperación, el diálogo y el conflicto entre
intereses diversos. La renta básica, en cambio, es un derecho
individual sin ninguna dimensión institucional asociada. La
respuesta de sus defensores es que, liberados de la compulsión
laboral, los trabajadores se encontrarán libres para sindicarse,
emprender, crear cooperativas o grupos de apoyo mutuo…
JIF.
Y es que, a estas alturas de la historia de la lucha de clases, los
anti-sistema ya no confían en instituciones como los partidos, los
sindicatos, las cooperativas, la cogestión con los empresarios en
las empresas ni en medios como la negociación y el convenio
colectivo. Para CR parece ser que esta independencia de los que
controlan y deciden sobre los mercados laborales que puede aportar la
RB a los trabajadores para decidir el rumbo de sus propias vidas es
negativa en contraposición de las posibilidades de acción
colectiva, mediante mecanismos institucionales, de los sindicatos,
cooperativas y, añadiría, los partidos socialdemócratas.
Si
la realidad es la que describen Byung-Chul Han y Z. Bauman, estos
“mecanismos institucionales específicos” no sólo no han
consolidado estos valores entre la ciudadanía en sus tiempos de
esplendor, sino que más bien han aceptado modificar todas sus
estrategias de defensa de la clase obrera como prueba de sumisión
para entrar en la caso del amo,
y aceptar sus instrumentos, su lenguaje y sus valores ideológicos…
así como recibir y disfrutar de sus prebendas.
CR.
“Es más, la renta básica también podría ser una fuente de
pasividad e individualismo y de conformismo y segregación.
Seguramente, esa es la razón por la que también Milton Friedman y
otros neoliberales han ofrecido su propia versión de esta medida.
Cabe preguntarse cuál de las dos opciones –pasividad o
colaboración– es más probable en un entorno social tan
fragmentado y despolitizado como el nuestro. ¿Cómo encajaría la
renta básica en un mercado de trabajo extremadamente precarizado y
desregulado? La línea de defensa habitual es que haría que subieran
los salarios al proporcionar a los trabajadores mayor capacidad de
negociación. Pero lo contrario también es perfectamente posible.
Tal vez podría servir a los empleadores para negociar a la baja con
aquellos trabajadores –por ejemplo, miembros de familias
monoparentales, parejas divorciadas que necesitan mantener dos
hogares, personas con deudas o que pagan alquileres abusivos…– a
los que una renta básica equivalente al salario mínimo
interprofesional no les baste para subsistir.
JIF.
En estos párrafos anteriores comienzan a aparecer las verdaderas
preocupaciones de CR sobre los impactos distorsionantes que la RB
puede tener para el equilibrio social del neoliberalismo:
individualismo, conformismo,
segregación,
precarización, desregulación y deslocalización, pasividad,
negociar salarios más bajos complementarios a la renta básica, etc.
Ante la aparición y la expansión de la economía colaborativa (14)
(eliminación
del mercado de trabajo
asalariado,
y, con él, toda la protección social que provee el estado del
bienestar) donde trabajan para multinacionales como Uber, Airbnb,
Cabify, BlaBlaCar, Glovo, Deliveroo, (15)
etc.
miles de trabajadores forzados a ser falsos autónomos, ¿qué
sentido tiene cuestionar la RB porque no es un instrumento panacea, y
puede desencadenar o reforzar esos otros aspectos negativos que
puntualmente enumera como preocupantes?, lo mismo que preocuparse por
“la pasividad e individualismo, conformismo o segregación” de
los trabajadores.
Además,
si cómo señala Byung-Chul
Han,
que “la sociedad del rendimiento está dominada en su totalidad por
el verbo modal poder,
en contraposición a la sociedad de la disciplina, que formula
prohibiciones y utiliza el verbo deber.
A partir de un determinado punto de productividad, la palabra deber
se
topa pronto con su límite. Para el incremento de la producción es
sustituida por el vocablo poder.
La llamada a la motivación, a la iniciativa, al proyecto, es más
eficaz para la
explotación que el látigo y el mandato. El sujeto del rendimiento,
como empresario de sí mismo, sin duda es libre en cuanto que no está
sometido a ningún otro que le mande y lo explote; pero no es
realmente libre, pues se explota a sí mismo, por más que lo haga
con entera libertad. El explotador es el explotado. Uno es actor y
víctima a la vez. La explotación de sí mismo es mucho más
eficiente que la ajena, porque va unida al sentimiento de libertad.
Con ello la explotación también es posible sin dominio”.(16)
Igualmente,
volviendo a citar D.
Bernabé,
“si la izquierda acepta el juego propuesto, como ha hecho desde
mediados de los años noventa, puede tratar de encontrar una nueva
pirueta que le haga ganar más elecciones, que le haga disfrutar de
la ensoñación de manejar un poder con una autonomía cada vez más
escasa. Puede, incluso, enferma de desesperación y cinismo,
justificarse a sí misma y decir que esas míseras limosnas
correctoras en las que consiste su acción
de gobierno es todo a lo que se puede aspirar. Puede justificarse a
sí misma y de paso justificar el marco del neoliberalismo como el
único posible”(17)
CR.
“La popularización de la renta básica fue contemporánea de la
derrota sindical internacional que se produjo a finales de la década
de 1980. A medida que los sindicatos perdían capacidad de influencia
y se limitaban las opciones de acción colectiva, la renta básica ha
ido pareciendo una opción cada vez más atractiva. Es decir, se ha
interpretado, al menos implícitamente, como un proceso de
desmercantilización parcial del trabajo alternativa a la sindical. Y
no solo alternativa, sino incluso mejorada. Hay en ello una parte de
verdad, en la medida en que, lógicamente, no verse sometido al
miedo, al hambre o al desamparo físico, gracias a una renta no
condicional, incrementa en alguna medida el poder contractual de los
trabajadores… La clave es precisamente en qué medida…
JIF.
En otros trabajos, recordábamos como Eric
Fromm resaltaba
como el capitalismo utilizaba dos instrumentos para defenderse y
reproducirse: el
hambre,
el poder someter a una parte importante de la población a las
consecuencias de la degradación del bienestar; y si esta degradación
no era suficiente, siempre podía apelar a la
represión,
a las fuerzas opresivas como la policía y los militares.(18)
Estos
dos elementos estabilizadores tenían que estar siempre vivos en la
psicología de la ciudadanía; o te comportas o esto es lo que te
espera… en último extremo los tribunales y la cárcel.
Combatir
la idea de soslayar el hambre que pueden provocar los empresarios,
mediante el recurso a reformas laborales en las que se extiende el
poder de estos de despedir a los trabajadores o realizar contratos
basura, de pagar bajos
salarios
y no pagar horas extras, de condiciones de trabajo muchas veces en
situaciones con riesgo de accidentes, de legislar las condiciones en
las que han de realizarse la huelgas, son circunstancias de conflicto
industrial en los que RB
puede
dar capacidad de lucha y defensa a las poblaciones desamparadas….
El paro y los bajos salarios pueden conducir a perder la vivienda,
sufrir pobreza energética, cultural, etc. Ante esta situación de
hecho y de derecho de las poblaciones sorprende que CR señale que
“La clave es precisamente en qué medida” ocurre esto. Si no
tenemos ánimo de cuantificar, la respuesta es que, cualitativamente,
infinita, medidas en términos de dignidad humana y capacidad de
reducir los riesgos en la lucha contra el sistema.
JIF.
Ante esta situación del grado de conciencia de la ciudadanía, o de
la aceptación de las reglas del amo y sus valores de las
instituciones, léase partidos, sindicatos, cooperativas, etc, que
conforman y transitan por el universo constitucional del sistema
capitalista, ¿qué sentido tiene preocuparnos en confrontar la RB
con los efectos laterales de su implantación en la sociedad
capitalista? Por ejemplo, recordando las preguntas sobre los daños
colaterales que formula CR: “¿cómo encajaría la renta básica en
un mercado de trabajo extremadamente precarizado y desregulado?”.
La línea de defensa habitual es que haría que subieran los salarios
al proporcionar a los trabajadores mayor capacidad de negociación…
y libertad de no aceptar las condiciones que definen hoy los mercados
de trabajo: precariedad de vida. Y alguna cosa más…(19)
Para
finalizar. En los dos o tres últimos párrafos, CR
plantea
muchas preguntas, todas ellas legítimas, y otorga
indiscriminadamente valores positivos a ciertas instituciones, sobre
las consecuencias del impacto que puede tener en una
sociedad
capitalista una propuesta de redistribución de la renta y mecanismo
de conflicto contra el neoliberalismo de esta envergadura. Son
preguntas que descubren hasta donde el autor no se ha tomado la
molestia de leer a fondo lo que sobre esas mismas dudas, y estas
valoraciones, nos hemos hecho los que proponemos y defendemos la RB.
Alguna
capacidad crítica debiera
concedernos para darse cuenta que también hemos trabajado estas
dudas, y la aportación de estas instituciones, pero que nos hemos
inclinado por defender la RB como, dentro del sistema, la
medida menos mala mientras
el neoliberalismo capitalista campea a sus anchas y destroza la vida
de millones de gentes que habitan el globo. De todas maneras vamos a
responder a una de ellas, a la cuestión de cómo se reparten
“aquellos trabajos particularmente penosos que es injusto que un
colectivo asuma en exclusividad…”. Cierto, si consideramos la
actualidad, sin RB, en las ciudades estos trabajos los realizan los
lumpen
urbanitas,
y en el campo los lumpen
rurales.
Quizá, y solamente es una hipótesis, primero, si se implantase una
RB se negarían a realizar estas actividades y tendríamos que pensar
en realizarlos
de forma más colectiva,
que ahora no.
Segundo,
hay autores que, diseñando una sociedad utópica, los afrontan
proponiendo un servicio
civil obligatorio,
por ejemplo, “a los 21 años se entra en el ejército de trabajo y
en él se sigue hasta los 45 años. Durante los tres primeros años,
se emplea al joven conscripto en… diversas tareas manuales,
principalmente
en las de sirviente,(20)
que
ya no se consideran inferiores ni humillantes; muchos miembros de la
universidad han comenzado por ser camareros. Acto seguido, el joven,
según sus aptitudes opta por cualquier profesión industrial o
liberal [Después de los 45 años], el ciudadano queda
definitivamente liberado del servicio industrial, sin trabajar, cobra
su tarjeta de crédito anual”, (21)
lo
que actualmente consideramos como la jubilación con una pensión
contributiva.
No
es necesario tener todas las cuestiones resueltas para optar por la
defensa de la RB mientras vivamos en
el
capitalismo. La educación y la sanidad están universalizadas y sin
embargo esas cuestiones que plantea CR sobre el mercado
de trabajo siguen ahí, latentes. La pobreza y los trastornos
psíquicos que van en aumento, la degradación moral, de las
poblaciones, etc. no se puede medir ni es cuantificable
contrastándola con los daños colaterales, que su implantación
traería consigo. Probemos y, según vayan apareciendo, la
experiencia nos ayudará a enfrentarlos.
En
conclusión. La evaluación de estos autores de la RB siempre es la
de “afinar” en favor de los intereses del establishment. Después
de lo que llevamos escrito, y releyendo esa primera frase con la que
CR abre su artículo, en la que dice que “desvincular los derechos
sociales del mercado de trabajo es una tarea urgente”, no es
realmente lo que le está proponiendo el autor, sino
la de cómo se podría conseguir sin realmente modificar ni tocar
ninguno de los objetivos/intereses del capitalismo.
A lo largo de sus reflexiones viene a formular y sembrar más dudas
que beneficios puede traer la RBis para las poblaciones
desprotegidas. El balance global de su “afavorencontra de la RB”
es que mejor dejemos las cosas como están, debilitando el poder de
acción política que la RB puede tener como mecanismo redistributivo
e instrumento contra el sistema.
Con
la efemérides de la llegada del hombre a la luna, estos autores me
llevan a la sensación que hay más de uno que está viendo los
problemas del capitalismo que atormentan a la humanidad desde este
planeta. O conviviendo con los poderes usando puertas giratorias, O
legitimando el sistema ejerciendo desde poltronas municipales u otras
entidades públicas. O…, etc.
José
Iglesias Fernández
Barcelona,
28 julio 2019
NOTAS:
1
- Daniel
Bernabé. La
trampa de la diversidad. Cómo el neoliberalismo fragmentó la
identidad de la clase trabajadora.
Página 134. Akal, 2018.
2
- José
Iglesias Fernández. Del
reparto del trabajo al reparto de la renta. Mientras
tanto nº 61, Primavera 1995.
3
- En
su versión débil
o
asistencial (RB), o en su versión fuerte
o
transformadora (RBis).
4
- José
Iglesias Fernández. La
Renta Básica según San Pablo. Baladre/Zambra,
1996. Ver también www.rentabasica.net
.
5
- Especialmente
en un momento en el cual el hambre, las pandemias, el trabajo
infantil, los conflictos territoriales y las muertes y
desplazamientos que provocan se extienden por todo en el mundo
6
- José
Iglesias Fernández. La
cultura de las rentas básicas. Historia de un concepto.
Virus editorial, 2004.
7
- Ellen
Meiksins Wood. The origin of capitalism. A longer view, pp. 2 y 3.
Verso, 2017.
8
- El
umbral de pobreza es definido como la mitad de la renta per capita de
un país. Si el PIB crece, automáticamente la RB crece; o disminuye
cuando el PIB disminuye.
9
- José
Iglesias Fernández. ¿Hay
alternativas al capitalismo? La Renta Básica de las iguales,
Baladre/Zambra, 2006.
10
- Mónica
Montero. ¿Vives
en Skid Row? Pues amigo, has tocado fondo.
El País Semanal, nº2.234. 21 julio del 2019.
11
- Zygmunt
Bauman. Vida
desperdiciada.
Paidós, 2005
12
- Todas
las citas que empleemos del texto de CR están entresacadas de su
artículo Afavorencontra
de la renta básica.
Minerva, 32.
13
- José
Iglesias Fernández. La
Renta Básica de las iguales. De cómo se forja un instrumento de
lucha contra el capitalismo.
Baladre/Zambra, 2019.
14
- José
Iglesias Fernández. Explotación
y transformación. Análisis crítico del capitalismo y sus
alternativas en el siglo XXI,
pp. 95-96. Baladre/Zambra, 2018.
15
- La
prensa informa acerca de un mercado de licencias entre los propios
“riders”.
16
- Byung-Chul
Han. La
agonía del eros,
página 9. Epulibre, 2012.
17
- Daniel
Bernabé. La
trampa de la diversidad. Trabajo
citado, pp. 246 y 247. Akal, 2018.
18
- Erich
Fromm. Psicoanálisis
de la sociedad contemporánea.
Fondo de Cultura Económica, 1956. El
miedo a la libertad.
Planeta Agostini, 1985. Sobre
la desobediencia.
Paidós, 2004.
19
- Tal
como está definida, individual, universal e incondicional, evita las
trampas de la pobreza y del paro,
así como reduce los costos burocráticos y el clientelismo de
administrar una medida social como esta. José Iglesias Fernández.
Las
Rentas Básicas. El modelo fuerte de implantación regional,
El Viejo Topo, 2002.
20
- Entiéndase
en este contexto, tareas de limpieza en alcantarillas, hospitales y
centros de enseñanza, barrenderos, trabajo en las minas y otras
actividades tóxicas, trabajo infantil en muchas industrias, trabajos
como los de las “quelis”,
etc.
21
- Edward
Bellamy. 1888.
El año 2000. Una visión retrospectiva.
Ediciones Abraxas, 2000.
VISTO
EN:
https://kaosenlared.net/la-trampa-del-dilema-afavorencontra-de-la-renta-basica-de-cesar-rendueles/
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