EL YO INTERDEPENDIENTE Y LA FILOSOFÍA DEL UBUNTU
Las personas no solo formamos parte de un entramado de relaciones interpersonales y con la naturaleza, sino que nuestras propias identidades se forman a partir de estas relaciones. De ahí el Ubuntu: “Yo soy porque nosotros somos y, dado que nosotros somos, yo soy”.
Supongo que en estos tiempos tumultuosos ya ha quedado claro para casi todo el mundo que no sólo formamos parte de un entramado de relaciones interpersonales y con la naturaleza, sino que nuestras propias identidades se forman a partir de estas relaciones. En el primer capítulo de Libres, dignos, vivos: el poder subversivo de los comunes, Bollier y Helfrich comentan este concepto. Muchas lenguas bantú expresan la relación entre yo y el otro con la palabra Ubuntu: “Yo soy porque nosotros somos y, dado que nosotros somos, yo soy“. El individuo es mucho más que una parte de un nosotros, es una parte de muchos nosotros, es una especie de “yosotros”.
En el procomún, la ilusión de que existen “individuos aislados” da paso a la revelación de que todas las personas conformamos “el yo interdependiente”. En palabras del ecofilósofo Andreas Weber, nuestra conexión con la naturaleza es tan profunda y existencial que tanto nuestros sentimientos como nuestra vida interior portan la impronta del mundo exterior. Los organismos se autoperciben como materia física a través de sus emociones, que son parte de un gran drama de relaciones biopoéticas entre seres vivos. Asimismo, cuando las personas colaboran y trabajan juntas pueden conseguir sociedades más humanas, éticas y ecológicamente responsables. Es posible imaginar un orden estable, justo y poscapitalista.
Me he quedado especialmente prendada de un ejemplo de
autogestión y colaboración descrito en el primer capítulo del libro. Además de
las miles de viviendas y comercios que forman el campo de refugiados de Zaatari,
el asentamiento dispone de una barbería, una tienda de mascotas, una floristería
y un negocio de helados caseros. Hay un servicio de entrega de pizzas y una
agencia de viajes que ofrece servicio de transporte desde el aeropuerto. La vía
principal de Zaatari se llama Campos Elíseos.
Lejos de pretender romantizar la vida en un campo de
refugiados, el libro destaca el papel crucial de la participación horizontal de
sus habitantes en la construcción colaborativa de una ciudad improvisada pero
estable. Ya no es sólo un campamento de supervivencia provisional, es también
un lugar donde los refugiados han empleado su propia energía e imaginación para
infundir vida al asentamiento. Los habitantes de Zaatari han adquirido cierta
agencia para gobernarse a sí mismos y ser dueños de sus propias vidas. Y éste
es uno de los aspectos más importantes a la hora de hacer procomún.
Este ejemplo ilustra un aspecto crucial de los comunes,
aunque éstos requieren de un marco conceptual más amplio y detallado. A lo
largo y ancho de las idiosincrasias de origen, cultura, gente y contexto, se
pueden detectar profundos y recurrentes patrones que nos permiten hacer algunas
generalizaciones. No hay una receta infalible para hacer procomún, pero con
ayuda de los patrones se pueden describir problemas que se repiten una y otra
vez, así como designar soluciones básicas que pueden aplicarse multitud de
veces sin tener que hacerlo de la misma forma dos veces.
Entre otras muchas cosas que iremos descubriendo, Libres, dignos, vivos es
un valioso catálogo de ejemplos inspiradores y marco conceptual de patrones
para entender los hilos invisibles que unen las constelaciones de comunes que
conforman Pluriverso.
Sara Escribano
(Granada, 1989) escribe y traduce sobre procomún en Guerrilla Translation/Guerrilla
Media Collective y es miembro de DisCO.coop.
VISTO EN: https://www.elsaltodiario.com/la-comunal/el-yo-interdependiente-y-la-filosofia-del-ubuntu
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