UN PELIGRO MUY REAL
Fascistización,
neofeudalismo, ecoautoritarismo…
La
versión original de este texto, “Un perigo moi real”, forma parte de la Guía para o descenso enerxético(pp.
169-173) publicada en diciembre de 2013 por la Asociación Véspera de Nada por unha Galiza sen petróleo.
Ha sido traducido por Sara
Plaza y
revisado por Edgardo
Civallero y Manuel Casal Lodeiro. Publicado anteriormente en el blog de Civallero & Plaza.
Consideramos
nuestro deber advertir de que no todo va a ser un camino de rosas en la
transformación social que queremos impulsar a nuestro alrededor, desde lo más
cercano a nosotros hasta alcanzar el conjunto del país, ni está asegurado que
acabemos en un mundo mejor como el que quisimos ayudar a entrever ya desde el
comienzo de esta Guía [para o descenso enerxético].
Además
de las amenazas que todavía nos pueden llegar del exterior en forma de nuevas
formas de colonialismo extractivista para apropiarse de nuestras fuentes
energéticas, o de conflictos internacionales por los recursos, que seguramente
nos van a afectar de una manera directa o indirecta —como consecuencia de la
tremenda falta de equidad existente en el acceso y uso de esas fuentes
energéticas entre unos países y otros—, existe un riesgo muy importante dentro
de nuestras propias comunidades. Ese peligro es el de una deriva hacia una fascistización, por llamarlo de una manera quizás no
muy rigurosa pero sí suficientemente clara.
Diversos
autores llevan tiempo advirtiendo de que, a raíz de la situación de escasez a
la que nos estamos empezando a enfrentar —y que no va a hacer más que agravarse
de manera acelerada en los años venideros—, se van a producir no solo conatos
golpistas de tipo preventivo (vid. por ejemplo Arrastia, 2011; Artal, 2010), sino
también un movimiento de parte de la población hacia posiciones extremistas y a
favor de soluciones autoritarias.
Mucha
gente –nos dicen estos autores basándose en experiencias históricas como la del
auge del nazismo o el fascismo en la Europa posterior a la Gran Depresión– preferirá
apoyar a supuestos salvadores y sacrificar su libertad —y por supuesto también
la de los demás— antes que perder una supuesta seguridad del nivel de vida actual o a cambio de
la promesa de volver a la prosperidad de antaño.
Una
cantinela que seguro que suena conocida: seguridad a cambio de libertad. El
sueño de demasiada gente, ya en este momento pero todavía más a medida que
pasen los años, va a ser recuperar esa seguridad, es decir, volver a lo de
antes. Y esto puede intentar conseguirse a costa de los otros —otras clases
sociales, otros países, otras razas—, es lo que Richard Heinberg (2004, 55-85)
denomina la estrategia de Hasta que solo quede uno en pie, o como dice Doldán
(2012): “Todo aumento de la demanda energética en una parte del planeta de aquí
en adelante se hará a costa de una obligada reducción en otra parte y, en todo
caso, a precios mucho más elevados”.
Jorge
Riechmann explica claramente que la disyuntiva que tenemos delante es
“solucionar la crisis con un programa quizá arduo, pero de base igualitaria y
humanista”, o la barbarie de tipo hitleriano en la que las elites pretendan
salvar sus privilegios y su nivel de vida, con el apoyo de buena parte de la
población, y a costa de la dominación, sacrificio y exterminio de otros seres humanos
(Riechmann 2009, 44).
Quizá
la pregunta política de fondo, en nuestro tiempo, sea: ¿preferirán las
sociedades ricas convertirse en nazis antes que renunciar a una parcela del
sobreconsumo que identifican con la “calidad de vida”?
El
exterminio masivo como vía para la salvación del sistema actual ya fue señalado
por Susan George en su Informe Lugano (2001),
una obra de anticipación política que cobra mayor relevancia a la luz del
agotamiento energético.
Las
situaciones de crecimiento generalizado —la famosa torta que crece— son
proclives a la extensión de una fuerte reciprocidad y la ayuda mutua con muchas
personas, incluso fuera de nuestro grupo o tribu. Pero en situaciones de torta
menguante, lo que aumenta es la posibilidad de reciprocidad limitada, de la
xenofobia e incluso —en casos extremos— del genocidio (Mills, 2008).
Cuando
Heinberg (2004, 110) nos habla del caso cubano como ejemplo de cómo un país
puede sobrevivir satisfactoriamente a un colapso económico también nos muestra
ejemplos de lo contrario —por desgracia más numerosos a lo largo de la historia
reciente—, en los que el resultado fue el colapso social, la desintegración
cultural, el aumento del autoritarismo y la violencia interna. Otro término
corriente en los autores que tratan de entrever cómo será el futuro tras el
colapso industrial-capitalista es el de neofeudalismo.
El
hecho de tener que vivir forzosamente anclados en lo local y un contexto de
escasez generalizada y probable caos en muchos niveles de una sociedad poco
preparada, puede derivar por lógica en el surgimiento de poderes autoritarios
locales, en la forma de caciques armados, nuevos señores feudales, quizá no muy
lejos de lo vislumbrado (¡una vez más!) por Darío Xohán Cabana (1994, 59) en O
cervo na torre y
de lo que sucedió con la caída de Roma, que nos describía así Joseph Tainter
(1988):
(…)
los ricos abandonaron las ciudades para establecer propiedades rurales
autosuficientes [las villæ]. Finalmente, para huir de los impuestos, los
campesinos entraron voluntariamente en relaciones feudales con estos
terratenientes. (…)
Para
evitar que avancen este tipo de posiciones que favorecen un autoritarismo
neofeudal o estatal-totalitario, que probablemente vamos a percibir cada vez
más a nuestro alrededor —incluso dentro de nuestras familias y grupos de
vecinos, incluso entre gente que en una situación de bienestar generalizado se
autodefinía de izquierdas—, podemos actuar siguiendo una
estrategia múltiple:
§ Combatir a nivel político esos momentos, denunciándolos activamente y
contribuyendo a cortarlos de raíz cuando comiencen a surgir. Será una lucha
difícil pues el capitalismo moribundo va a intentar apoyarse en ellos cada vez
con más intensidad a medida que los sistemas que llamamos democracias vayan dejando de serles útiles
para mantener el status quo (Galiza Ano Cero, 2013).
Riechmann (2009) habla de la necesidad de una cultura de crisis en los sectores sociales
comprometidos.
§ Contribuir a que la sociedad comprenda la realidad de la situación:
que no es posible volver a la abundancia de otros tiempos, por mucho que nos lo
prometa algún salvapatrias.
§ Ayudar a la gente a comprender que el problema no son (solo, o
principalmente) los políticos, que lo que tenemos delante es una crisis de la
propia civilización. Por desgracia, ya comenzamos a escuchar a nuestro
alrededor, cada vez más abiertamente, aquello de “¡Franco, vuelve y acaba con
los políticos!” o “Aquí lo que hace falta es otro Franco”. Si quien esto dice
comprendiese que el problema va mucho más allá de la corrupción más o menos
generalizada o de la falsa democracia que tenemos, sería menos proclive a
buscar caudillos que aplicasen supuestas
soluciones drásticas y violentas. También sería útil explicarles, por supuesto,
quién fue Franco, qué objetivos buscaba y contra quién los impuso. Unas
oportunas lecciones de historia no nos vendrán mal como país —tal vez incluso
más a propósito que nunca— en este periodo de descenso civilizatorio.
Recuperemos también la memoria de lo que significó el totalitarismo para
Galicia y para España.
§ Combatir también a aquellos que, conscientes del cortoplacismo y
defectos del actual sistema parlamentario, además de su ineficacia para abordar
los graves y urgentse problemas civilizatorios (Peak Oil y cambio climático,
principalmente) abogan por una especie de dictadura ecológica o ecoautoritarismo. Lamentablemente, hay
intelectuales que están reclamando cada vez más abiertamente actuaciones en esa
línea, lo cual puede resultar muy peligroso sumado a los otros movimientos
prototalitaristas.
§ Explicar que la alternativa es construir nosotros mismos otra
sociedad, que tenemos la capacidad y que es preciso hacerlo desde la base,
desde lo local, y que nadie nos va a venir a salvar desde el gobierno, sobre
todo si estos son escasa o nulamente democráticos. Difundir la visión de una
Galicia diferente después del petróleo, resiliente, libre, comunal y en paz con
las generaciones venideras.
Ojalá
esta Guía aporte algo útil para esta necesaria protección de la sociedad ante
los falsos salvadores que pretendan “proteger modos de vida de alto consumo
energético con un alto nivel de armamento” o, dicho de otro modo, “vender
nuestras almas a cambio de gasolina” (Murphy 2008, 33 y 53).
Antes
de concluir este apartado, también consideramos necesario llamar la atención
sobre otro peligro, diferente pero no totalmente ajeno al que acabamos de
comentar: el de la opción migratoria de huida Se trata de un proceso normal y
lógico que tiene lugar cuando llega el colapso a una zona, y parte de la
población opta por migrar a otra que esté —gracias a la asimetría inherente al
declive energético-civilizatorio— en una etapa más moderada del proceso de
colapso (Odum & Odum 2001, 86), es decir, donde las cosas no estén todavía tan mal.
Aquí
la palabra clave es todavía. Será muy distinto el caso de quien opte por migrar
de una ciudad gallega a una villa del interior o a una aldea, de quien elija
como destino de salvación otra
zona del estado español o incluso otro país, como podría ser alguno de los
países ricos del norte de Europa o los Estados Unidos. En el primer caso se
está buscando una opción sólida de futuro, por todo lo que venimos explicando;
y, en el segundo, se trata de una huida hacia delante a un lugar todavía más
industrializado que podrá tardar más en sufrir lo que ahora sucede en Galicia,
pero que cuando tenga que descender, tendrá que hacerlo desde mucho más arriba.
Además
—y aquí es donde está la cuestión que tiene que ver con el peligro anterior— en
esa sociedad no dejará de ser una persona inmigrante sometida muy probablemente
a procesos de conflicto social crecientes con buenas dosis de xenofobia.
Aquellas personas que a causa de la situación económica se vean arrastradas a
la emigración, deben saber que esta salida puede acabar por convertirse en una
falsa solución ya que, cuando en el lugar de destino se dejen notar más
claramente los efectos del Cenit del Petróleo evidenciando la inviabilidad de
seguir manteniendo el modelo de vida industrial-consumista, el retorno entonces
puede resultar más complicado y el descenso energético personal más abrupto.
Estaríamos recorriendo un camino contrario a lo que pensamos que se debe hacer.
Referencias:
§
ARRASTIA, PEPE (2011): «La CIA advierte de golpe
militar en Grecia por masiva rebelión popular», Rebelión (03/06/2011). URL:http://www.rebelion.org/noticia.php?id=129646
§
ARTAL, ROSA MARÍA (2010): «¿Un golpe militar para
afianzar los mercados?», blog personal (02/07/2010). URL:http://rosamariaartal.com/2010/07/02/%C2%BFun-golpe-militar-para-afianzar-losmercados/
§
DOLDÁN GARCÍA, XOÁN RAMÓN (2012a): «O futuro e
rural», O
Peteiro, nº 1. Partido da Terra. URL:http://www.partidodaterra.net/peteiro/1_3/
§
DOLDÁN GARCÍA, XOÁN RAMÓN (2012b): «A herdanza
enerxética de Núñez Feijoo», Tempos
Novos nº 184
(octubre 2012). URL:http://www.vesperadenada.org/2012/10/16/a-herdanza-enerxetica-de-nunez-feijoo-artigode-xoan-doldan-para-tempos-novos/
§
GALIZA ANO CERO (2013): Entrevista con Boaventura de
Sousa Santos (01/07/2013). URL: http://galizaanocero.tv/entrevistas/boaventura-de-sousa
§
GEORGE, SUSAN (2001): El informe Lugano.
Cómo preservar el capitalismo en el siglo XXI. Icaria, Barcelona.
§
HEINBERG, RICHARD (2004): Powerdown. Options
and actions for a post-carbon world. New Society Publishers, Gabriola
Island, Columbia Británica, Canadá.
§
MILLS, MICHAEL E. (2008?) «Evolutionary psychology
and peak oil: A Malthusian inspired “heads up” for humanity», web personal.
URL:http://www.drmillslmu.com/peakoil.htm
§
MURPHY, PAT (2008): Plan C: Community
Survival Strategies for Peak Oil and Climate Change. New Society
Publishers, Gabriola Island, Columbia Británica, Canadá.
§
ODUM, HOWARD T.; ODUM, ELIZABETH C. (2001): A Prosperous Way
Down: Principles and Policies. University Press of Colorado,
Boulder, Colorado, EUA.
§
RIECHMANN, JORGE (2009): «La crisis energética: algunas
consideraciones políticas», Economía Industrial nº 371, Industria y medio
ambiente. El
reto de la sostenibilidad. Ministerio de Industria, Energía y Turismo. URL:http://www.minetur.gob.es/Publicaciones/Publicacionesperiodicas/EconomiaIndustrial/RevistaEconomiaIndustrial/371/37.pdf
§ TAINTER, JOSEPH (1988): The
Collapse of Complex Societies. Cambridge University Press,
Cambridge, Reino Unido.
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