La mayor campaña de manipulación de la historia
A medida que avancemos en la desescalada y comencemos a
abrir nuestras puertas, diferentes fuerzas intentarán convencernos de que
debemos volver a la normalidad. Nos dirán que no hay motivos para temer – o al
menos no tanto. El virus se volverá a minimizar e incluso habrá quienes lo
negarán rotundamente.
Se gastarán millones en
publicidad para que podamos volver a sentirnos cómodos – con esa comodidad que
proviene de la ignorancia motivada. Veremos anuncios en todos los formatos y en
todos los sitios con una sola promesa: recuperar la normalidad.
El sistema de consumo se siente
en la “obligación” de acudir a “rescatarnos” para ayudarnos a borrar esa
sensación de zozobra que se ha instaurado, para que nos volvamos a sentir
inmortales, devolvernos a la vida que teníamos antes de la crisis, permitirnos
recuperar las viejas rutinas y hacernos olvidar la tragedia. A cambio de esa
promesa solo debemos entregar una cosa: la vida.
Es más fácil producir consumidores que someter a esclavos
“La industria de la publicidad
es la que se dedica a la creación de consumidores. Este es un fenómeno que se
desarrolló en los países más libres, en Gran Bretaña y los Estados Unidos. Y la
razón está muy clara. Se volvió clara hace aproximadamente un siglo, cuando
esta industria se dio cuenta de que no iba a ser fácil controlar a una
población con el uso de la fuerza. Habían ganado demasiada libertad:
sindicatos, parlamentos con partidos para los trabajadores en muchos países, el
derecho al voto de la mujer… Por lo tanto, tenían que encontrar otros medios
para controlar a la gente”, escribió Noam Chomsky. “Entendieron que era más
sencillo crear consumidores que someter a esclavos”.
Durante las últimas décadas el
negocio publicitario ha funcionado encontrando el “problema” del consumidor
para brindarle una solución más o menos satisfactoria. Cuando el problema es
práctico, compramos una estantería donde poner los libros o una aspiradora para
limpiar la casa. Cuando el problema es emocional la “solución” es más compleja
– aunque eso no ha impedido que Coca-Cola prometa hacernos felices y Apple
hacernos sentir especiales.
El sistema de consumo nos
conoce. Conoce nuestras necesidades emocionales y juega con ellas. Sabe que un
consumidor consciente, ese que piensa y toma las riendas de su vida, no es un
buen consumidor. Por eso necesita hacer todo lo posible y lo imposible para que
olvidemos esa sensación de vulnerabilidad y el atisbo de mortalidad que ha
generado esta crisis y que nos ha obligado a reflexionar sobre cosas más
importantes que la marca de los zapatos que usamos o el modelo de smartphone
que tenemos en el bolsillo.
En estas semanas hemos visto
muchas cosas que hay que cambiar. Necesitamos reforzar el sistema de salud y a
nuestros sanitarios. Necesitamos apoyar a las pequeñas empresas. También
necesitamos defender a los colectivos vulnerables, como los ancianos. Y
necesitamos a políticos y funcionarios responsables que sean capaces de hacer
bien su trabajo – a secas y sin excusas.
Todo eso lo hemos visto. Y es inquietante.
Pero también hemos podido
atisbar cómo sería el mundo cuando nos detenemos un poco y dejamos de correr en
pos de mil obligaciones. Hemos vivido en una Gran Pausa que nos ha brindado una
perspectiva nueva. Una vida en la que no necesitamos comprar para sentirnos
bien. En la que no necesitamos gastar excesivamente para seguir alimentando un
sistema defectuoso en sí mismo que no funciona para todos. Nos hemos dado
cuenta que las relaciones son más importante que las posesiones.
Todo eso también lo hemos visto. Y es inquietante para el
sistema.
Una mentira repetida mil veces
puede convertirse en verdad – a menos que estemos atentos
Todos tenemos ganas de
normalidad. Por supuesto. Pero podemos decidir a qué normalidad regresaremos.
Ahora tenemos la oportunidad de dar forma a nuestra “nueva normalidad”. La
alternativa es dejar que la narrativa oficial conforme y limite esa normalidad.
El sistema de consumo hará todo
lo posible por devolvernos a la vieja normalidad. Quiere que volvamos a
comprar. Que dejemos de pensar. Que volvamos a correr para comprar cosas que no
necesitamos. Que volvamos a encerrarnos en nuestra burbuja, con demasiada prisa
como para preocuparnos por los demás. Que volvamos a cerrar los ojos ante el
problema conscientes que apenas tenemos tiempo para cerrar los ojos para
dormir.
El bombardeo para hacernos
creer que nunca vivimos lo que vivimos será abrumador. La narrativa para dar
forma a nuestra vida poscoronavirus ya ha comenzado para que volvamos a
sentirnos normales. Ese bombardeo vendrá de las marcas, vendrá del gobierno e
incluso es probable que venga de ambas direcciones. Vendrá de la izquierda y de
la derecha. De arriba y de abajo. Las empresas y los gobiernos están a punto de
unirse para dejarnos inconscientes de nuevo, enajenarnos y que volvamos a
asumir el papel de meros consumidores.
Y para que nos sintamos seguros
nos dirán que los hospitales no eran una zona de guerra, que era solo un
eufemismo. Que el número de fallecidos no eran tan alto – e incluso es probable
que descuenten unos cuantos. Que no vimos el fracaso del liderazgo y del
sistema. Nos harán caer de lleno en la posverdad, ese “instrumento a través del
cual se ‘crean verdades’ que no corresponden a los hechos, pero que terminan
siendo validadas por las mayorías en función de su repetición incesante o de
mecanismos similares”, al decir de Chomsky.
Algunos estarán dispuestos a
creer en cualquier cosa con tal de volver a esa añorada normalidad. Podrán
narcotizarse con las decenas de partidos de fútbol que vendrán, disfrutar del
verano y luego volver a la oficina o la fábrica – si tienen suerte de que siga
abierta – para olvidar lo antes posible todo lo ocurrido, con la excusa de que
están demasiado ocupados como para cambiar algo. Y esos también te presionarán
para que olvides lo que has vivido, se sumarán a esa campaña de gaslighting
masiva para hacerte dudar.
Por tanto, quizá ha llegado el
momento de respirar hondo y preguntarte qué quieres hacer realmente con tu
vida. ¿A qué “Nueva Normalidad” quieres volver? Estamos delante de una
oportunidad única para redefinir todo.
Fuente: Gambuto, J.
V. (2020) Prepare for the Ultimate Gaslighting. En: Medium.
Por Jennifer
Delgado. El rincón de
Psicología - https://culturainquieta.com/es/inspiring/item/16958
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