EL COLAPSO DE LAS SOCIEDADES
El decrecimiento como imposición geológica
El
decrecimiento es una imposición geológica, ahí nadie ha pedido
nuestra opinión, y entre un colapso de guerras y hambrunas, o un
decrecimiento geológico ordenado y satisfactorio, hay una clave
fundamental: un reparto equitativo de la riqueza. Las
generaciones futuras que asumirán los costes de nuestras tecnologías
iatrogénicas no pueden intervenir en las decisiones que les
afectarán.
¿Cómo
y por qué colapsan las sociedades? Con precedentes tan claros ¿por
qué hemos elegido la senda de tirarnos por un precipicio? Jared
Diamond explica que cuando hay conflicto de intereses (son los
intereses a corto plazo de las élites que tienen un coste social y
medioambiental que la
Biosfera y la sociedad que la habitamos no puedemos asumir,
tales como la contaminación de los acuíferos, el calentamiento
global, la invasión de especies, la deforestación...), de manera
que son buenos para ellos y malos para la sociedad, finalmente el
colapso es el resultado en el 100% de los casos analizados.
La
decadencia y caída de la civilización industrial-tecnológica se
está desarrollando de manera normal, más o menos a un ritmo
previsible. Los fundamentos puramente físicos, termodinámicos,
explican infaliblemente el declive. En primer lugar, como las
reservas de combustibles fósiles baratos abundantes se agotaron y la
brecha ha tenido que ser llenada con muy costosas y mucho menos
abundantes sustituciones, reduciendo así la energía neta, la
economía se fue tras ella.
A
medida que más y más riqueza real (es decir, física, como huevos,
leche, arroz, trigo, patatas, petróleo, carbón..., y no sus
imágenes abstractas compradas y vendidas hasta 150 veces en los
mercados como en 2014, que se compró y vendió todo ello como si
existiese de 50 a 150 veces...) tuvo que ser retirada de todas las
demás actividades económicas para mantener la ya carísima
extracción, suministro y transporte de energía de manera más o
menos constante (así que esta vez el milagro se llamó fracking,
arenas bituminosas como en Petronor Múskiz-Vizcaya, carbón
subvencionado...) hasta la destrucción de la demanda que finalmente
se desvaneció e hizo que fuese necesario un esfuerzo cada vez más
frenético para poder mantener el andamio, una mayor factura social y
medioambiental y recortes en la jerarquía social.
Ahora la herencia se la dejamos a las generaciones futuras, que asumirán los costes de nuestras tecnologías iatrogénicas porque no pueden intervenir en las decisiones que les afectarán.
La
superestructura política y militar global, que creció y fue posible
gracias a la era de los combustibles fósiles abundantes y baratos,
se desmorona con el andamio, porque la dependencia de aquellas
circunstancias que ya no existen, fue tal, que ahora, al no existir,
están atacando al mismísimo engranaje de las férreas costuras que
la hicieron nacer: el andamio se está cayendo delante de nuestras
narices...
Desde
los mayas a los escandinavos del siglo XV hasta la isla de Pascua,
numerosos ejemplos e idéntico itinerario, y ya en 2003 Jared Diamond
avanza el mal camino elegido por nosotros... ¿Estaremos a tiempo
esta vez, con un mínimo de inteligencia, de comprender que trabajar
por los intereses comunes nos beneficia más que hacerlo por los
propios?
Son
muchos los expertos que nos dan la clave: el decrecimiento es una
imposición geológica, ahí nadie ha pedido nuestra opinión, y
entre un colapso de guerras y hambrunas, o un decrecimiento geológico
ordenado y satisfactorio, hay un factor fundamental: un reparto
equitativo de la riqueza. Quien lea esto y tenga un mínimo de
capacidad de observación y sensatez, será consciente de que de
momento, el camino que hemos tomado es el primero...
Antonio Aretxabala
http://www.decrecimiento.info/2017/05/el-colapso-de-las-sociedades-el.html
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